Dos objetos anacrònicos, dirìa
cualquier observador màs o menos autorizado. Estàn a un mismo nivel de
credibilidad. Ambos mamotretos crecen en dificultades hacia los lados
de la cancha. No se ve venir el gol democràtico y el provenir cojea
doblemente.
La galerìa se instala cada domingo en las frustradas gradas
del olvido. El equipo no pega una. Los muchachos de la roja parecen almas en
pena. Divagan ante el arco contrario, naufragan y omiten el gol.
La Constituciòn es un òrgano muerto, estèril,
infecundo. Juega para un sòlo lado. Se tragò la primera parte del lema del
escudo nacional: es sòlo por la fuerza.Tanta autoridad en el legado
constitucional, que la democracia se resbala por las mangas de camisa.
Estamos en el mismo partido constitucional desde hace
treinta años. El àrbitro camina con muletas, el pùlico se jubilò, los
jugadores tuvieron nietos. Y Chile sigue gritando
Justicia!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!....Julio Martìnez echa a rodar su cabeza de
huevo y nace un pollo. Què lejos estamos del còndor.
La garganta se seca y el gol no llega. Las caras
frutradas de la derrota abandonan el estadio. Casi, casi, van comentando los
ingenuos espectadores.
Chile sin Ban Ban, ni Salas, ni salvador Allende. La
cancha està vacìa. Las gradas descansan en paz.
Los incisos comienzan a salir del estadio. Van
refunfullando. Todo mejorarà cuando Chile sea democràtico realmente.
Un canillita pasa gritando: Nueva Constituciòn, los
mismos chuecos derechos y obligaciones que hace treinta años. Al paìs no
lo ataja nadie, confiensa Nelson Tapia, despuès del partido con Brasil. La
roja està de luto, se le muriò el gol.
Rolando Gabrielli