Parece ser que la “doctrina Chocobar” comienza a convertirse en moneda corriente y lo que en un momento defendió el Ministerio de Seguridad, especialmente su titular, Patricia Bullrich, junto al presidente Mauricio Macri, se les empieza a escapar de las manos.
El caso Chocobar, ya harto conocido por la sociedad, es un caso altamente politizado, sobre un policía que baleó por la espalda a un ladrón que a su vez había apuñalado a un turista para robarle, mas allá de que muchos piensen que es justo, apuntando a la Ley del Talión, resulta que lo sucedido está penado por el Código Procesal Penal.
Es dable aclarar que la Ley del Talión era la base de los Ordenamientos Jurídicos en áfrica y en Eurasia, y, especialmente, en Europa en la Edad Antigua y en la Edad Media. El sistema legal del antiguo régimen ya ha sido superado, particularmente a partir del tratado de Cesare Beccaria, de los delitos y las penas, en el año 1764.
Por tanto ¿buscamos convertirnos en un país retrograda? Esa no sería la respuesta más adecuada a la hora de hablar sobre el fin del crimen.
En las últimas horas se dio a conocer un video en donde se puede observar a un joven subido a una moto escapando de un control vehicular, y un grupo de gendarmes persiguiéndolo, lo que desembocó en un disparo, si esto no es una prueba contundente sobre el problema del gatillo fácil ¿Qué lo sería?
Como le explicó el abogado penalista Maximiliano Legrand a este cronista, este es un problema que involucra a toda la sociedad en general, porque ya hace unos años que se viene peticionando un mayor número de agentes de cualquier fuerza de seguridad en las calles, por tanto, se los forma de manera deficiente, porque se busca sacarlos rápido y en cantidad, y a la hora de actuar, no se encuentran preparados para hacerlo.
¿Entonces la culpa de quién es? ¿De la sociedad? ¿Del Ministerio de Seguridad? ¿De las academias encargadas de formar a los uniformados?, se podría decir que es un poco de todos, aunque es más fácil “tirarle la pelota” al otro
Caso Particular
Para entender lo acontecido el pasado domingo 25 de marzo a las 12:30 horas del mediodía, es dable aclarar que el joven de 19 años Gonzalo Nahuel Salas, eludió un control de la Gendarmería a bordo de una moto de cilindrada 160, en el borde de la Plaza Montiel ubicada en el partido de Lomas de Zamora.
Tras maniobrar de esta forma, recibió un disparo por parte de Gendarmería, y la bala, que entró a la altura de la cintura, le perforó un intestino.
El joven continuó con su moto y con el disparo hasta la casa de su novia, muy cerca de la plaza Montiel, en la calle Atenas. Allí fue llevado a un UPA (Unidad de Pronta Atención) ubicado en Villa Fiorito, y de ahí fue trasladado al Hospital Luisa Cravenna de Gandulfo.
Gonzalo aún continúa internado y su estado está reservado, pero lo último que se conoció es que se encuentra en una situación de mejoría.
La causa está bajo secreto de sumario, por lo tanto no se sabe mucho sobre los avances de la investigación, pero lo que si se conoce, es que los agentes que participaron en este procedimiento están siendo investigados por el juzgado federal II de Lomas de Zamora a cargo del juez Federico Villena.
También se advierte que no habría una agresión por parte del joven hacia los uniformados, por dicha razón, se está tratando de averiguar porque los gendarmes habrían abierto fuego y para peor no comunicaron de lo ocurrido a las autoridades superiores. Para ello se los pasó a disponibilidad preventiva, se les confiscó el arma reglamentaria, fueron separados de la Fuerza y se está tratando de encontrar testigos.
Dicho sea de paso, ya hay un testimonio de una persona de nacionalidad paraguaya que se encontraba en el momento exacto donde ocurre esta agresión.
¿Qué dice el padre de Gonzalo?
Lo primero que aclara Osvaldo Salas, es que es un milagro que su hijo este vivo, que le tiraron a matar, y que es muy evidente que quien le haya disparado al joven, no está capacitado para formar parte de una fuerza de seguridad y mucho menos de tener un arma.
Salas padre también explica que lo que no quería Gonzalo era que le saquen la moto, ya que, si bien tenía los papeles reglamentarios, no poseía registro para conducirla.
Es decir, Salas hijo presentaba un riesgo para la sociedad, e incluso habría incurrido en una ilegalidad, de todas formas esto no explica el accionar de los oficiales.
Versiones
Según explicó el padre del joven hospitalizado, los gendarmes persiguieron al chico aproximadamente cuatro cuadras, al darse vuelta, Gonzalo dice haber visto a uno de ellos apuntándolo, pero aún antes de eso, dijo que en el momento en que le piden que se detenga, ya había uno de estos hombres pertenecientes a la fuerza apuntándolo con una escopeta.
Además Osvaldo Salas destacó que en el momento que ocurre el disparo, los oficiales dejan de perseguir a su hijo, se van de la escena sin saber siquiera si el chico se encontraba muerto.
Sin embargo, los gendarmes dieron su propia explicación: lo único que supieron decir al respecto es que el arma cayó al suelo y se disparó.
De cualquier forma, ninguna de las dos historias parece tener elocuencia, aunque ya la Justicia se está encargando de investigar qué fue lo que realmente sucedió.
¿Qué opina Patricia Bullrich al respecto?
En diálogo con la señal televisiva TN, la titular del Ministerio de Seguridad explicó que “El Ministerio, junto con la Gendarmería Nacional, inmediatamente tomó la decisión de apartar a los gendarmes que estuvieron en la patrulla”.
Sin embargo minusvaloró el disparo mencionando que “cometieron una serie de indisciplinas, y la central y la más importante de todas, fue no informar del hecho. Es decir que violaron la confianza que nosotros creemos que es fundamental en la construcción de una relación que tiene que tener la gendarmería con la gente. Nuestro principal objetivo es cuidar a la gente”.
¿Lo que dijo es lo que quiso decir? ¿Qué no haber informado lo ocurrido es más grave que el hecho en sí?
Cuando se le consultó si existía gatillo fácil, la ministra aclaró tajantemente que “no tiene nada que ver con nuestra filosofía. Esta por fuera de nuestra manera de pensar la política criminal”.
Por otra parte, el gendarme que disparó ¿habrá pensado que le iban a brindar apoyo por parte del Gobierno como fue en el caso de Luis Chocobar?, ocasionalmente se sabrá, o no.
En otra entrevista brindada a Tribuna de Periodistas Legrand anticipó lo ocurrido al mencionar que “convertís en juez y parte a una persona que ni siquiera está capacitada para un procedimiento, en la mayoría de las ocasiones. Legitimar eso es peligroso para mí. Nadie está exento de una posible arbitrariedad policial, hoy es esta situación y mañana puede ser que en algún momento algo salga mal en un procedimiento y te conviertan en delincuente, en presunto infractor y te hagan acreedor de un disparo”.
Conclusión
Se puede observar cada vez una mayor falta de capacitación para quienes conforman las Fuerzas de Seguridad, por tanto debería desarrollarse una manera más eficaz de preparar a los uniformados a la hora de seguir los pasos de un procedimiento.
De haber actuado de forma correcta los gendarmes, hoy Gonzalo no estaría en el hospital, no tendría la moto y no formaría parte del peligro social.