Pensar un mundo sobre la base de la diversidad cultural, política y religiosa es una verdadera maravilla. Sin embargo, llevar ese pensar a la acción, hoy por hoy, se presenta como una verdadera utopía.
    La religión islámica es una de las religiones más fundamentalistas que se profesan en el mundo entero. Para el Islam, la acción siempre tiene el resguardo de Alá. El Dios islámico. 
    Bajo esta concepción es que buscan llevar adelante la Jihad (Guerra Santa) encontrándose claramente embebidos de la sharia (Ley Islámica) 


Breves consideraciones sobre el Islam

    Islam es el nombre de la religión e implica sometimiento a la voluntad divina para obtener la paz y la salvación. Mientras que musulmán es aquel que se somete a dicha voluntad.La tradición islámica fija en el año 570 la existencia del profeta Mahoma, quien surgió y desarrolló sus actividades en la península arábiga. Su emigración dentro de Arabia Saudita estuvo marcada por diversas luchas entre clanes y sectas.Es importante destacar que dentro del mundo árabe existe una importante división en cuanto a la visión que se tiene sobre el profeta. 
    Nos encontramos, por un lado, con los seguidores del conjunto de los dichos y acciones que Mahoma efectuó en vida. Acciones que se fueron transformando en ejemplo para sus fieles, quienes recibieron el nombre de sunna (sunnitas) 
    Por otro lado, nos encontramos con el grupo Shi’ita., seguidores del primo y yerno de Mahoma, considerado como su único sucesor legal. Cinco son los principios básicos de este último grupo: 
    Creencia en la unidad divina. 
    Creencia en la profecía. Creencia en la resurrección. Creencia en los sucesores del profeta. 
    Creencia en la justicia divina.
    Los dos grupos nombrados coinciden en los tres primeros principios y distan en los dos últimos. No obstante, ambas corrientes forman parte de un todo: SON MUSULMANES.
    Finalmente, podemos interpretar el Islam como una actitud ante el mundo y el Creador; una disposición del alma voluntariamente aceptada y una práctica consecuente con ella. También es el camino de la salud, la paz y la salvación. 
    No es sólo una religión. Es un modo de vida sustentado en una doctrina, una cosmovisión que abarca todos los temas e intereses humanos.


Lo sagrado y las caricaturas

    El 30 de septiembre del año 2005 el diario conservador danés Jyllands- Post publicó una serie de caricaturas de Mahoma. Las mismas fueron reproducidas en toda Europa a comienzos de febrero de este año.
    La republicación desató la ira de los musulmanes. Entre algunos de los sucesos ocurridos se destacan las manifestaciones contra las caricaturas, la muerte de manifestantes en Afganistán durante las protestas, el ataque de palestinos a la sede provisional de los observadores internacionales en Hebrón y otros hechos de similares características que se produjeron en Damasco, Beirut; etc.Ahora bien, el cuidado por lo sagrado es fundamental en cualquier religión. Tanto es así que las caricaturas sobre el profeta Mahoma han generado un sinfín de cuestionamientos, una interesante cantidad de accionares y un abanico indefinido de opiniones sobre el tema. Porque la burla al profeta va más allá de un simple cuestionamiento a los preceptos islámicos.Y lo sagrado, o bien condensa todos los valores culturales cuya trascendencia ha de ser preservada, o bien expresa todo aquello cuyo poder desborda lo humano. 
    En el mundo árabe existe una forma de consagración divina que oscila entre la adoración y el fundamentalismo. Un fundamentalismo peligroso, que se vuelve más peligroso de lo que ya de por sí es cuando se pierde de vista la ética de la moral y la ética de los valores. 
    O sea, la provocación de las caricaturas tomó como herramienta a la principal figura del Islam ridiculizándola. De este modo, se logró una vez más la violencia colectiva de los grupos y/o movimientos fundamentalistas islámicos. Porque para los musulmanes, lo sagrado conlleva un poder terrible. Tocar la figura de Mahoma desde la ironía y la burla es, sin duda, agredir la esencia musulmana.
    Claro está que las caricaturas colocan en el centro del debate cuestiones tales como la libertad de expresión y el incentivo del odio. Si realmente existe dicha libertad, ¿por qué no publicar tales caricaturas?
    Libertad de expresión, por supuesto que hay. El tema reside en los límites. Y no en los límites de la libertad de publicar, sino en los límites del hombre mismo. En los límites de un hombre que aborda su repudio hacia una doctrina mediante la ofensa, creando un desborde indiscriminado. 
    Incitando, aunque ese no haya sido el objetivo, al odio y alimentando una violencia que nadie niega que exista. El periodista Flemming Rose, quien publicó las caricaturas en el diario de Damasco, dice en una entrevista otorgada para el suplemento “Crónica” del diario español El Mundo: "Veo en los islamistas algo que veía en los bolcheviques: fanatismo, dogmatismo y disposición a usar la violencia contra quienes no comparten su opinión" 
    Cabe destacar que Rose es un claro simpatizante de los Estados Unidos, se encuentra en contra la inmigración masiva y bajo ningún punto de vista se arrepiente de haber publicado las caricaturas de la discordia. Todo lo contrario. En la misma entrevista declara: "Es evidente que ante el Islam algunas personas permanecen en silencio o evitan pronunciarse. Y eso es lo mismo que veía en la URSS, y quizá también ahora con Putin. Ese tipo de autocensura es peligrosa".
    Desde ya que no cabe duda de que estamos en presencia de una región que parece no encontrar la paz y, dadas las características de su historia, parece que nunca la encontrará, independientemente de la creación de cuantos acuerdos de paz se firmen.Desde la racionalidad, las caricaturas pueden ser vistas como una sátira, como bien se comenta en un artículo publicado en el sitio www.cafebabel.com ("Caricaturas de Mahoma: del humor al odio") 
    Sin embargo, si las caricaturas son tomadas desde el punto de vista de la religiosidad, las mismas son una clara ofensa contra el profeta, contra la religión en sí misma. Dado que para el creyente ortodoxo no existe una razón valedera que pueda dar respuestas a lo que se puede considerar una “acción bárbara.” 
    Para el mundo musulmán, las caricaturas del profeta representan un acto de barbarie.Lo que ocurre es que, según el Islam, todo lo que los musulmanes hacen es en nombre de alguien o algo que no vemos, pero que indudablemente domina sus mentalidades. Todo lo hacen en nombre de Alá. Y como de Alá se trata, el cuestionamiento no tiene cabida. Pues siguiendo la línea de pensamiento de los musulmanes, en lo que a las caricaturas respecta, sólo la siguiente pregunta puede ser importante ¿en nombre de quién o de qué los occidentales realizan y publican caricaturas sobre Mahoma? 
    Sin más, lo que queda absolutamente claro es que las caricaturas son una provocación para nada.

Laura Etcharren
lauraetcharren@lexpress.net