Tras acusar el impacto de una inflación de 3,8% en febrero, el INDEC le dará otra mala noticia al Gobierno al anunciar esta semana la caída del nivel de actividad de 2018 que de acuerdo a los analistas privados será del orden de 2,7%.
Pero la zaga de malas noticias para la administración central no se agotará con ese indicador ya que una semana después el organismo a cargo de Jorge Todesca informará la tasa de pobreza que se disparará por encima de 30%.
Pero además del lapidario número de 2018, el mayor problema es que la economía mantiene la pendiente y para 2019 se calcula que caerá más de 1,5%.
Los analistas y el gobierno discuten como se formará esa retracción. Mientras los estudios económicos dicen que la recesión se extenderá durante el primer semestre para quebrar en la segunda mitad del año, en el Gobierno afirman que el cambio de tendencia será algunos meses antes.
Basan el optimismo en algunos datos aislados como por ejemplo que en diciembre la economía había crecido 0,7% respecto de noviembre y en algunos datos aislados como la mejora en los despachos de cemento y de asfalto.
En este sentido, el secretario de Política Económica, Miguel Braun, aseguró que desde el Gobierno” vemos que la recesión terminó técnicamente en noviembre. El EMAE, que es el estimador mensual de la actividad económica, ya creció de manera desestacionalizada en diciembre. Tenemos buenos datos de despachos de cemento. Tenemos superávit comercial en el último trimestre del año pasado. El salario real promedio también aumentó en enero”
El funcionario dijo en el programa “A dos voces” que se trasmite por el canal Todo Noticias, que “hay algunos datos que por supuesto todavía no se sienten palpablemente en la calle, pero vemos que eso es el inicio de una mejora y que vamos a tener un año de recuperación liderado por crecimiento de exportaciones y por recuperación del salario real y de las jubilaciones”,
Para Braun la recuperación “se va a empezar a sentir en el segundo y tercer trimestre con las paritarias y el aumento de las jubilaciones, entre marzo y septiembre”.
Otro factor que también ayudará es que desde mediados de abril se aguarda la liquidación de divisas de la cosecha fina, que se prevé será record. Para sostener este plan, el gobierno también cuenta con el respaldo del FMI que le permitirá vender unos U$S 10.000 millones en los próximos meses para evitar oscilaciones bruscas que luego impacten en la inflación.
El Gobierno aspira a llegar a la elección de octubre con una economía estabilizada y con algún nivel de recuperación salarial a partir de un dólar calmo, una inflación en descenso, y paritarias que permitan algún grado de recuperación del poder adquisitivo (con información de Agencia NP).
No va a creer la economía, por que el sector financiero ahora al sector productivo, por las altas tasa de interés, para controlar el dólar.