Justo en momentos en que la crisis financiera griega tiene en vilo al mundo, en la Argentina el escándalo desatado por nuestra griega ha sido el único debate consistente durante los últimos días. Cuando las elecciones ya están a la vuelta de la esquina, nadie espera ya que asome alguna propuesta, un pensamiento o alguna visión de la realidad que enriquezca este no-debate.
El caso de Victoria Xipolitakis me parece interesante por varias razones incluyendo las siguientes:
1) No solo no parece haber afectado negativamente a Mariano Recalde en cuanto a su intención de voto, sino que incluso es probable que a medida que pase el tiempo se vea que este hecho lo ayudó a aumentar el conocimiento de su figura.
2) El manejo mediático del tema, incluyendo la vergonzosa charla de Marcelo Tinelli con el abogado Fernando Burlando en la pista de baile en la cual el letrado menciono la posibilidad de que ella instara una acción por abuso sexual. El contenido y el contexto de la charla demuestran una vez más que Tinelli maneja el único escenario popular y masivo en la televisión argentina.
3) La relación con la crisis griega. Hace unos días, un diplomático argentino acreditado en una ciudad latinoamericana me comentaba que había estado charlando con un alto dignatario de la iglesia ortodoxa griega en la capital donde ambos viven y que el clérigo le pedía asesoramiento respecto a cómo hacer para sacar dinero y saltar el corralito, ya que los argentinos tenemos experiencia en el tema.
4) La imagen de Xipolitakis demuestra nuestra propia decadencia. Exuberante y exaltada, su estética desencajada la hace generar activamente situaciones que retroalimentan su adicción. Se ha quejado en más de una ocasión de que sus compañeros de trabajo la trataban mal: “Hacen bowling conmigo”-dijo en lugar de bullying. Vicky tiene raíces europeas pero está perdida en el mundo. Y justo en momentos en que Grecia se cayó sobre el mundo (o el mundo se cayó sobre Grecia) me lleva a preguntarme acerca de la falta de perspectivas y de la inhabilidad de articular discursos con contenido.
Este gobierno ha intentado una y otra vez adueñarse de la palabra. Ha financiado todo tipo de medios de comunicación que han fracasado una y otra vez en la difusión de un mensaje que muchos pueden haber apoyado en las urnas pero que mucho menos desean escuchar una y otra vez. Ha llegado el gobierno a crear un “encuentro nacional de la palabra”. Hablando de palabras, el otro día ví una interesante discusión entre el periodista Ceferino Reato y la decana de la UNLP Florencia Saintout.
Reato mencionó la palabra “miedo” tanto por parte de la oposición como por parte del kirchnerismo.
Saintout no solo se mostró en desacuerdo, sino que además objetó la palabra elegida por Reato. El kirchnerismo desea, no solo controlar la discusión sino también las preguntas, los términos que valen y los que no.
En medio de todo esto, la irrupción de Xipolitakis y su “vuelo” en la Campaña de Recalde resulta sumamente interesante. No solamente es la griega bastante incapaz de articular ninguna idea, lo cual no tendría porqué ser de otra manera, sino que además nos recuerda que la Argentina puede haber salido del “infierno” del 2001 pero en definitiva sigue en default político, con ausencia de líderes políticos serios que interpreten los reclamos de la sociedad y sean capaces de poner sus pensamientos en palabras. ¿O es acaso demasiado pedir?