La causa por la que está ahora imputado el fiscal federal Carlos Stornelli es quizá la más llamativa de todas las que se dan alrededor de la causa de los cuadernos de la corrupción k, ya que se asomó tras la denuncia de un empresario que no aparece en la causa que investiga el fiscal.
Todo comenzó cuando el empresario agropecuario Pedro Etchebest denunció haber sido extorsionado por el pseudoabogado Marcelo Sebastián D’alessio a pedido de Stornelli para no ser acusado en la causa que vincula a cientos de funcionarios y empresarios que ejercieron durante la “década ganada”.
El problema mayor fue cuando la causa por el pedido de coima cayó en el juzgado de Alejo Ramos Padilla, quien ha sido designado por La Cámpora para ejercer como magistrado en Dolores.
Por dicha razón Stornelli recusó a Ramos Padilla por parcialidad, su argumento es cuanto menos elocuente, ya que se han demostrado los cercanos vínculos del magistrado con el kirchnerismo, no casualmente muchos de los cuales están implicados en la causa que investiga el fiscal.
Asimismo, la Coalición Cívica, que lidera la diputada nacional oficialista Elisa “Lilita” Carrió, presentó una denuncia en la que se presume que el polémico magistrado intenta “blindar” a la otrora mandataria Cristina Fernández, teniendo en cuenta el contexto y el avance de la causa de los cuadernos de las coimas.
Mariana Zuvic, perteneciente a la CC, manifestó que además de recusar a Ramos Padilla hay que iniciarle un juicio político.
Incluso mencionó que “Sabiendo que lo van a recusar, apurado y con torpeza, toma medidas para intentar generar terror y sacar el foco de esta red. Como citar a declarar a personas en Dolores por situaciones ocurridas en Capital Federal, una irregularidad”.
A todo lo antedicho debe sumarse un dato de relevancia, y es la imputación a Stornelli por parte del Magistrado de Dolores.
En particular, la imputación esta efectuada sobre la base de la participación de D’alessio y otras personas de forma ilegal en la causa que se lleva a cabo en Comodoro Py.
Aunque no sería la única irregularidad según Ramos Padilla, además de involucrar a personajes que no deberían tener participación en la causa, se habrían realizado maniobras de espionaje ilegal y extorsión.
A todo ello debe sumarse una retahíla de twits de la senadora Fernández que muy satisfactoriamente posteó en su cuenta oficial de Twitter, comparándose a sí misma con el fiscal federal que se encuentra investigándola, ni más ni menos, que por la causa de corrupción mas imperiosa en la historia del mundo.
Ello era casi obvio, teniendo en cuenta que la cabeza de la supuesta asociación ilicita que es investigada en la “causa de las fotocopias”, tal como le gusta llamar a esta investigación judicial a la ex presidenta, siempre trata de desvincularse aseverando que todo se trata de una persecución política.
Es dable hacer algunas preguntas al respecto: ¿Acaso no es ilógico que un fiscal que investiga sobornos de repente pida coimas? ¿Es una coincidencia que la causa contra Stornelli la esté llevando adelante un kirchnerista? ¿Por qué justo ahora aparece una causa contra el fiscal cuando nunca fue manchado judicialmente? ¿Por qué la causa se sustenta en las declaraciones de D’alessio, hombre que se demostró prácticamente mitómano? ¿Es una operación para ensuciar la causa de los cuadernos tal como dice la Coalición Cívica?
Por ahora son muchos los interrogantes que se propagan, aún hay pocas certezas respecto de los vínculos de Stornelli con la presunta extorsión.
De lo que sí se está seguro, es que todo este entramado judicial deja un final abierto y librado al azar sobre qué pasará en la causa de corrupción faraónica que hoy tiene en vilo a una sociedad entera.
Además, hay que estar seguro a la hora de hablar que en dicha causa hay intereses muy grandes, por no decir hiperbólicos, se juega mucho más de lo que la mayoría piensa y el plano político-judicial, de consignar verídicas la causa de los cuadernos y paralelas, daría un giro nunca antes visto.