El día 16 de febrero, en la intersección las Av. de Mayo y Av. 9 de Julio, junto al Monumento al Quijote —como un capricho de la casualidad— símbolo de las luchas desiguales, se dio comienzo al acampe de nuestros hermanos originarios de comunidades de Formosa, unidos en lo que decidieron llamar QOPIWINI que es la agrupación de comunidades y nuclea a los pueblos Qom, Pilaga, Wichi y Nivacle.
Si bien, según las leyes vigentes, y la propia Constitución Nacional el Estado debería brindarles y garantizar sus derechos, esto no solo no ocurre, sino todo lo contrario.
Hay más de cien hermanos originarios, que van en edades de meses de vida a 90 años, esperando una respuesta, pacíficamente, sin cortar calles, sin insultar, sin generar violencia.
Estuvimos en el lugar y tuvimos la posibilidad de charlar con Amanda, esposa de Félix Díaz, cacique y líder de los Qom quien debió viajar de urgencia a Formosa ya que, según publicó el Diario Perfil en su edición del día sábado 14 de marzo, es víctima de pinchaduras de correos electrónicos de organizaciones sociales y periodistas críticos del gobernador.
Al ser consultada por los motivos puntuales del acampe, la esposa de Félix Díaz dijo: “Estamos aquí ya que es la única manera que tenemos de hacernos ver y escuchar. Es increíble como este gobierno que se jacta de defender a los más pobres y humildes no solo nos deja a la buena de Dios, sino que además somos víctimas de una persecución perversa”. Pero dijo mucho más:
-En nuestro suelo, nuestras tierras, somos víctimas del Gobernador, abalado por el gobierno nacional que no hace absolutamente nada por nosotros.
-No tenemos agua, ni un centro de salud ni una escuela, pero además nos persiguen y quieren expulsarnos de nuestras propias tierras.
-¿Cómo puede ser que un gobierno que se jacta de defender los derechos humanos nos haga esto?
-Estamos esperando que alguien de Gobierno nos reciba, pero absolutamente nadie ni si quiera nos vino a preguntar porque estamos acá. Solo nos vienen a buscar cuando necesitan nuestros votos.