Cristina recibió la peor de las noticias. Es el título principal en la tapa de todos los diarios. Y es doblemente grave. Primero por lo que implica que la Cámara Federal haya confirmado su procesamiento con prisión preventiva como jefa de una asociación ilícita.
Estamos hablando de una segunda instancia que ratifica todo lo resuelto por el juez Claudio Bonadio. Y aquí aparece el segundo nivel de inquietud para la exitosa abogada que nunca ganó un juicio pero lo perdió varias veces.
Fuentes del juzgado de Bonadío dicen que el magistrado estaba esperando esta confirmación para tener más potencia institucional y pedir el segundo desafuero de Cristina al Senado de la Nación.
Es muy probable que ese pedido ocurra en los próximos días. Ayer mismo, rápido para los mandados el senador Miguel Ángel Pichetto, dijo que lo van a rechazar aplicando su doctrina de que “el principio de inocencia sólo se quiebra con la sentencia firme”. El fiscal Carlos Stornelli le recomendó que lean de nuevo la ley de fueros.
Ese criterio que ayuda a la impunidad, no fue aplicado en diputados en el caso de Julio de Vido que fue desaforado y ahora está preso. En dos palabras y para no despertar falsas expectativas: Cristina por ahora no va a ir presa. Van a rechazar el pedido de desafuero cuando lo solicite el juez.
Pero también es cierto que a Cristina no le va a resultar nada grato someterse nuevamente a ese mecanismo humillante de utilizar al Senado como un aguantadero. Eso la iguala a Carlos Menem.
Los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi en un minucioso escrito de 89 páginas embargaron a Cristina por mil quinientos millones de pesos y colocaron a Néstor como el otro jefe.
Como organizadores del robo del siglo quedaron Julio De Vido, Roberto Baratta, José López, Carlos Wagner, Gerardo Ferreyra y Ernesto Clarens. Estos fueron los gerentes de la banda delictiva. Los ejecutores.
Es demoledor es escrito cuando explica que la plata sucia iba a la punta de la pirámide. Que todos los caminos conducían no a Roma sino al matrimonio K. Dice textualmente:
“Las referencias sobre el destino de las sumas percibidas se cuentan por centenares y conducen al domicilio de los ex mandatarios -sea en el edificio de Uruguay y Juncal de esta ciudad o en la quinta presidencial de Olivos- o a las manos de algún colaborador de extrema confianza.
El nombre de Daniel Muñoz (fallecido), secretario privado de la presidencia, aparece mencionado 87 veces en las anotaciones de Centeno. Se agrega la residencia del matrimonio Kirchner en Río Gallegos, señalada también como destino de los bolsos con dinero.
Pero hay más todavía. El fallo de los jueces advierte que “no se trató de una simple organización criminal ubicada en estratos medios del escalafón administrativo.
Su estructura piramidal con eje en los máximos representantes del Poder Ejecutivo del Estado Nacional le dio características extraordinarias: de inusual y poderosa capacidad de acción, medios extraordinarios basados en la estructura jerárquica para lograr sus fines y, sobre todo, de una impunidad sin precedentes.
Corrupción con rasgos definitivos de gravedad y descomposición institucional, increíblemente prolongada en el tiempo”.
Es insólito que estemos hablando de un matrimonio Kirchner que gobernó durante más de 12 años casi con la suma del poder público y de una ex presidenta reelecta que hoy se propone volver a ser jefa del estado.
Esta resolución confirma que ella lideró la banda criminal que recaudó montañas de fondos ilegales y que por eso, se abrió un abismo a sus pies y corre peligro su libertad.
El juez Claudio Bonadío había decidido su sexto procesamiento y su segundo pedido para que vaya a la cárcel en forma preventiva. Es histórico e inédito. Además aportó pruebas de que, solo en su famoso departamento de Recoleta, ella recibió casi 70 millones de dólares en 87 entregas. ¿Escuchó bien?
Solo en su casa de Uruguay 1306 la jefa de la asociación ilícita recibió casi 70 millones de dólares en sobornos. No fue magia. Fue una mafia que le robó al pueblo argentino con sobreprecios en las obras públicas para que los retornos fueran a parar a los bolsillos del matrimonio Kirchner.
Así se enriquecieron ilícitamente, tanto Néstor como Cristina, a esta altura los políticos que mayor cantidad de delitos cometieron y que más dinero robaron en la historia argentina e tal vez, en todo el planeta.
Los fanáticos negacionistas todavía siguen diciendo que los cuadernos no existen y que son solo fotocopias. Los cuadernos sólo fueron el disparador. Ahora hay pruebas concretas, testimonios de arrepentidos que cuentan como cobraron y como pagaron las coimas.
Hay fotos, escuchas telefónicas legales, 46 videos. ¿Alguien puede creer que todo esto está armado? ¿Cómo se obliga a ex funcionarios de la íntima confianza de Cristina como José López, Claudio Uberti o Juan Manuel Abal Medina a reconocer que recaudaron dinero sucio e ilegal?
¿Cómo se obliga a varios de los empresarios más poderosos de la Argentina a confesar que pagaron millones en coimas?
Estamos frente al derrumbe de un sistema de corrupción gigante, el más profundo, permanente y organizado que haya existido jamás. No se trata de algún político coimero.
Nunca antes se cometieron tantos delitos, por tanto dinero y por tanto tiempo. Néstor lideró este repugnante mecanismo desde que empezó como intendente. Después de una pausa frente a su muerte, Cristina se hizo cargo y continuó con el latrocinio y la cleptocracia.
Ambos lideraron tanto el Frente para la Victoria como el Frente para la Valija. Ambos involucraron y ensuciaron las manos de sus hijos Máximo y Florencia y de la mayoría de sus funcionarios. A esta altura hay pruebas y datos que son demoledores e innegables.
El juez confirmó que en su casa de Calafate encontraron una bóveda grande que supo tener puertas blindadas según reconocieron tanto el arquitecto como el ingeniero que hicieron la mansión. Le recuerdo que en la casa de la calle 25 de mayo en Río Gallegos, los Kirchner también tenían una bóveda que había pertenecido al Banco Hipotecario Nacional.
José López, la mano derecha de Julio de Vido, el gerente general de la corrupción durante más de 20 años, juró que los 9 millones de dólares que fue a esconder en el Monasterio eran de Cristina. También las joyas y los relojes de lujo. Lopecito confesó que lo único que le pertenecía era la carabina suiza y el contacto con las monjas que no eran monjas, o más o menos.
Aquí involucra con lujo de detalles a dos secretarios de la íntima confianza del matrimonio: Daniel Muñoz y Fabián Gutiérrez. Muñoz murió pero pudo comprar propiedades de lujo en Miami por más de 73 millones de dólares. ¿Era dinero que le robó a Néstor para tener 100 años de perdón o eran dólares de Néstor invertidos por su testaferro?
José López reconoció que tiene miedo que lo maten, que Cristina es muy vengativa y que él la vio en acción. Su testimonio es clave respecto a cómo se reanudó el operativo de recaudación ilegal después del fallecimiento de Néstor.
Ella le mostró el cuaderno Arte donde el ex presidente anotaba obsesiva y minuciosamente cada coima y cada detalle y le preguntó: “¿Vas a ser parte del problema o de la solución?”. A partir de ese momento la mafia recaudadora funcionó nuevamente en forma aceitada, como siempre, pero bajo las órdenes de la “araña Cristina”.
Digo araña porque Daniel Muñoz la llamaba así por lo maltratadora que era. Humillaba a todos sus colaboradores pero, especialmente a las mujeres, según Claudio Uberti que también dijo lo mismo de Néstor. Eran una pareja agresiva que insultaba y en algunos casos pegaba cachetazos o patadas a sus funcionarios muy cercanos.
La reina Cristina hará su campaña electoral sentada más tiempo en el banquillo de los acusados que en su banca de senadora por la minoría.
Néstor y Cristina fueron una pareja que instaló una noche delictiva en la Argentina y esa noche ahora se vuelve sobre Cristina que ahora es la jefa. Su futuro y su destino son oscuros.