En la coyuntura, los dos referentes políticos más potables para consignar una victoria con el propósito de presidir el país en la elección del año próximo son el actual presidente Mauricio Macri y la ex jefa de Estado Cristina Fernández.
Dicho sea de paso, en un eventual ballotage, sendos funcionarios son quienes mayor probabilidad tienen de recorrerlo, el problema acá es a quién votamos.
¿Votamos a quién se robó el país sistemáticamente como nunca nadie lo ha hecho en la historia o votamos a quien usa todos los medios posibles para evitar que la senadora nacional caiga presa por un delito tan grave como es el afano a cada uno de los ciudadanos argentinos?
Prácticamente ¿Votamos al ladrón o a quien lo encubre? ¿Quién es peor?
Como ya se sabe, gracias a la trascendencia de la hiperbólica causa de los cuadernos de la corrupción k, la líder de Unidad Ciudadana y sus séquitos se afanaron todo, pero absolutamente todo, de manera tan descarada que hasta habían escondido aproximadamente 40 bolsos en el mausoleo del fallecido otrora presidente Néstor Kirchner.
Se robaron todo, de manera tan cínica e irresponsable, que provocaron la muerte de 51 personas en la tragedia del tren de Once, y jamás pidieron perdón, al contrario, hubo que bancarse a Julio De Vido, con una marcada “pokerface” hablando de persecución política, nunca una disculpa. Jamás.
Robaron tantas fortunas que Daniel “El Gordo” Muñoz, solamente con lo que se quedaba de los bolsos sin que el matrimonio presidencial se diese cuenta, solo con “unas moneditas”, invirtió más 65 millones de dólares en propiedades en Miami y Nueva York.
Todo ese dinero es el mismo que falta en las escuelas, los hospitales, las cloacas, las rutas, los jubilados, las viviendas y la energía. Todo ese dinero es el que carece para lograr un estilo de vida digno.
Sin embargo, el actual mandamás argentino insiste con mantener a la senadora Fernández en libertad, a pesar de las 6 causas que la complican judicialmente.
Como ya se contó en este medio, el ministro de Justicia German Garavano lleva a cabo negociaciones en Comodoro Py para lograr avanzar en lo que a impunidad respecta.
Su primer objetivo fue logrado con superado éxito, la absolución del ex presidente Carlos Saúl Menem en la causa por contrabando de armas a Croacia y Ecuador, aunque éste haya terminado siendo imputado y condenado a 4 años de prisión en la causa por sobresueldos que data del año 1999.
Ahora intentan mantener en libertad a Cristina Kirchner. Quien está al mando de esta operatoria es Juan Ignacio Izura, a pedido de Garavano, quien actúa bajo las peticiones del dúo dinámico, Macri-Peña.
Como si lo mencionado no fuese suficiente para vincular al presidente con la impunidad a la corrupción, también es dable mencionar que se están llevando adelante ciertos “trabajos” para que el primo de Macri, Ángelo Calcaterra, y su padre, Franco, no terminen tras las rejas ya que están estrechamente vinculados a la putrefacción del Gobierno saqueador del Estado.
Ya hace un tiempo había trascendido que Macri, Calcaterra y Stornelli se habían reunido, con un objetivo más que claro: negociar la libertad del primo-hermano del presidente.
Aquí entra la mentira más grande del jefe de Estado, incluso igual o peor que las falacias prometidas durante su campaña preelectoral en el año 2015, la tan patrocinada Justicia independiente.
En ese contexto, es necesario repreguntarse ¿A quién votamos el próximo año?
Una incógnita que necesita de un profundo análisis para resolver qué es lo más conveniente y que va de la mano con otra pregunta que complica aún más la situación de elección: ¿Quién es peor, el ladrón o quien lo encubre?
Como dice un viejo refrán popular, ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón. Pero ¿Quién lo encubre?... para pensarlo.