Un escándalo de proporciones acaba de estallar. Fue justo después de que se supiera que el contador Juan Carlos Mercier, principal asesor del candidato a gobernador del PRO en Santa Fe, Miguel Del Sel, se desempeñó como funcionario provincial de la última dictadura cívico militar.
También se supo que participó en la administración de Carlos Reutemann y fue investigado por varias irregularidades que se cometieron durante sus gestiones en la función pública.
“Me han comentado algo de eso, pero bueno, todos los que tienen una determinada edad y trabajaron en su vida, también trabajaron en la época de la dictadura. Te convocan y por ahí es una opción de trabajo y de crecimiento para tu vida, y lo haces”, señaló Del Sel al ser consultado sobre el pasado de Mercier ligado al último régimen castrense.
El ex integrante del grupo Midachi admitió que Mercier, de 72 años, y ligado a la Fundación Pensar, es “el principal armador de los equipos técnicos” en los cuales piensa apoyarse una eventual administración del PRO en Santa Fe.
Mercier tiene una amplia trayectoria en la administración pública santafesina y se inició en 1966, cuando el dictador Juan Carlos Onganía ocupaba la Casa Rosada tras el derrocamiento del radical Arturo Illía.
Durante cinco años estuvo al frente de la Dirección Provincial de Vialidad y representó a Santa Fe ante el Consejo Federal de Impuestos.
En 1973, se hizo cargo de la Dirección Provincial de Rentas y se mantuvo en ese cargo hasta 1979, cuando el país era gobernado por el Jorge Rafael Videla y Santa Fe se encontraba bajo la égida del II Cuerpo de Ejército.
En el tramo final de la dictadura, Mercier asumió la vicepresidencia del Banco de Santa Fe y al año siguiente ocupó la titularidad del Ministerio de Economía, cargo que dejó en diciembre de 1983.
En los primeros años de la democracia se dedicó a los negocios y a la actividad privada, y volvió a la gestión de gobierno cuando Reutemann resultó electo como gobernador en 1991.
Mercier estuvo al frente de la privatización de la empresa de aguas sanitarias DIPOS, que fue transferida a la firma Aguas Provinciales en un contrato que supuso un amplio plan de retiro voluntario para los trabajadores.
En el primer gobierno del ex piloto de Fórmula 1, Mercier preparó la venta del Banco de Santa Fe, que se concretó en 1996, en la gestión de Jorge Obeid.
Por esa venta, la Provincia recibió 56 millones de dólares y se endeudó por 14 años, en el marco de una operación que contó con el beneplácito del entonces presidente Carlos Menem y su ministro de Economía, Domingo Cavallo.
“La verdad, no sé cómo se hizo esa operación, pero hablaré con él y me lo contará”, afirmó el comediante del PRO al ser consultado sobre esa controvertida privatización.
Tras el fin de la primera gestión del 'Lole', Mercier ocupó una banca como diputado provincial, y retornó al ministro de Hacienda cuando el actual senador nacional asumió su segundo período al frente del Poder Ejecutivo.
Retornó al Ministerio de Hacienda y aplicó un fuerte ajuste que se caracterizó por la aplicación a rajatabla del descuento del 13 por ciento para jubilados y empleados públicos.
Dos años después se produjo la inundación que afectó a la capital provincial y la oposición lo acusó de no haber destinado los fondos para la construcción de las defensas que podrían haber parado la crecida del Río Salado.
“Fue la naturaleza. Lo que llovió en la cuenca del Salado esos cuatro días. Era una cosa inexplicable de un río playo que provocó semejante tragedia. Quizás hubo negligencia, pero para eso está la justicia”, alegó el postulante de Mauricio Macri en Santa Fe.
El año en el que Néstor Kirchner asumió la presidencia (2003), Mercier pasó a ocupar una banca en el Senado provincial y cumplió allí dos períodos.
En 2011, se presentó como precandidato en las PASO del justicialismo santafesino, terminó último y cuando parecía que su carrera política estaba terminada, Mercier se vinculó al PRO a través de la Fundación Pensar.
“Es una persona que más sabe sobre el sector público y cuando fue ministro de Hacienda no emitió cuasimonedas. Por eso lo quiero al lado mío”, lo defiende Del Sel.