El gobierno acaba de apelar y frenar el fallo que lo obligaba a restablecer las pensiones a personas con invalidez. La ministra de Desarrollo Social, la abogada Carolina Stanley, había prometido que iba a restituir este derecho a quienes habían padecido la suspensión o eliminación de esta prestación en 2016. En una manifestación de reclamo por este retroceso aparece la fotografía de un niño en silla de ruedas con un cartel que expresa “Macri me robaste mi derecho”. En otras épocas se enfatizaba que “los únicos privilegiados son los niños”. ¿Quiénes son los privilegiados en Argentina en este 2017?
En noviembre de 2015, el presidente Mauricio Macri prometió que se iban a construir tres mil jardines de infantes y hasta la fecha no se construyó ninguno.
En abril de 2016, Gabriela Michetti formuló una cautivante propuesta de resignación: “sepan aguantar hasta que dentro de dos, tres o cinco años podamos salir adelante”. Lo manifestó en la provincia de Tucumán, en la misma ocasión en que describió que “la droga mata a los pobres como a la gente normal”, poniendo en evidencia la densidad intelectual y política de esta destacada dirigente del PRO, que hoy es la vicepresidenta de la Nación Argentina.
Los pobres, que en la sesuda reflexión de la vicepresidenta de la Nación, no serían “gente normal”, tendrán que seguir esperando y, mientras tanto, soportar estoicamente las promesas incumplidas del gobierno actual.
Germán Fermo es un profesional argentino que tiene un doctorado en economía, obtenido en la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles, EE.UU.). Actualmente se desempeña como Director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella y como Director de MacroFinance. Menciona poseer “una extensa carrera profesional en mercados financieros”. El pasado 28 de agosto escribió una columna en “El Cronista Comercial” donde manifiesta su adhesión al proceso de la Alianza PRO-UCR y expresa que “La historia nos está poniendo en la situación de ser nada más y nada menos que la generación del “sacrificio intertemporal” que podría entregar un país mejor a la que sigue, una que se atreva a bancarse los costos del cambio, sin gozar de la mayoría de sus efectos”. Semejante propuesta, si no fuera trágica, podría ser tan hilarante e insana como la imagen del conservador farmacéutico y rabino Sergio Bergman, ministro de Medio Ambiente de Mauricio Macri, cuando se mostró recientemente disfrazado de “planta”.
En su página de MacroFinance, el 26 de agosto Germán Fermo, contestando a la crítica de un lector, escribió: “Tu problema es la miopía, aspecto muy característico en la sociedad argentina. Permitimos 70 años de exceso; solucionarlos requiere dolor y sacrificio. Paciencia; 70 años de peronismo requerirán 40 años de sacrificio para su solución”. Al parecer, la obsesión antiperonista del experto financista Fermo no le genera miopía; directamente lo enceguece y le emponzoña el pensamiento.
La propuesta del ingenioso y eufemístico “sacrificio intertemporal”, oculta maliciosamente el interrogante central que habilita esa sugerencia: ¿a cuáles sectores sociales les plantea Fermo la necesidad del “sacrificio intertemporal”? ¿El sacrificio lo va a padecer el multimillonario presidente de la Nación y sus familiares? ¿O los CEOs que conducen ministerios e importantes organismos del Estado? ¿O los miembros de la Sociedad Rural Argentina? ¿O los propietarios de los grandes medios de comunicación? Obviamente que la sugerencia del “sacrificio” no está destinada a los sectores de concentración de riqueza, sino que la despiadada y clasista propuesta está planteada para que la soporten las mayorías no privilegiadas de la población. Que el sacrificio, entonces, lo asuman y lo padezcan los sectores populares.
Esta propuesta del “sacrificio” se emparenta con lo afirmado por Carlos Melconián, economista del PRO y ex presidente del Banco Nación entre diciembre de 2015 y enero de 2017, en su célebre aforismo “el ajuste es como los ejercicios abdominales; si no duele no sirve”. La cuestión siempre es, a quién le duele.
Sobre las falsas promesas de la Alianza PRO-UCR y el negativo (aunque eficaz) impacto que producen, resulta útil recordar a Mark Twain, aquel escritor norteamericano que decía que “Es más fácil engañar a la gente, que convencerla de que ha sido engañada”. Pero acerca del sacrificio que proponen y aplican severamente a los sectores populares, hay que reconocer que son crueles, pero sinceros.