En el acampe que están realizando los pueblo originarios en Av. de Mayo y 9 de Julio se hizo presente para solidarizarse con ellos Fabián Tomasi.
Para quienes no lo conocen, se trata un extrabajador rural víctima de agroquímicos, quien padece una polineuropatía tóxica por manipular plaguicidas sin protección. Casi no puede caminar y hasta se le han borrado sus huellas digitales. Hoy recibe una pensión mínima otorgada por la Anses. El certificado de Anses dice que padece “la enfermedad del zapatero” o una polineuropatía tóxica.
TDP: ¿Por qué estás acá?
Fabián Tomasi: Estoy aquí porque todo ronda sobre lo mismo, lo que me pasa a mi es lo mismo, bajo otras circunstancias, es lo que le pasa a esta gente, somos "la sombra del éxito de unos pocos".
TDP: ¿Por qué estás en el estado en el que estás?
FT: Me intoxiqué con agroquímicos, era peón, trabajaba cargando aviones para la fumigación de campos. De pronto empecé a perder musculatura. A partir de ahí comenzó mi calvario, me soltaron la mano y me tuve que hacer cargo yo mismo de investigar que me estaba pasando. Hasta que tuve la suerte de encontrar al Dr Jorge Ketzewer, quien me regaló el tratamiento, que fue lo que me salvó la vida.
TDP: ¿Por qué ocurren estas cosas?
FT: Acá hay buenas o malas prácticas, y no hay manera de hacer esto bien. Tarde o temprano se va a perjudicar toda la gente, y existe un envenenamiento a través de los alimentos, y mientras tengamos un poder político que permita que sigan existiendo personas que se enriquezcan incluso con la medicina va a ser imposible erradicarlo.
Si al país, la supuesta estabilidad económica, se la sigue dando el cultivo indiscriminado de soja, van a seguir haciendo oídos sordos a estos reclamos. Parecería que los derechos humanos son solo para un grupo de personas, y no es así.
TDP: ¿Qué respuesta obtuviste de los gobiernos municipales, provincial o del mismo gobierno nacional, a través del Ministerio de Salud?
FT: Nada, absolutamente nada. Lo único que logré fue jubilarme por incapacidad, porque me decretaron polineuropatía tóxica. Recibo una jubilación mínima, que no cubre nada de los estudios y tratamiento que necesito hacerme, la realidad es que me dejaron abandonado a la buena de Dios.
TDP: También tu hermano tuvo un problema similar.
FT: Mi hermano falleció por celiaquía y cáncer en el hígado, también derivado por lo mismo. Él falleció en septiembre, y honestamente es eso lo que me hace seguir adelante y estar en cualquier lugar donde me pueda hacer oír para que todos se enteren de la realidad. Con esto no recibo más que insultos y amenazas por parte de las autoridades, porque claro, ellos quieren que me calle la boca, cosa que no pienso hacer.
TDP: Además de tu caso y el de tu hermano, ¿conocés más personas que estén en estas condiciones?
FT: Si, claro, muchos. Sin ir muy lejos, en Basavilbaso, mi pueblo en Entre Ríos, hay muchísimos casos, pero no los relacionan con la intoxicación por agroquímicos porque no ayuda la medicina.
La medicina es el nexo para determinar qué es lo que causa una enfermedad, pero si el médico a usted no le dice que la celiaquía que adquirió a edad adulta es causada por la cantidad de veneno que hay en el ambiente, usted no lo va a asociar nunca a los agroquímicos, pero la verdad es que nadie se da cuenta de la cantidad de celiacos que hay, y es debido a eso y está comprobado que es así.
TDP: ¿Qué es lo que te gustaría que ocurriese?
FT: Honestamente, no tengo expectativas, para nada. En lo personal, vivo al día, a mí me robaron el futuro. En cuanto a lo que pueda llegar a pasar, si yo tuviese la solución ya la hubiese implementado. La verdad es que no sé lo que hay que hacer, yo solo marco lo que está mal, lo que se está haciendo mal, eso habría que preguntárselo a las autoridades. Lo único que espero es que se le ponga un freno a las multinacionales que generan esto, sobre todo a Monsanto y que se acabe con el autoritarismo.