El Gobierno Nacional le hizo una promesa a las petroleras que consigna una “compensación” si logran no trasladar a los surtidores el ajuste de precios pendientes en los combustibles, el cual ronda en un 30%.

El convenio posee una vigencia de 8 meses -plazo que inició el primero de mayo último-, e imposibilita incrementos por dos meses y, desde el comienzo, confiesa un diferimiento de precios al público de, por lo menos, el 12% en gasoil y naftas.

Dicho pacto se dio en el marco del “Acuerdo de Estabilidad de Precios con Cuenta Compensatoria” que Juan José Aranguren, titular del Ministerio de Energía y Minería, firmo en conjunto con las autoridades máximas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales -YPF-, Shell y Axion el pasado 8 de mayo y que se quiso mantener bajo estricta reserva.

En el acuerdo se menciona que el cumplimiento de la “compensación final” a las refinadoras se puede extender hasta marzo de 2019, sin embargo, no especifica el modelo de recupero.

Tanto el 12% de base, como las variaciones que se acumulen durante los dos meses de enfriamiento de precios, serán abonados en seis cuotas mensuales consecutivas, siendo la primera aplicación el día cinco de julio próximo.

Aunque, es dable destacar, el ministro Aranguren, de encontrarse con que las petroleras no pueden incrementar los precios en el niel previsto, se comprometió a buscar un “mecanismo” de compensación alternativo.

Por último, en el acuerdo se pormenoriza el valor de cada componente en la fórmula de cálculo del porcentaje mensual de variación: el Brent 89%; el Biodisel 5% y los Bioetanol 3%.

Básicamente, ante la escalada del crudo y la devaluación de abril y mayo, el ex CEO de Shell propuso la iniciativa, dedicada a los directivos de YPF, Shell y Axion, de congelar los pecios de combustibles por dos meses, comprometiéndose a compensarlos si no pueden trasladar el total del incremento a los precios.