Un grupo comando de 5 encapuchados fuertemente armados entró anoche a la casa del ex intendente de Merlo, Raúl Othacehé.

Llegaron en una combi lujosa y aprovecharon el ingreso de Guillermo, uno de los cuatro hijos de Othacehé y su familia, para entrar con ellos. Fue una entradera brutal y bien coordinada como lo demuestran las cámaras de seguridad.

Le pusieron una pistola en la boca a la esposa de Guillermo y a él lo tiraron al suelo y le apuntaron a la cabeza. Según el ex intendente que gobernó durante 24 años el distrito, fue un “operativo comando, un operativo militar de guerra, un ataque político de una banda que nos intentó amedrentar”.

“El Vasco”, como se lo conoce a Othacehé culpabilizó de lo ocurrido a “El Tano”, como se lo conoce al actual intendente Gustavo Menéndez, que también es cristinista. Dijo que “el responsable político es el intendente” y “no es la primera vez que nos ocurren cosas de este tipo”.

Las fuentes policiales dicen que parece un ajuste de cuentas, un pase de facturas entre mafias del justicialismo local. Las escenas son propias de una película de “El Padrino”. Las dos nietitas del Vasco entraron corriendo y fueron escondidas en un baño por otro familiar.

El tiroteo fue impresionante. Othacehé dijo varias cosas que habrá que probar porque no suenan creíbles. Dijo “que se tirotearon entre ellos porque estaban drogados y que en su casa no hay armas”.

El diseño del ataque fue tan coordinado que cuesta creer que estos 5 encapuchados se hayan tiroteado entre ellos. Parecían profesionales. Y los vecinos dicen que el palacio berlusconiano en el que vive Othacehé, siempre está custodiado por guarda espaldas.

Uno de las personas que fue herida de varios balazos y está peleando por su vida en el hospital Eva Perón, se llama Miguel Ángel Maidana y podría ser un sereno y custodio. El vasco lo definió como “un militante y un compañero”.

No se sabe bien porque escaparon los delincuentes. El ex emperador de Merlo dijo que se trabaron en una lucha cuerpo a cuerpo con sus hijos y algunos allegados que estaban en la casa. Cuesta creer.

¿A trompadas se puede obligar a huir a 5 personas fuertemente armadas? ¿O había armas en la casa y las escondieron? Veremos qué datos puede recoger la justicia con los peritajes. De todos modos, la familia que fue víctima tuvo tiempo para borrar todo tipo de indicios si hubieran querido.

El Vasco dijo también que había otros dos autos de apoyo, según le contaron. Y que pronto van a poder aportar las imágenes de otras cámaras de las casas aledañas.

¿Quiénes son Othacehé y Menéndez? Son dos caudillos del kirchnerismo de Merlo. Dos muchachos pesados que juegan fuerte. Que trabajaron juntos mucho tiempo y que ahora se odian.

En marzo del 2013 yo escribí una nota sobre Othacehé que titulé: “El dictador de Cristina”. Y recordé que en marzo del 2011, en el diario Perfil, escribí textualmente lo siguiente: “El actor Federico Luppi también expresó su preocupación porque “una parte del país sigue apostando por las viejas soluciones fachistas antidemocráticas” y puso como ejemplo que “en estos días le interrumpieron un acto a Sabbatella al grito de zurdos de mierda”.

Dijo Luppi que “esa es la parte del espolón de proa que la derecha argentina coloca siempre como apelativos para descuajeringar el proceso democrático”.

En efecto una patota de 4 hombres que se conducían en dos autos sin chapa que no eran Falcon les dieron una paliza terrible a algunos militantes de Sabbatella en San Antonio de Padua, partido de Merlo. Uno de los agredidos, Alejandro Mileto, tuvo que ser hospitalizado. Martín Sabbatella responsabilizó al intendente kirchnerista Raúl Othacehé”.

Más cerca en el tiempo, en febrero de 2012 volví sobre el tema y escribí lo siguiente: “En su último show televisivo, Cristina Kirchner saludó con un confianzudo y coloquial: “Vasco, feliz cumpleaños”, nada menos que a Raúl Othacehé, intendente de Merlo e icono de la derecha violenta, experto en romper cabezas de militantes de Martín Sabbatella”.

Dos días después, recibí una carta documento del intendente de Merlo exigiéndome que me retractara de mis dichos sobre su persona o de lo contrario me iba a hacer un juicio. Le conteste con un telegrama que ratificaba todo lo escrito y le expliqué que las informaciones y calificaciones que utilicé habían sido tomadas de declaraciones del ex intendente de Morón y de la diputada nacional Victoria Donda.

Además, cualquier dirigente político o periodista que conozca más o menos el Conurbano sabe cuál es la metodología primitiva y patotera de “El Vasco”, como lo llamó la presidenta.

Por todo esto, la investigación del programa del domingo pasado de Jorge Lanata me hizo sentir doblemente gratificado. Porque es verdad que en el ambiente político, Othacehé es conocido como “El Dictador de Cristina” o el “Stroessner de Merlo”. Recuerdo que Alfredo Stroessner fue uno de los dictadores y dinosaurios más tristemente célebres que gobernó Paraguay durante 35 años.

El Vasco hace apenas 22 que es poco menos que el señor feudal de Merlo. Maneja un aparato represor que fue desnudado por la investigación de Nicolás Wiñazki y Rodrigo Alegre.

Lo definió Victoria Donda: “Es una mafia protegida por el Poder Ejecutivo” y recordó como las garras de este autoritario llegan hasta la Capital Federal. Victoria fue amenazada e intimidada con un auto en la puerta de su casa y con constantes llamados a su portero eléctrico incluso de madrugada.

Hay algo que rescatar de Othacehé. No es sectario ni excluyente a la hora de apretar y perseguir. Sus víctimas son de un amplio espectro ideológico.

Desde militantes o dirigentes que ahora están con Sergio Massa hasta cuadros del Partido Obrero de la zona o de Libres del Sur que ahora integra la coalición que en la provincia lleva a Stolbizer y Alfonsín como candidatos.

A todos les aplica su metodología nefasta y antidemocrática. Panfletos anónimos y difamatorios que se reparten en el domicilio o el lugar de trabajo de quienes se oponen a él, pesados guardaespaldas que como grupo de tareas fueron capaces de quebrarle las rodillas a un profesor de gimnasia, causas inventadas en serie para destituir tres veces a un concejal para que no haya ni siquiera un testigo de los negociados del Concejo Deliberante.

Por momentos parece que la democracia no llegó a Merlo. Que se vive en la época de las cavernas o en el marco de una democradura. Hasta hace poco sus ataques más violentos eran contra los muchachos de Nuevo Encuentro, el partido de Martín Sabbatella. Pero, sorpresas te da la vida.

Hoy ambos levantan la bandera de Cristina y sus esposas integran la misma lista de candidatos. Las especulación electoral unió lo que la violencia había separado. Víctimas y victimarios de docenas de denuncias ahora están juntos como si fueran socios de toda la vida.

Uno empezó en Tacuara y el otro en el Partido Comunista, tal como lo macarteó otro intendente tan derechista como Othacehé que también apoya a Cristina. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.

Repito: esta nota la escribí hace 7 años. Hoy la reactualizo sin tocar una sola coma. Poco tiempo después yo sufrí un ataque de 4 motoqueros vestidos de negro y con los cascos puestos que me dieron una paliza brutal y que tenían un auto estacionado de apoyo a una cuadra de radio Continental donde yo trabajaba en ese momento.

Me robaron la mochila con mi computadora, con todos mis archivos, todos mis documentos y tarjetas de crédito. Hubo zona liberada en plena Avenida de Mayo. La justicia se movió y hay un par de detenidos que fueron partícipes necesarios. Recuerdo que en el 2016, Gustavo Menéndez fue a visitar al Papa Francisco y dijo que el Papa le dijo que él también había sido amenazado por la mafia de Othacehé.

Gustavo Menéndez fue presidente del Partido Justicialista bonaerense hasta hace unos días. Curiosamente o casualmente, hoy fue condenado a dos años y 6 meses de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos en Mar del Plata.

El castigo fue por administración fraudulenta contra el estado cuando era director de Casinos en la gobernación de Felipe Solá. Faltaron 600 mil dólares del casino y allegados a Menéndez dicen que el que impulsa esta causa es Raúl Othacehé que quiere volver a ser intendente.

Estos son los hechos. Usted saque sus propias conclusiones. En Rosario los narcos dejaron un cartel que decía “Con la mafia no se jode”. Parece que en Merlo, tampoco.