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La erupción: anticipo de libro (parte VII)

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ALBERTO KOHAN: EL OSCURO
ALBERTO KOHAN: EL OSCURO

Me acuerdo cuando inventó la FEPAC. Yo hacía buches de risa, pero había que estar. La fundación se hizo alrededor de una mesa en el restaurante “Alexandra” en la calle Reconquista. En tren de convocar mamarrachos, yo los había llevado a Rodolfo Iribarne y al “Turco” Asís. El que bancaba, con la plata de Maradona, era Cyzterpiller. Todavía tenía presente cuando Diego, delante de mí, de Bruno Passarelli, corresponsal de Atlántida en Italia y del “TanoRuzzi, se había negado a ir a saludar a Menem que estaba en el Hotel Excelsior. Sus palabras fueron: “El que anda con ladrón, también es ladrón.” Luego, en el poliderportivo de Olivos, con Guillermito Cóppola, Cris Miró y Ramón Hernández, todo se olvidó, menos el SIDA. ¡Pobre Diego! El 30 de octubre del 2005 cumplirá 47 años y es un horrible recuerdo de lo que fue. Pero cuánta razón tenía en aquel almuerzo lejano... Y, haga lo que haga, a él todos lo queremos.  

 

Kohan ha sido el hombre que más cercanía ha tenido con Carlos Menem. Hombre de los contactos más extravagantes, se lo ha sindicado como agente del Mossad. Al mismo tiempo no olvido que cuando estábamos en Roma consiguió a través de alguien en la Curia Romana que Carlitos fuera invitado a la misa privada del Papa.

En aquel entonces era un logro por demás importante. Fue indudablemente él quien actuó detrás de los indultos de las Juntas Militares y nunca, a pesar de haber sido un factor de la mayor importancia en el gobierno de Menem en La Rioja hasta el 76, estuvo detenido un solo día. Una cosa que siempre me sorprendió es que andaba armado. Por algo será... Hay quienes dicen que era el encargado de “ajustar ciertas cuentas del Jefe.” Para ello invitaba a quienes tenían que “ocuparse” a comer un lechón al asador en su casa de Martínez. Claro, de “plata” no se hablaba... Y así la cosa no funcionaba... Yo estoy vivo no sólo por una “especial protección”, sino también por la miseria de los menemistas, siempre dispuestos a robarse todo pero nunca a pagar nada ni siquiera a los asesinos, sino miren cómo terminó el “caso Cabezas”...  

Cavallo lo acusaba de ser durante su gestión el “canciller de las sombras”. Puede ser, pero al menos Alberto no denunciaba mafias cuando no podía llegar a un arreglo con las mismas o terminaba escapando del país para decir en el exterior que la Argentina es insignificante.

Cuando era embajador en Chile, me sorprendí con los contactos que tenía en ese país. Su hombre con los chilenos era alguien que luego desapareció del escenario político, un tal Hugo Martínez Viademonte. Cuando hace ya tiempo, a través de un artículo de Página 12 me enteré de que un grupo en el que figuraba mi viejo conocido Juan Carlos “LindorCobas pretendía quedarse con la empresa Chevallier prácticamente por nada, me dije: “A Lindor el negocio le queda muy grande, atrás debe estar Alberto” y mucho más cuando vi que la “operación se hacía con asociados a chilenos, entre los cuales estaba el hijo del ex Ministro del Interior Enrique Krauss. Algunos tenemos las ventajas de conocer personajes y mundo...  

Estuvo en Chile una vez durante el tiempo que fui Embajador. Sólo de paso, iba con su familia de vacaciones a Tahití. Lo volví a ver cuando regresé al país en forma definitiva. En diciembre de 1991, le planteé mi estupor ante la persecución de la cual era objeto. Como al pasar me preguntó: “¿No hay posibilidad de arreglo con Marilú (Sword)?” Casi pegué un salto. ¿Qué había detrás de la pregunta de Kohan? ¿Qué intención se escondía? Inmediatamente pensé que era cierta la versión que la tenía a Marilú Sword en su nómina para la organización de “eventos”, tal como me habían comentado. Todo era posible. Yo me resistía a creerlo. Pero hay quienes saben e insisten que así era, al menos hasta diciembre del 99...  

Luego, y a medida que fue perdiendo poder, circunstancia que culminó con la huida de Menem, también dicen que le “soltó la mano” a la Sword.. .  

Pero, y volviendo a la pregunta que me hizo, estoy seguro de que detrás de la misma no había nada bueno, al menos para mí... Sobre todo después de mi brutal negativa... Hoy, por lo que tengo entendido, mi “ex” vive encerrada en su casa temiendo no sé qué cosas, consecuencia de “negocios” que hoy manejan otros... En fin, ella sabrá. Yo desde que la puse en la “ruta” en julio del 91 y con la excepción de las audiencias de divorcio, nunca más me la he vuelto a encontrar.  

Lo que marcó gravemente a Alberto fue su relación con Gaith Pharaon. El ciudadano saudita, hijo del que fuera el médico personal del egipcio fundador de la dinastía Abdul Asís al Saud. Fue el presidente de BCCI (Bank of Credit and Comerce International). Nacido del ingenio del pakistano que desarrollaba sus actividades en los Emiratos del Golfo Pérsico, el BCCI, que estuvo sindicado como entidad “lavadora de dinero” a nivel internacional, cesó de actuar desde 1991 cuando el Banco Internacional de Basilea –especie de banco central internacional- le prohibió operar. La relación de Kohan con Pharaon ha sido por demás notoria. Cuando en 1989 se anunció la construcción del Hotel Hyatt, Alberto fue el único funcionario del gobierno menemista presente durante el anuncio. Además, cuando estalló el escándalo reconoció que él había facilitado la inversión del BCCI en la Argentina.  

En el Juzgado Federal a cargo de Servini de Cubría, se encuentra en trámite una causa que investiga las actividades de dicho banco. El origen de la misma es una querella que Pharaon inició contra el periodista García Lupo que lo acusó de “lavador de dólares del narcotráfico.” En la audiencia de conciliación, Pharaon reconoció que él lavaba dólares, pero que otras entidades bancarias también lo hacían. Ese testimonio fue suficiente para que el juez Martín Valerga sacara testimonio del mismo. Las acciones cayeron en manos de Servini de Cubría. Es impresionante la cantidad de personajes que se encuentran envueltos en esta causa. Basta nombrar que declararon Ibrahim al Ibrahim, el mismo de Amira y las valijas, Marcos Gastaldi, del fundido Banco Extrader, Eduardo “Pacha” Cantón y se hallan imputados Ricardo y Guillermo Gotelli.  

Alberto ya declaró en la causa pero seguramente deberá volver a hacerlo. Su carácter es el de imputado no procesado. Su grado de participación en los hechos impide que sea llamado como simple testigo, pero las sospechas en su contra no han podido ser probadas, aún, para que sea indagado como imputado. Hoy, con otros aires soplando, esta causa era una de las pocas cosas que perturbaba a Kohan. La otra fue un imprudente “regalito” de fin de fiesta que se obsequió. Una tontería, como vulgarmente se dice. Tal vez por no saber que no a su mujer. Efectivamente, el 18 de septiembre del año 1998, la familia Kohan abandonó su confortable casa de la calle Pasteur 629 de Martínez y se trasladó a una rumbosa mansión que la revista Noticias valuó en dólares 1.600.000. Reconozco que me sorprendí. Sé que en Punta del Este tiene un departamento más que confortable. Pero tampoco nada del otro mundo. Los comentarios que llegaban decían que habían mejorado mucho su “parque” automotor, pero como venían de la “banda Bicho” que lo odia, no parecían dignos de ser tomados en cuenta. Cuando salió publicado lo de la casa y, además, con motivo de los allanamientos a los casinos clandestinos en Puerto Madero donde surgió que tenía tres unidades en Alicia Moreau de Justo 750, me dije:”Más que un crimen ha sido un error.”  

Elisa Carrió lo acusó de ser el Vladimiro Montesinos de la Argentina. Creo que la gorda, aunque exagera, algo de razón tiene. Si no, pregúntenle a José Luis Cabezas... Y a Eduardo Duhalde, quien afirmó que le habían tirado el cadáver del fotógrafo...  

Menem  fue más que el “Chino” Fujimori... Mucho peor quiero decir... También Lilita lo acusó de tener cuentas en Suiza y, afirman, que le entregó prueba de sus dichos al implacable fiscal Stornelli. Y hoy que los suizos resolvieron cooperar el tema se ha convertido en tragedia para la pandilla menemista... Por más que aseguran que lo pueden manejar al juez Oyharbide...  

Su presencia en la causa de las armas fue creciendo poco antes de que Menem fuera detenido por la misma. Se dice que forma parte de la denominada “Conexión Ruben Ormart”. Alberto, según parece, conoció a Ormart en La Rioja cuando los dos participaron en el denominado “Proyecto Jaguel”. Está acreditado en la causa judicial que Ormart fue socio del traficante Diego Palleros en las empresas Hayton Trade y Debrol que intermediaron en la maniobra. Cosa curiosa, también surge en la investigación que Ormat estaba vinculado a Monser Al Kasar y Gaith Pharaon y que el lazo que los une son dos empresas: CAPCOM FINANCIAL y CAPCOM CO.  

El último golpe han sido las declaraciones del extraditado Enrique Piana, que afirma haberle entregado trescientos mil dólares en cuotas mensuales de treinta mil para lograr sus buenos oficios ante la DGI. 

Hace un tiempo, tomando un café vespertino con un grupo de amigos con el que me reunía en Barracas, les llevé un álbum de fotos de cuando hacíamos campaña con Alberto en el año 1988. El comentario general fue la sorpresa de ver cómo había envejecido. “Deben ser las preocupaciones y los problemas de estos últimos diez años”, afirmé. Pero otro de los concurrentes, con sabiduría peninsular acotó: “No, Oscarcito, es que ha tomado conciencia de que no hay plazo que no cumpla ni deuda que no se pague... Y ahora le toca pagar...”  

Y sí, sabe que la noche llegó. La huida de Menem lo afectó directamente. la ridícula pretensión de candidatearse en la provincia de Buenos Aires fue un dislate voluntarista. El no saber resignarse a que hay cosas que pertenecen al pasado.  

Finalmente, el 21 de agosto del 2003, Marta Franco de Kohan fue “asaltada” y luego de robarle su auto y el dinero que llevaba consigo fue liberada en la villa La Cava. Cosa extraña...  

Posteriormente, tres meses después, el 26 de noviembre un supuesto asaltante ingresó en sus oficinas de Libertador 222 y le robó cuando se encontraba en compañía de un amigo y de su eterna secretaria Alejandra. El supuesto “caco” se llevó dos computadoras portátiles y exigió que Alberto abriese la caja fuerte. Cuando intentó hacerlo, el “asaltante” le dijo: “No, esa no. La otra...”  

Verdaderamente, no creo en los asaltos al matrimonio Kohan, pero bien puedo equivocarme. En ese caso y por la forma en que ambos, según la prensa, fueron llevados a cabo, para mí, olían a mensaje o aviso...  

Si hubiera podido darle un consejo, este sería que volviese a Tahití a pasar una larga temporada... Pero no fue posible.  

El martes 3 de febrero de 2004 (curiosamente tres meses separaron todos los incidentes) casi a media noche, los medios de comunicación comenzaron a anunciar que Alberto Kohan había sufrido un “accidente” mientras se encontraba de cacería en un campo de la provincia de Río Negro. Las versiones eran por demás contradictorias ya que algunas decían que se encontraba solo, otras que acompañado. Algunas indicaban que el hecho era producto de que se le había escapado un tiro de escopeta , otras señalaban que se trataba de un disparo de fusil y, finalmente, “conciliaron en que se trató de un disparo de un revólver de altísimo calibre que se le “cayó” y que le destruyó la pierna derecha...  

Los que algo sabemos de armas y hasta nos ha gustado cazar en alguna época de nuestra vida, jamás hemos oído de un “accidente” de las características del ocurrido a Kohan: un tiro de su propio revólver que al “caérsele” hace blanco en la parte posterior de su rodilla...  

¿Qué le ocurrió realmente a Alberto Kohan? Esto es algo que formará parte de las especulaciones de las teorías conspirativas a las cuales somos tan afectos los argentinos. El hecho es que salvó la vida, pero no volverá a caminar normalmente nunca más. Es más, se dice que está carcomido por infecciones que hacen temer por su vida. Esperemos que esto no sea cierto. De ser así y “no le queda poco”, sería razonable pensar que se tomara una larguísima temporada de rehabilitación en otro país, lo que permitiría reflexionar sobre frases como aquella pronunciada por un político una mañana de verano hace  ya algunos años en un camino vecinal de Pinamar: “Me tiraron un cadáver” y a quien antes le habían hecho escribir por un “cagatintas” a sueldo, un libro denigrante...  

En pleno julio de 2004, cuando pretendía asistir a una función en el Teatro Astral, un tanto recuperado, en compañía de su familia, debió emprender precipitada fuga ante los insultos  de la concurrencia... No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague... Y vaya si Kohan lo está pagando mirando desde la ventana de su residencia  una piscina y una cancha de tenis que, con una pierna a la que le faltan 20 centímetros , ya no volverá a utilizar...  

Oscar Spinosa Melo
Especial para Tribuna de Periodistas

 

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