Ficha Técnica:
Título original: El Encuentro De Guayaquil.
Dirección: Nicolás Capelli – Guión: Nicolás Capelli, Álvaro Arostegui.
Género: Drama, Histórico – Apta para todo mayores de 13 años.
Reparto: Arturo Bonin, Anderson Ballesteros , Naiara Awada, Eva de Dominici, Pablo Echarri, Juan Palomino, Eva Quattrochi, L. Castro.
Producción: Aleph Cine, Rhayuela Films, Macanudos, Instituto Dorrego, Sudestada Cine, El Rabdomante. TV Pública Argentina.
Productor: Fernado Sokolowicz – Fotografía: Sebastián Pereyra.
Montaje: Andrés Azcarate – Distribuidora: Primer Plano
País: Argentina, Colombia – Año producción: 2016 – Duración: 103 min.
Espacio INCAA: Cine Gaumont. Av. Rivadavia 1635, CABA / Tel: 4382 -4406.
En su tercer largometraje el realizador Nicolás Capelli – Matar a Videla (2009), Reconstruyendo La Fe (2006) – desembarca con una fuerte apuesta: El Encuentro De Guayaquil (2016). Una historia–novelada, intimista, desacartonada, que deja en los sentidos un bouquet agridulce como el tango: “la vergüenza de haber sido, y el dolor de ya no ser”...
Es un recorrido ficcional (adaptación de una obra original de Mario “Pacho” O´Donnell), sobre el encuentro entre los generales José de San Martín (Pablo Echarri) y Simón Bolívar (Anderson Ballesteros) en Guayaquil (Ecuador). Con escasos recursos para terminar su campana militar en Perú, el libertador argentino vio como se debilitaba su poder en Lima. Para cambiar su suerte, solicita la ayuda de Bolívar. La mítica entrevista fue el 26 de julio de 1822. Luego de ese hito, San Martín renunció a todos sus cargos y se retira. El film es un intento manifiesto de humanizar a los próceres, bajarlos del bronce, pero sin perder la nostalgia de nuestra identidad americana compartida.
Desde la estructura del guión, cuando el peso de los protagónicos pierden a manos de los papeles secundarios, diezman al rol del primero, imprimiendo vuelo y brillo al segundo: “¡Houston, tenemos un problema!...” (Houston, we have a problem). La “construcción del verosímil” cae en saco roto. El rol del actor de Arturo Bonin –en la epidermis de un general realista –, pone blanco sobre negro al pretendido líderazgo del Gral. Don José de San Martín. El director está frente a una disyuntiva insuperable, la carencia de profundidad dramática del líder.
La película se dividide en tres instancias o compartimentos. Cámara en mano, busca tensionar una composición armónica y atractiva por momentos. El texto imprime a las escenas desde su faceta menos conocida, intimista, costumbrista: los generales recorriendo los campos de batalla, llorando a sus muertos. La muerte aquí y ahora, es un disparador de poesía y épica del futuro. La muerte un proceso activo de resiliencia de pensamiento y fuerzas.
Hay una historia de contracultura: propone personajes minimalistas /de “Realismo Sucio” – Dirty Realism – como centro de escena y los proyecta. Jesusa (La mulata criada), la mucama “apta todo servicio” y confidente de Don José; Rosa Campusano (originaria de Guayaquil), dos de sus amores. Instala el poder de la mujer que está invisibilizado en la historiografía clásica. Empodera al sexo / su circunstancia para la epopeya libertadora. En cuanto al modelo de filmación, rescato un par de planos fusión (la desnudez de cuerpos y la libertad americana), como metáfora narrativa de imagen y voz fundidas. A contra plano, el protector de La Gran Colombia Simón Bolívar. También hay reproches al poder de la Iglesia que asediaba a San Martín. Recurre a Flashback como conector de tiempo y espacio, como elipsis literaria.
En cuanto al reparto, hay asimetrías. Anderson Ballesteros (Bolívar), cumple y deja traslucir cierta profundidad conceptual. Arturo Bonin, lo superador de la obra por su rigurosidad, hurgando nuevas dramaturgias como el general español a derrotar. El Señor Echarri, en cuanto al uso y el dominio del espacio escénico; creación de personajes; abordaje de textos; el cuerpo en la escena; todo, carente de aportes narrativos. Espero se dedique a producir, lo suyo no es el oficio de actor. ¡Es impresentable! Al metraje lo redime del ostracismo una escenoplástica rigurosa (creatividad y dominio inteligente de la narrativa espacial), a la reconstrucción de exitosa de época y nada más.
El director Capelli sostuvo ante la prensa: “Tuve la tranquilidad y alegría de poder filmar el 80 % de la película en Luján. Es algo que siempre busqué”. Por su arquitectura colonial, los monumentos y El Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, forjan un lugar de ensueño para cualquier realizador del séptimo arte. Un hallazgo de autor, allende del legendario abrazo de San Martín y Bolívar, en la entrevista de Guayaquil.
Hay un rosario de frases que cristalizan la narración: “Los Libertadores no tenemos derecho a llorar” (Bolívar); “La libertad es más que la Independencia” (San Martín); “El silencio de los muertos es el primer grito de libertad” (Bolívar). Es una épica desde el corazón. Así, en la reconstrucción de la mítica reunión de los Libertadores del Sur. San Martín aprendió tarde la lección de la Historia: la libertad de los negocios y el comercio de los pueblos, es más que la Independencia que ya se forjó.
Redimible del guión: instantes de poesía y épica intimista, humanizando a los próceres de la Independencia Americana.
Gustavo Contarelli
Puntaje de la película: 2 Tribunas
Puntaje actor protagónico: Arturo Bonin 5 Tribunas
Referencias:
5 Tribunas: excelente /imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta / buena
2 Tribunas: regular
Excelente análisis, como siempre. La vi y realmente es lamentable. Y Echarri, ¡por Dios! Ya en la película "Belgrano" fue patético como San Martín, hablando como los chicos de hoy... Y este "Pacho"... ¿Cómo puede ser que alguien en este país todavía siga teniéndolo en cuenta? Esto es un síntoma dantesco de la crisis cultural que estamos atravesando.
Esto no es una opelícula, es un chiste. Echarri es malo actuando, pobre infelíz.
El actor P.Echarri es un advenedizo amateur. Le hace muy mal a los profesionales de las tablas. ¡Qué formación de infradotados tienen directores de TV y Cine. Patéticos.