La película es de fines de los 80’ y premonitoria desde el título: “Lo que vendrá”, de Gustavo Mosquera, En ella, la idea central es que en el país puede pasar cualquier cosa porque total, total no pasa nada.
Algo de esto se vivió la semana pasada con las bestialidades dichas por la diputada Elisa Carrió y el dirigente peronista Guillermo Moreno.
Carrio dijo: “Gracias a Dios murió (Jose Manuel) De la Sota”, lo que de por si es una bestialidad, pero no solo dijo eso, sino que además insinuó que el tres veces mandatario cordobés estaba vinculado al narcotráfico.
Mientras una oleada de críticas se alzaba en su contra, se conoció otro video en el que Moreno, siete años Secretario de Comercio de Néstor y Cristina Kirchner, aconsejaba “tener códigos” a la hora de robar, y evitar romperle la cadera a una jubilada.
Una dijo una serie de bestialidades y el otro justificaba un delito. Moreno no pidió disculpas. No recuerdo que lo haya hecho en otras oportunidades.
Tampoco recibió las críticas de sus acólitos, esos que se sacan fotos a su lado cuando lo ven pasar, le gritan “genio” o “ídolo”, pero “ni ahí” lo quieren en sus listas.
Por su parte Carrió formuló un pedido de disculpas, que más que eso, fue una justificación de sus dichos y fiel a su megalomanía, dobló la apuesta, apuntando a que no fue entendida.
“La palabras sólo puede ser entendidas desde lo espiritual y en el contexto que fueron dichas”. ¿Qué significa eso? ¿Que en una campaña electoral se puede decir cualquier cosa del adversario, incluso estando muerto?
Habrá alguien que al leer esto recuerde, a cada lado de “La Grieta” bestialidades que se han dicho y hecho en el país. Los argentinos hemos naturalizado cosas que están mal y los pésimos resultados y acciones de nuestros gobernantes a fuerza de escándalos, crisis económica, e impunidades varias.
“No pasa nada” o en realidad pasan muy pocas cosas. Algunos detenidos por la Tragedia de Once, otros por la de Cromañon, ninguno por la de Lapa…… Poco, muy poco en un país en el que Carlos Menem sigue en su banca en el senado, mientras la Corte Suprema mira para el otro lado. Si no pasó nada con esos hechos ¿qué podemos esperar con solo palabras?
Tal vez la mejor respuesta a la situación del martes la dio una de las hijas del propio De la Sota, la periodista Candelaria. Ella, a pesar de la indignación que sentía, dijo que aceptaría un pedido de disculpas sincero de parte de Carrio, no como el que formuló la diputada. Y dijo dos cosas más: “No todo vale” y que los dichos de la líder de la Coalición Cívica “son una muestra del escaso nivel que tiene la clase política argentina en estos momentos”.
“No todo vale”, y tal vez algún día, no todo pase. Fabián Quintá