A comienzos de este año, la Corte Suprema de Justicia de la Nación editó un libro titulado “Justicia Argentina online. El Nuevo Modelo Comunicacional.” Dicha obra, prologada por el Presidente de la Corte, Dr. Ricardo Lorenzetti, cuenta con la participación de destacados miembros del Poder Judicial.

En el libro en cuestión, pueden observarse alusiones de carácter personalista, tendientes a promocionar la imagen del Dr. Lorenzetti, que son incompatibles con lo normado en el art. 42 de la Ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública que expresamente sostiene: “La publicidad de los actos, programas, obras, servicios y campañas de los órganos públicos deberá tener carácter educativo, informativo o de orientación social, no pudiendo constar en ella, nombres, símbolos o imágenes que supongan promoción personal de las autoridades o funcionarios públicos.”

En efecto, la tapa de la publicación, con un estilo claramente populista, dice: “Corte Suprema de Justicia de la Nación. Presidencia Lorenzetti”. ¿Qué otro objetivo puede buscar esta frase, que no sea destacar al funcionario por encima de la institución que preside?

Luego, si nos adentramos en la página 18 del libro, la Dra. María Bourdin, compiladora de la obra y titular del Centro de Información Judicial (CIJ) que depende de la Corte Suprema, se refiere al máximo tribunal, en uno de sus párrafos, como “la Corte de Lorenzetti”.

Difícilmente el Presidente de la Corte Suprema desconozca el contenido del libro que ha prologado, y menos aún su tapa. Por lo que no pareciera éste un mero caso de obsecuencia de algún funcionario menor, sino una clara y evidente estrategia de autopromoción, sostenida con fondos públicos.

Solo el recuerdo cercano del régimen kirchnerista pudo haber eclipsado este escandaloso mensaje que la Corte Suprema envía a la ciudadanía: el de convalidar que el funcionario público utilice al Estado con fines netamente personales.