Plantear la hipótesis del suicidio de Alberto Nisman es, para la mayoría de los medios opositores y buena parte de la opinión pública, poco menos que un pecado.
Algo así como un signo inequívoco de haberse vendido al Gobierno, porque sobrevuela la idea sin pruebas de que, de algún modo, lo mataron los K.
Pero aparte de un escenario de suicidio en el baño de su departamento en la Torre Le Parc (malversado por impericias y por qué no malas intenciones policiales, cierto) hay elementos para pensar en que Nisman decidió quitarse la vida, en soledad o ayudado por alguien. Veamos lo que algunos no quieren ver (y que de ningún modo desemboca en la conclusión cerrada de un suicidio).
1) Nisman era un hombre afectivamente inestable. Ciclotímico y celoso patológico, tanto de su ex como de sus eventuales compañeras de noches y viajes. Su narcisismo público contrastaba con notables signos de desamparo en la intimidad.
2) Sus frecuentes cuadros depresivos se relacionaban con los reclamos de sus hijas (y la madre de ambas) por mayor presencia en cantidad y calidad.
3) El Gobierno estaba por echarlo de su cargo en la UFI AMIA como parte de la guerra ya declarada contra la vieja estructura de la SIDE comandada por Jaime Stiuso, virtual jefe máximo de Nisman.
4) Su economía personal contemplaba plata negra de orígenes acaso ilegales o al menos clandestinos, y frecuentes favores de empresarios amigos o relacionados.
5) La única versión sobre cómo llegó el arma que mató a Nisman es la de su empleado Diego Lagomarsino: se la prestó a su pedido y de ahí salió el disparo final.
Nisman no estaba bien en ninguno de los aspectos cotidianos de su vida y corría el inminente riesgo de perderlo todo, empezando por su fuente de prestigio e ingresos incalculables que muchos de sus allegados y colegas, aunque sea en parte, conocían muy bien por tradición y callan por conveniencia.
En cuanto a que hablar del suicidio de Nisman beneficia al Gobierno, es discutible. Lo mimaron durante una década entera, lo protegieron y parecería un hecho que desde los fondos oscuros de la SIDE lo llenaron de billetes. Si se suicidó, desde allí le habrían dado una manito.