Una cosa es “lo que se debe hacer” y otra muy distinta es “lo que se puede hacer”.
Las tarifas por los servicios se tienen que corregir, eso es lo que se debe hacer.
Estamos en Argentina, con el agravante de haber sufrido la locura de haber sido gobernados durante 12 años por una banda de delincuentes que intoxicó filosófica, e ideológicamente a gran parte de la población.
Por lo tanto, lo que se “debería haber hecho” es “lo que se puede hacer” en un país con una sociedad como la nuestra.
O sea, deberían haber aumentado las tarifas de a poco, por más que todavía sigan siendo baratas.
Gran parte de la población no lo entiende, ese es el punto, por lo tanto, el oficialismo debería gobernar adaptándose a la situación y circunstancias, hasta que esto cambie.
El Gobierno no es liberal, ni tiene miras de serlo. Y debe afrontar serios condicionantes de la realidad que ve y vive una parte importante de la población que, evidentemente, perdió el rumbo.
A esa gran parte de la población le hicieron creer la fantasía de la gratuidad, de que las cosas, especialmente los servicios públicos son gratis, incluso el fútbol.
Un claro ejemplo es lo que hoy ocurre en Venezuela. Venezuela es el fiel reflejo del resultado del populismo, dónde pretenden hacer ver que ciertos bienes y servicios pueden tener un valor por debajo de lo real. El resultado es que después de cierto tiempo, esos productos y/o servicios colapsan.
Hoy los venezolanos deben ir a Colombia para poder conseguir alimentos y medicamentos, y no porque sean más baratos, precisamente, sino porque en Colombia hay, y en Venezuela no.
Y volvemos a lo esencial, las inversiones. Para que todo funcione debe haber inversiones, algo que no ocurre de un día para el otro, pero que está en camino.
Uno de los tres motores de la producción, junto al campo y la construcción es la industria automotriz, y solo en este segmento se aseguran estas inversiones.
Fiat Invertirá US$ 500 millones y sumará un nuevo modelo en el segmento B+. Renault comenzará en septiembre la producción de Logan, Sandero y Sandero Stepway. General Motors Invirtió US$ 740 para iniciar la producción local del nuevo Chevrolet Cruze. Nissan, con un desembolso de US$ 600 millones iniciará la fabricación nacional de pickups. Ford Invirtió US$ 220 millones en la nueva pickup Ranger y la plataforma del Focus. Volkswagen destinará US$ 100 millones a sus plantas de Córdoba y Pacheco. Toyota completó una inversión de US$ 100 millones en una nueva línea de motores en Zárate.
Como podemos apreciar, todas las terminales de automotores apuestan a invertir en Argentina. Esto significa que, además de generar empleos, ya que la industria automotriz requiere mano de obra de múltiples sub productos, se generarán ingresos por exportaciones.
Pero ¿qué se necesita, fundamentalmente, para que todo esto se cristalice? Energía.
Es, por lo tanto, de imperiosa necesidad solucionar de manera urgente la crisis energética generada por el descalabro kirchnerista. Ese es el gran desafío, hoy por hoy, en materia no solo económica, sino también social, que tiene que afrontar la administración Macri, con todo el costo político que esto implica.