La consultora Ipsos Public Affairs realizó un sondeo, que es de público conocimiento, desde la asunción del presidente, Mauricio Macri, a la presidencia para poder observar la evolución de su aceptación o desaprobación entre los ciudadanos y entre los periodistas.
Su mayor aprobación, por parte de la ciudadanía en general, la logró a comienzos de su mandato, en el primer trimestre del año pasado con un 70%, sin embargo, para el segundo trimestre del corriente año, esa aprobación había caído en picada llegando a un 46%
Hasta ahí nada fuera de lugar, el problema comienza cuando estas consultas se efectúan a periodistas, que por el oficio que ejercen no deben mencionar nunca su favoritismo, ni hacerlo notar.
Este sondeo hizo foco en 367 periodistas de toda América Latina, todos fueron consultados por la imagen de cada presidente de los países del continente.
El presidente argentino se llevó el segundo lugar en un ranking de 11 mandatarios, por debajo de Juan Manuel Santos, por Colombia, Macri sumó el 69% de aprobación entre todos los periodistas Latinoamericanos que participaron de la encuesta.
Al ser consultados únicamente periodistas argentinos sobre la imagen que refleja el presidente, se llegó al resultado de que más del 80% tiene una imagen positiva sobre su persona.
Es necesario insistir sobre esto, el número no importa, lo que sí es relevante es la falta de seriedad que tuvieron todos los periodistas al dar su opinión sobre una figura política, cuando esa opinión debe ser reservada.
Está claro que un periodista sigue siendo un ciudadano cualquiera, y que debe ir a votar y obligadamente elegir por el partido político que más le convenga o crea más conveniente, pero a la hora de ejercer el oficio nunca debe revelar cuáles son sus preferencias políticas, porque pierde seriedad lo que informa, ya sea con apoyo o con hostilidad.
La realidad es que el periodista debe ser objetivo, y, además, debe ser obsecuente con respecto al punto 2.3 de los Tópicos Periodísticos que aparece en el Manual de Estilo de Tribuna de Periodistas, que cita: “Los espacios informativos de Tribuna de Periodistas no pueden utilizarse para que los periodistas favorezcan a una persona, grupo político, económico, religioso alguno o para buscar beneficios personales”, lo que le sería útil aprender a una gran cantidad de periodistas, tanto argentinos como alrededor del mundo.
Dejando eso claro, vale resaltar que el sondeo hecho hacia los periodistas no debería existir, quien tenga la facultad de ejercer este oficio con moral y etica nunca podría haber brindado esa información.
No son opiniones, cuando se pregunta sobre la imagen de alguien se trata obviamente de percepciones superficiales. Cada encuesta tiene el valor que tiene su cuestionario. Lo que es una falta técnica y ética grave es suponer a partir de un determinado cuestionario una conclusión que lo excede.