Si Mauricio Macri se convierte en el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, se hará realidad una frase que se exhibe en los negocios donde prevalece el trato fraternal con los clientes: "Atendido por sus propios dueños".
Al día de hoy, y sólo a través de un puñado de las más de 30 empresas que componen el holding familiar, Macri tiene negocios con el gobierno porteño por un valor anual que supera largamente los 100 millones de pesos. Es decir que si gana será patrón de sí mismo.
En ese caso se daría la contradicción de que velaría por los intereses del Estado, que se beneficia con él.
Un breve repaso sobre los actuales negocios de Socma –Sociedad Macri de la cual Mauricio es el vicepresidente– con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires revela hasta qué punto podría existir un choque de intereses privados y públicos.
O dicho de otro modo: cuántas razones tiene Mauricio para querer manejar el Gobierno de la Ciudad.
A través de Intron –en la actualidad 60 por ciento de Siemens y 40 por ciento de Socma–, el holding accedió, durante la intendencia de Carlos Grosso, al negocio de la administración de los recursos del Gobierno de la Ciudad.
Lo hace a través de UTE-Rentas.
La empresa emite, entre otras cosas, las facturas de ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza) y del impuesto automotor.
El contrato es de 10 millones de pesos anuales. También a través de Intron maneja una de las dos empresas de control fotográfico de vehículos.
La licitación es por cinco años. La facturación promedio, cuando se licitó, fue estimada en 5 millones de pesos.
Dentro de Socma, Intron forma parte de una especie de subholding que también integran SEPSA y Sistemas Catastrales. A través de esta última maneja la detección de infracciones en obras y se ocupa de fiscalizar la construcción de edificios y las ampliaciones no declaradas en viviendas. También la aprobación de planos. Se trata de un contrato por 20 años, firmado también durante la intendencia de Grosso.
SEPSA, más conocida como Pago Fácil, fue contratada por el Banco Ciudad para el cobro de impuestos. Su facturación promedia los 4 millones de pesos anuales.
El Banco Ciudad le paga a la empresa de Macri un peso por boleta.
IECSA es una empresa especializada en ingeniería en construcciones.
La firma se presentó en dos licitaciones sobre las cuales ya pasó los requerimientos técnicos. Se está a la espera de la apertura del sobre número 2, es decir, el que tiene la oferta monetaria.
Una de las licitaciones, por 70 millones de dólares, es para la construcción de los denominados "reservorios", a través de los cuales Aníbal Ibarra espera mitigar las inundaciones en la ciudad.
La otra es por 22 millones de dólares para construir a nuevo la Casa Cuna.
El Correo Argentino se presenta en todas las licitaciones a las que llama el gobierno porteño.
En la última estuvo a punto de adjudicarse la entrega domiciliaria de las facturas de rentas.
Finalmente el servicio quedó en manos de OCA, su principal competidora.
Este negocio, de 10,5 millones de dólares anuales, se renueva cada dos años.
A través de la empresa FAX S.A., el grupo controlaba gran parte de la inversión publicitaria.
Hasta el 2000, año en que fue vendida a la empresa española Carat, formaba parte de Socma Americana S.A.
Es decir, del mismo subholding en el que Mauricio figura, aún hoy, como vicepresidente.
Manliba es la empresa de recolección de residuos que perdió la última licitación convocada por Fernando de la Rúa cuando este estaba a cargo del Ejecutivo porteño.
A través de esta firma, Franco Macri se alzó, en 1979, con una de las pocas y más suculentas privatizaciones dispuestas por el gobierno militar.
El convenio inicial entre la municipalidad y Manliba fue por cinco años, renovables automáticamente por otros cinco.
Pero esta concesión terminó en un verdadero escándalo cuando la intendencia del radical Julio Saguier quiso aplicarle el 16 por ciento de desagio, mecanismo que se aplicó con el Plan Austral. La empresa protestó porque consideraba que no se debía aplicar este descuento.
El litigio entre Macri y la intendencia se prolongó hasta que el menemista Carlos Grosso llegó al gobierno y el litigio se dirimió a favor de Manliba.
La llegada de Grosso a la intendencia fue una bisagra para los negocios de don Franco y su hijo Mauricio. Grosso no sólo fue escondido por la familia Macri cuando era perseguido por los grupos de tareas de la dictadura militar por su militancia en Montoneros, sino que también fue nombrado directivo de Socma.
Macri, desde sus empresas, realizó contrabando, es el "dueño" de las autopistas más caras del mundo, compró el correo en una oscura licitación, NO paga el canon estipulado, y pretende presentarse en convocatoria de acreedores.
Como dirigente de fútbol, mal vendió a los pocos jugadores de éxito que tenia el club. Ej: Riquelme, lo dejó estar hasta que lo vendió a la mitad de lo que podría haberlo hecho, Palermo, es otro caso igual o peor. El y sus "socios" son dueños del 90% de los jugadores de las inferiores, Boca los mantiene, les enseña, será la vidriera nacional e internacional, y si alguna vez los vende....Macri cobrará la parte del león.