Reservado. Así es catalogado en las oficinas policiales y judiciales el caso Leonel Arrieta, el joven asesinado a golpes a la salida de un boliche de Ituzaingó la madrugada del domingo 26 de marzo pasado. Un fuerte hermetismo alrededor de las investigaciones suma incógnitas al homicidio que involucra al menos a dos empleados del boliche Club Leloir (1), un local nocturno cuya empresa propietaria mantendría estrechos lazos con el poder político local. La familia del chico reclama justicia y cuestiona el accionar del abogado que el propio presidente del Concejo Deliberante de Ituzaingó, Juan Carlos Roumieux, puso a su disposición para encarar la causa penal.
    Víctima de un golpe que fracturó dos vértebras de su base craneal, Arrieta perdió la vida cerca de las 7.30 de la mañana y quedó tirado en la intersección de Patricias Mendocinas y colectora del Acceso Oeste. El chico había concurrido antes al boliche Monte Cristo (disco vecina de Club Leloir) junto a su hermano y dos amigos; el fatal episodio ocurrió minutos después de su salida de ese lugar cuando le propinaron un certero golpe en la cabeza que lo mató casi en el acto.
    “Era la segunda vez que iba a bailar porque a él no le gustaba mucho, fue la primera vez y la segunda ya no volvió. Yo le había dicho que no vaya pero me dijo que iba a festejar su cumpleaños que había sido el sábado anterior” se lamenta la mamá de Leo y recupera las fuerza al aseverar: “ya está identificada la persona que le pega y lo mata, yo quiero verlo preso”. La mujer fustigó también el accionar policial. “El agente, que cumple guardias en la puerta del boliche, permite que lo muevan, que lo toquen y que se borren todas la pruebas y no detiene a los agresores señalados por muchos testigos”.


Manto de sospechas

    La semana del homicidio los agresores ya estaban identificados, aunque ninguno está detenido. Leonardo Campaña, iluminador del boliche Club Leloir, está prófugo y el sonidista y RRPP Carlos Arrigone Michelle fue aprehendido por homicidio simple y puesto en libertad luego de que el juez de Garantías de Morón Ricardo Julio Fraga determinara acusarlo por homicidio preterintencional. ¿Le partió la cabeza sin querer?
    “Cuando le pasa esto a Leonel, se comunica conmigo el presidente del Concejo Deliberante de Ituzaingó, Juan Carlos Roumieux, y me puso un abogado”, explica Elsa, madre de la víctima y de otros cinco hijos, residente de un humilde barrio de Ituzaingó. Se trata de Luis Rapazzo, el mismo que patrocina legalmente al intendente Alberto Descalzo. “El problema es que yo llamo a Rapazzo todos los días y nunca tiene novedades, no me da respuestas y la causa no avanza. Desde que tomó el caso de Leo jamás me llamó”, reveló la mujer a El diario y agregó: “Roumieux me dice que hay dos detenidos por el hecho, pero por otro lado me entero que el único detenido fue excarcelado y el otro acusado está prófugo”.
    La madre tiene motivos para estar preocupada. En la Fiscalía N° 2 de Morón que investiga el hecho no conocen al abogado del particular damnificado y pese a los dichos del presidente del Concejo, Rapazzo aseguró a El diario no ser patrocinante legal de los Arrieta.
    Hay otro dato que es realmente escalofriante: la defensa de los acusados está a cargo de Rodolfo Ruiz, integrante del buffet de abogados que encabeza el propio asesor legal del jefe comunal.
Rapazzo, Ruiz y Carlos Babington son los defensores del poder político de Ituzaingó en la causa más caliente del distrito: el ñoquigate. ¿Víctima y victimario con el mismo abogado?.

Ezequiel Lorusso
El diario de Morón

(1) Club Leloir es el mismo local del que en su momento concejales de "Nuevo Gobierno Encuentro por la Democracia y la Equidad de Ituzaingó" solicitaron su clausura por infracción a los artículos 4, 5, 6 y 27 de las Normas de Seguridad Antisiniestral vigentes por Resolución N° 2740 del Ministerio de Seguridad. 
    Los concejales, Dr. Sebastián Sanguinetti y Prof. María Susana Repetto, presentaron la denuncia por escrito al Jefe de la Delegación Bomberos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Pablo Aguiar. 
    Después de una meticulosa investigación, los concejales pudieron constatar que Club Leloir (el ex Maybe) no cumple con los requisitos a los que están obligados este tipo de establecimientos para poder funcionar y por eso no han pasado por alto el hecho de que, si se permitiera su apertura en estas condiciones, los jóvenes y las familias de Ituzaingó podrían verse involucrados en una situación similar a la vivida hace pocos meses en República Cromañón, en Buenos Aires.
    Club Leloir tiene su pista principal de baile dentro de una enorme carpa de lona y a la luz del trágico hecho ocurrido en diciembre pasado es inconcebible pensar que pueda aprobarse una habilitación en estas condiciones. Por otra parte, el establecimiento no cuenta con la aprobación del plano ni con el certificado final de obra y tampoco tiene aprobación técnica. Además no cumple con el aislamiento de sonido que se requiere ni –demás está decirlo- con las normas contra incendios.
    Sospechosamente, la Municipalidad de Ituzaingó autorizó el funcionamiento del local para el pasado fin de semana a pesar de la denuncia realizada por vecinos ante el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. La misma deja constancia de serias irregularidades en la inspección e involucra por coimas al intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, al Secretario de Planeamiento, Osvaldo Marasco y al inspector de bomberos, teniente Ríos. La denuncia realizada aviva las versiones que indican que uno de los socios de BANOL SRL (la sociedad propietaria de Club Leloir) es un diputado provincial muy ligado al intendente Descalzo.
    Nuevo Gobierno considera que la responsabilidad de los funcionarios públicos, que deben resguardar la seguridad de los jóvenes en el distrito para que una salida de esparcimiento no vuelva a convertirse en un espectáculo dantesco, no puede ser pasada por alto ni delegada por una simple cuestión económica.
    Finalmente, los concejales hacen responsables a las autoridades municipales de cualquier mínimo accidente que pueda llegar a ocurrir por una habilitación irregular de Club Leloir.