Dicen que fue un viaje a Estados Unidos lo que hizo cambiar de parecer a la Presidenta Cristina Fernández de su vehemencia con la pista siria para pasar curiosamente a creer que una pista iraní era por donde los investigadores del atentado a la Amia debían dirigirse.
Con el tiempo, el memorándum de entendimiento con Irán dejó perplejos a varios. ¿Había con ello la Presidenta, finalmente reconocido que ninguna prueba contundente señalaba a Irán como partícipe del atentado?
Más allá de eso, Cristina está enfrentada más que nunca, y después de muerto con, Alberto Nisman, fiscal de la causa, por profundizar en la pista iraní, por haberla llamada a indagatoria por encubrimiento y, básicamente, por haberse muerto y haber desestabilizado, más aún que Amado Boudou, al Gobierno en pleno año electoral.
Es tal ese enfrentamiento que hasta en cadena nacional salió a ratificar que no fue el Ejecutivo (Néstor Kirchner en ese momento), sino la Procaduría, la que ubicó a Nisman a investigar el atentado.
Más allá de todo rescritura de la historia, hay que recordar que el mismo Kirchner fue el que defendió en la ONU a la pista iraní investigada –hasta hace una semana- por Nisman.