El discurso optimista de Mauricio Macri ante la Asamblea Legislativa pone al gobierno de nuevo ante el riesgo de convencerse de un relato económico muy alejado de la realidad.
En su presentación ante el Parlamento, el presidente consideró que el país está "mejor" que en el 2015, algo que por ahora sólo pueden confirmar los fondos buitre, que tras batallar durante años consiguieron cobrar una deuda multimillonaria.
Macri aludió al hecho de que las cuentas lucen más ordenadas y se están sentando las bases para un despegue, pero aunque fuera así, ese hecho mueve poco el amperímetro de los sectores más postergados.
El Gobierno anterior también cayó en esos errores de lectura, cuando Cristina Kirchner estimó que la pobreza rondaba el 5% y los números del INDEC dibujaban una inflación de un dígito.
Pero ahora gobierna Cambiemos, y, con un INDEC más creíble, el costo de vida llegó a niveles cercanos al 50% en el 2018, se perdieron casi 200 mil empleos en ese año y la pobreza supera el 33%.
Acosados por una escalada tarifaria que parece no tener techo, con alzas imparables en los precios de productos clave como la carne, y subas en los combustibles, el clima para los consumidores se vuelve cada vez más irrespirable.
En sólo tres meses, el precio del novillo subió 50% en el Mercado de Liniers, como consecuencia de las mayores exportaciones a China, un mercado que podría no tener techo.
El fenómeno le vuelve a dar la razón a quienes impulsan la aplicación de más retenciones para los productos de exportación, como herramienta para ponerle un freno a la suba de precios.
El alza en los precios de la carne y en otros rubros clave empuja la inflación de febrero hacia el 4%, y así el primer trimestre podría terminar con un costo de vida cercano al 10%, muy lejos de las expectativas del gobierno.
La paradoja es que semejantes niveles de inflación se producen en una economía en la que el Banco Central debe mantener las tasas por las nubes, en el 50%, para tratar de contener al dólar.
Aún así, la divisa norteamericana pegó un salto esta semana que la dejó al borde de los 41 pesos.
Una inflación prevista de 4% para este mes reactiva la discusión sobre el rol del dólar quieto para apaciguar los precios de los productos exportables y las expectativas.
El aguerrido discurso de Macri ante el Congreso refleja que la carrera electoral está lanzada, y sólo resta saber si el rival de Cambiemos será Cristina Kirchner, o el peronismo se abroquelará detrás de otra figura que permita aglutinar voluntades y tener chances ciertas de recuperar el poder.
Para el oficialismo, el peor escenario sería que a los problemas socioeconómicos se sume una disparada del dólar cuando se aproximen las elecciones.
Se trata de la peor pesadilla de Macri, porque terminaría de sepultar sus chances de reelección. José Calero