Es sabido que los candidatos (sobre todo a la presidencia) hacen cosas asombrosas para lograr la aceptación de los eventuales votantes, y mentir es la más común de ellas.
Tal vez motivado por el viejo cocepto de que los argentinos se inlcinarían mejor por un candidato católico y con pareja estable, es que Daniel Scioli no solo supo copar las páginas completas de los diario porteños con una imagen de él y Karina Rabolini rezando en una Iglesia colgándose a la papamanía, sino que también ambos acordaron -como en su momento hicieron Néstor y Cristina Kirchner, y hasta Carlos Menem y Zulema- mostrarse juntos cuando muchos sabían que hace rato cada cual hacía su vida íntima por su lado.
Este martes la revista Semanario sorprendió en su portada con la imagen del «nuevo» amor de la ex modelo. Se trataría de Alejandro Roemmers, empresario y poeta de 57 años, según Semanario, pero otros hablan que en verdad es Pablo, su hermano, quien hace tiempo tiene una relación con Karina.
Lo llamativo no es que una pareja decida separarse -de hecho se habló de una ruptura después de la derrota electoral del motonauta- sino que se sabía que hace años -si no décadas- Scioli y Rabolini no estaban juntos, y a esta le costaba cada vez dejar su vida «real» para meterse cada vez en la dramatización de familia conservadora por bien de la campaña.
Conceptos tan añejos que explican la derrota de dos fieles hijos de los años noeventa.