El extraño robo ocurrido el lunes pasado en un despacho de los tribunales federales de Retiro ingresó en un mar de dudas: más de 50 personas negaron haber visto algo fuera de lo común.
El robo puso bajo la lupa a la seguridad en los tribunales donde se investigan las causas por corrupción, más allá de que para algunos está en duda que realmente haya existido una intromisión en un despacho judicial.
El lunes a las 7:30 uno de los cinco empleados del despacho de Sala II de Casación, ubicado en la planta baja a pocos metros del ingreso, notó un desorden fuera de lo común de los expedientes y el faltante de un cuchillo utilizado para abrir cartas.
Según las fuentes consultadas, son cinco las personas que tienen acceso a ese despacho y sólo una de ellas declaró ante el juez Sebastián Casanello que no estaba el cuchillo en el cajón en que solía guardarse.
El lunes la escena parecía la escena de un crimen: el ingreso al despacho vallado con cinta, varios efectivos, y la División Criminalística de Policía Federal trabajando en su interior.
Uno de los empleados dijo haber visto en el interior del despacho, que antes se utilizaba para comunicaciones y se reacondicionó hace semanas, dos huellas: una de zapato y otra de una mano.
La sospecha inicial fue que desconocidos ingresaron a través de una ventana que da a la parte posterior al edificio, al área de cocheras, pero lo extraño es que allí está ubicado el destacamento policial.
Fuentes policiales negaron que haya existido un robo, pues aseguran que el hall de entrada, así como el perímetro y en ambos extremos en torno al despacho estaban custodiados y que nunca pudo haber ocurrido tal situación sin ser advertida por ningún efectivo.
Desde el lunes y durante la semana, Casanello le tomó declaración testimonial a medio centenar de personas: cinco empleados que trabajan en ese despacho y más de 40 policías que custodian en distintos turnos el edificio de Comodoro Py 2002.
Ninguno de los testigos dijo haber visto algo fuera de lo común y sólo una de ellas refirió al faltante del cuchillo.
Además, personal de cómputos remitió un informe en el que surge que las computadoras ubicadas dentro del despacho no fueron activadas durante el fin de semana previo al ingreso de los empleados.
Lo curioso fue que sólo faltó un cuchillo cuando había otras cosas de valor más significativas, como ser una cafetera moderna y algunas computadoras.
También se descartó el faltante de algún expediente judicial como se había especulado.
La causa por ahora sigue en pie pero las dudas se incrementan sobre la hipótesis de un robo y muchos aseguran que todo fue el accionar del viento al haberse olvidado alguno de los empleados la ventana abierta.