Algo sintomático y significativo está aconteciendo en el tópico jurídico-gubernamental coyuntural, dado que la imagen del presidente se está manchando a razón de negociaciones que su familia directa llevó a cabo con el kirchnerismo.

En el marco de la investigación de la causa de corrupción más imperiosa de la historia, la de los cuadernos de Centeno, el juez federal Claudio Bonadío citó a indagatoria en los últimos días al padre del presidente, Franco Macri, y a Gianfranco Macri, quien fuera el hermano menor del actual jefe de Estado.

Don Franco es una de las figuras más importantes en esta causa, siendo el líder del grupo Macri-Socma. El mismo nuclea a un importante número de empresas, algunas de las cuales se encuentran bajo a orbita de la constructora Sideco y, entre las mismas, aparecen muchas mencionadas en la causa de marras.

Sin embargo, Franco Macri es solo un hilo de esta descomunal telaraña que, dicho sea de paso, revela todos los días un escándalo nuevo, algo que lejos está de terminarse.

La defensa del padre del mandamás argentino peticionó éste miércoles que se suspenda la indagatoria a Franco, con el argumento de problemas de salud, además de una prorrogación para Gianfranco.

Es dable destacar que es bien cierto que el mismísimo Mauricio Macri había reconocido en mayo del 2017 que su padre sufría de un problema demencial: “Cuando amanece tiene un par de horas de extrema lucidez y después te empieza a repetir las cosas. Te hace historias y relatos y vos decís: ‘papá, eso nunca sucedió’” manifestó entonces el presidente.

En el mientras tanto, Gianfranco se encuentra fuera del país, pero se presume que deberá declarar sin prorroga alguna el día jueves, al regresar del exterior.

A la sátira del padre y del hermano menor del jefe de Estado hay que sumarle la ya conocida conexidad del primo de éste último, Ángelo Calcaterra, con la mencionada causa. Otro que quiso zafar de las imputaciones, aunque esta vez, con el argumento de ser un “coimero ocasional”. Fundamento irrisorio vale aclarar, ya que no deja de ser un acto ilícito.

Lo más grotesco, si se quiere, fue la petición de los defensores de Calcaterra, Ricardo Rosental y Fernando Díaz Cantón, quienes aseveraron que “hay que revocar este procesamiento y dictar la falta de mérito”, figura legal polémica y reprochable que sirve para asegurar la impunidad de la corrupción.

El primo casi hermano del presidente fue el dueño de Iecsa, no casualmente, hasta la llegada del macrismo al poder, momento en el cual pasó a pertenecer a otro de los funcionarios manchados por la corrupción durante el reinado del kirchnerato: Marcelo Mindlin, también apoderado de Pampa Energía.

Y acá una suspicacia: Iecsa, otrora presidida por Calcaterra, se encuentra bajo el núcleo de Sideco, dependiente del grupo Macri-Socma, liderada ni más ni menos que por el mismo Franco Macri.

Surgen varias preguntas respecto de lo sucedido: ¿Actuará Mauricio en favor de sus familiares tal como lo hizo en la causa por la deuda a Correo Argentino que posee como protagonista a su padre o se correrá al costado? ¿Utilizará a su todopoderoso ministro de Justicia German Garavano junto al operador de éste último Juan Ignacio Izura para evitar condenas? ¿El presidente Macri estaba enterado de todo esto? Al menos la última de estas preguntas tiene una respuesta.

En agosto del corriente 2018, en el marco del patrocinio que viene realizando el presidente sobre la base de su lucha contra la corrupción, en el momento en el cual se conoció que Ángelo había aparecido en los tan afamados cuadernos, Mauricio Macri mencionó: “Él me avisó que se iba a presentar, yo le dije siempre mejor ir con la verdad, con todo el dolor del mundo porque tengo un profundo afecto por mi primo, pero mi tarea como Presidente es justamente que nada se tape y que todo salga a la luz como corresponde”.

Si se toma en cuenta la cercana relación que el presidente describe tener con su primo, que dentro del círculo familiar la describen como “casi de hermandad”, es poco probable, cuando no improbable, que no tuviese noción alguna de los negocios de Calcaterra con el entonces oficialismo.

En ese sentido, de no conocer este hecho, podría decirse que la razón por la cual el primer mandatario trata al empresario como un hermano, es más un acto exagerado con intenciones de victimizarse.

Y si realmente conocía este hecho, lo que resulta mayormente probable, que mencione “mi tarea como Presidente es justamente que nada se tape y que todo salga a la luz”, es más un provecho que saca del coyuntural acontecimiento que una realidad, son solo palabras de un discurso con la mira puesta en las próximas elecciones presidenciales. Dicho sea de paso, de haberlo sabido ¿Por qué nunca hizo siquiera una mención al respecto? No hay remate.

Hoy, tras los Panama Papers, el escándalo por la deuda al Correo Argentino, el blanqueo familiar, las deudas con la AFIP  de Yacilec empresa energética, y la causa por los aportantes truchos; el clan Macri se encuentra enredado en un nuevo alboroto en el marco de los cuadernos del ex chofer de Roberto Baratta, mano derecha del ex ministro de Planificación Julio De Vido.

¿Qué hará Macri? ¿Acaso acudirá a sus dichos respecto de la justicia independiente o meterá la mano?

Pronto habrá más información para este boletín.