Si bien es cierto que tenemos funcionarios cuyo único atributo es ser parientes o amigos del presidente o sus ministros y es lógico que los separen de sus cargos de privilegio, también es muy cierto que las razones del achicamiento, son únicamente por cuestiones presupuestarias.
Hace mucho tiempo que no se expulsan de sus cargos a los empleados del Estado por su, en algunos casos, total falta de idoneidad y tengo certezas, que absolutamente es así, creo que hoy sucede lo mismo.
Se despiden empleados sin analizar en qué estado quedan con estas sanciones, las estructuras de departamentos y sectores, muchas veces sensibles a la adecuada conducción del país en su administración correcta y prioritaria.
Considero que se debería plantear, en vez de pomposos anuncios de despidos al estilo perinola, que se hará un profundo y exhaustivo análisis de las funciones que deben cubrirse y con quién hacerlo, si queremos un país posicionado en el Mundo como lo éramos hace casi un siglo atrás y de ser necesario, ampliar la plantilla de personal.
Pero para para llegar a esto, se necesita ampliar la base de la producción, creando las condiciones de generar actividades que engendren riquezas y mejoren los costos de los productos, por ejemplo en traslado de materias primas y artículos elaborados, como son las rutas viales, náuticas y aéreas, optimizando los servicios de educación, salud y seguridad, incluyendo la justicia.
No se gana eficiencia en la Administración Pública, con solo achicar el Estado, sino administrando bien los recursos y eliminando la corrupción, se necesitan gobernantes dignos e idóneos, es decir honestos y capaces, bien pagos pero con verdadera vocación de servicio, ¿los habrá?
El año próximo tendremos elecciones del Poder Ejecutivo, Legislativo y Municipales, sería interesante que NO nos den a elegir, entre lo malo y lo horribles, como nos tienen acostumbrados.
Algo es totalmente seguro, si no los encontramos, los que estamos perdidos somos nosotros, es decir la población de los hombres grises que necesitan un verdadero cambio, pero no trabajan para lograrlo.
Atentamente.
Walter A. Gazza
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