Si por lo general los padres averiguan cómo son los establecimientos escolares donde pretenden que se eduquen sus hijos, ¿por qué no se informan del origen de los gobernantes que han de regir el destino de la Nación donde crecerán esos chicos?
La historia de Mauricio Macri demuestra que siempre tuvo una especie de disociación con la realidad, cierto retraso evolutivo que hoy está afectando al común de los argentinos. Salvo a esa pequeña minoría de millonarios y oportunistas que siempre están a la caza de pescar en río revueltos.
Aquí mencionamos solo tres ejemplos de esto que decimos en el título: el Presidente de los argentinos atrasa cuatro décadas y lo muestra en su gobernar diario.
Primero que todo, la relación clasista en las empresas -en el vínculo del trabajador con la patronal-, ya está siendo cosa del pasado en todo el mundo.
Esa lucha de clases por salarios dignos y beneficios a los empleados dejó de serlo cuando los Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg y demás adalides de la revolución informática pusieron en práctica recursos humanos novedosos y revolucionarios en donde los trabajadores de sus imperios fueron tenidos en cuenta en muchos beneficios (desde disponer de centros recreativos en las empresas hasta beneficios económicos varios), que redundaron en optimizaciones cualitativas en el rendimiento de esas firmas.
Hasta sucedió en China, donde los salarios siguen siendo paupérrimos pero cada tanto cien millones de chinos que antes comían salteados ya lo hacen todos los días. Y esa cifra incide en la economía del mundo entero y principalmente de naciones como la Argentina, proveedores de alimentos que se benefician con millones de bocas más para alimentar.
Pero Macri sigue detenido en esa lucha de clases entre el trabajador y su empleado, y las consecuencias son previsibles. Aumenta la desocupación, la indigencia y el malhumor social creciente aún de quienes conservan su fuente laboral, porque la incertidumbre les hace preguntar cuánto tiempo más estarán con empleo fijo. Los que salen del sistema, es difícil que regresen al mismo.
Otro ejemplo del cerebro presidencial que atrasa cuatro décadas es un asunto que solo conocen las ciudades y los pueblos que viven del agro.
Desde tiempos de la dictadura, los ministros de Agricultura le informaban al presidente de turno que en el negocio de los granos había una cláusula no escrita en la cual se les permitía a los pequeños y medianos productores facturar en negro un pequeño porcentaje de su producción. ¿El motivo? Con esos márgenes no declarados los productores invertían en sus pueblos de origen. Cambiaban sus casas o las refaccionaban, cambiaban sus vehículos todos los años, abrían negocios para que los exploten sus hijos o familiares directos y eso generaba una mejora sustancial en la calidad de vida de poblaciones que dependían del campo. Algunos compraban casas en Miami o emprendían viajes fastuosos, pero siempre quedaban divisas para que el derrame se produjera en poblaciones pequeñas que de no mediar ese dinero no podrían haber sobrevivido en el tiempo.
Cuando le dijeron de esto a Néstor Kirchner, el santacruceño aceptó la condición aunque él decidió que porcentaje se les permitiría no pasar por el organismo recaudador. Puso un número que fue del 7 al 3 por ciento y así las cosas igual los pueblos siguieron viviendo sin grandes lujos, pero como ocurre en muchísimas provincias (salvo las de Norte y Noroeste argentino donde siguen gobernando señores feudales) el beneficio per cápita siguió siendo u óptimo o digno de satisfacer las necesidades básicas de los pobladores.
Llegó al poder Macri y se negó a ese sistema, como en la peor época de los conservadores. Retrocedió más de medio siglo y ahora nuevamente volvieron bolsones de pobreza que parecían cosa del pasado.
El tercer ejemplo parece trivial pero demuestra que Macri hasta en estas cosas atrasa muchas décadas. Es solo una anécdota más. Hace poco dijo como con gracia, que en un geriátrico del PAMI en el cuál hay computadoras, se había detectado que los ancianos visitaban páginas de contenido adulto, pornografía, y sonriendo sostuvo que se las había bloqueado.
Los sexólogos, psiquiatras y hasta psicólogos se le fueron a la yugular como perros de caza. Ya el cine XXX no se considera morboso ni degenerado como antaño, la pulsión de la vida a los ancianos los lleva a observar ese cine a veces grotesco pero nunca malicioso. Un informe del Discovery Chanel señala que hay cadenas de señales porno financiadas por dineros provenientes del Vaticano.
Los argentinos ignoran que Macri como gerente financiero de la empresa de su padre Franco y su tío Tonino, ya fallecido, le causó tantas pérdidas y que por eso Franco Macri lo sacó de SOCMA dándole dinero para que Mauricio gastara su tiempo en Boca Juniors. Claro, le hizo perder la franquicia de Fiat con maniobras inauditas -contrabando entre ellas- y cuando la financiera que lideraba Marcos Gastaldi -el yerno de Mirtha Legrand era vox populli que estaba en ruinas, invirtió 30 millones de dólares llamado por el canto de sirenas de tasas imposibles de pagar en el mercado de capitales. Obvio, ese dinero nunca se recuperó.
Atrasar décadas en el mundo de hoy es mandar un país al precipicio. Es lo que ocurre con Macri y su política actual que pone a la Argentina al borde del abismo.