Manuel Cuesta Morúa tiene 56 años. Nació bajo las barbas de Fidel Castro y no conoció en su vida otro régimen que no fuera que el impera en Cuba. El comunista. Matizado en ocasiones, disimulado en otras, con elecciones testimoniales que siempre derivaron en un solo resultado: más de lo mismo. En 2015, la isla vivió una suerte de espejismo. El propiciado por la reapertura de la embajada de Estados Unidos, tras el fracaso del embargo comercial, y la visita de Barack Obama, un año después. La primera de un presidente norteamericano desde Calvin Coolidge en 1928. La primera en 88 años.
Ese espejismo se disipó con la demolición del legado de Obama encarada por Donald Trump. “El mejor aliado del presidente Miguel Díaz-Canel”, me dice con ironía Cuesta Morúa, historiador cubano y vocero del disidente Partido Arco Progresista.Díaz-Canel, el primer civil en el poder desde 1959, no representa un cambio a los ojos de Cuesta Morúa: “Cuba está en tránsito, no en transición”, agrega. Participó en Buenos Aires de la Conferencia en el Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas del Totalitarismo, organizada por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal), que dirige Gabriel Salvia.
La nueva Constitución de Cuba, aprobada en un referéndum realizado en febrero, sustituye la de 1976. Ratifica el carácter «irrevocable» del socialismo como sistema social y reconoce la hegemonía del Partido Comunista, «fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado», pero convalida la economía de mercado, la propiedad privada y la inversión extranjera bajo control estatal. También abre una hendija al planteo de los ciudadanos para exigir sus derechos y a las libertades de movimiento, de reunión y de acción. “Es híbrida, pero nos brinda un amparo legal que no teníamos antes”, observa Cuesta Morúa.
En Cuba, donde persisten los presos políticos y no reina la libertad, la era de tránsito, no de transición, coincide con la tendencia autocrática de varios gobiernos. En especial, el de Estados Unidos. Cuesta Morúa compara la vida de su gente con la de los chilenos durante la dictadura de Pinochet. No son días fáciles. Menos aún para Díaz-Canel, sin el carisma de Fidel ni el poder de Raúl. Un pueblo que gana en promedio 15 dólares por mes “deja de comprarse zapatos” para acceder a un teléfono móvil, aunque internet “siga siendo carísima” y muchos sitios “estén bloqueados” por el régimen.
Cuesta Morúa rescata el trabajo informal como fuente de ingresos. “Alguien consigue ron a bajo precio y puede vendérselo al dueño de un restaurante, por ejemplo”, resume. Se trata, agrega, de una suerte de “amortiguador social” frente a las penurias y la incertidumbre. El petróleo venezolano subsidiado sigue arribando a la isla, pero el régimen de Nicolás Maduro es tan inestable como el temperamento de Trump y la capacidad de maniobra de Europa en su papel de actor supranacional o, a veces, de reparto, tomando distancia de la isla a falta de una política exterior más acorde con sus valores que con sus intereses.
Apuesto a la verdad y no a la mentira a que la niña Florki vive y gasta por dia algo mas que 15 dolares , que es lo que se gana para los cubanos en cautiverio durante todo un mes. De seguro que ella come carne de vaca, de la buena, importada tal vez y comida sin arroz, mas cuidados que solo se le dan a los turistas.Los cubanos solo comen arroz y porotos y algo de chancho cuando pueden. Y la pregunta curiosa, cuanto costara por cada dia, de seguro en dolares la estadia de la niña princesa, mas su tratamiento especial, con cuidados especiales? Creo que sera algo mas de 15 dolares...por dia.
La niña Flor no paga un tratamiento médico, abona por garantizar su libertad. Claro que si Albertítere es el elegido, quizás pueda salir sin miedos de la Isla, sanará mágicamente .....
Muy oportuna y correcta la diferenciación entre transicion y tránsito. Algunos ansiosos por el cambio prefieren ver una "transición", cuando las condiciones no están dadas para considerar a ese tipo de evolución en la sociedad Cubana. Siguen viviendo en el AMBITO Y CONTEXTO construido por la "revolución" y gradualmente se va asimilando lo que quizás para ellos sean "innovaciones", sobre todo por el hecho de existir un gran numero de Cubanos que han salido al mundo a prestar servicios de todo tipo, los de salud, sobre todo y cuando regresan a la isla traen consigo, costumbres de consumo y confort adoptados en lo fueron sus paises de residencia. Los jóvenes son mas permeables a esos cambios y son quienes serán los constructores de ese tránsito. Primero será en términos económicos y de articulos que forman parte del consumismo global del siglo XXI, como telefonía, ordenadores y luego llegará inexorablemente la de la INSTITUCIONALIDAD ajustada a esa nueva construcción social. No será tan fácil la continuidad del MILITARISMO como eje de la VIDA DE LOS CUBANOS. Será la oportunidad de las INSTITUCIONES mas independientes. Esperemos que tengan la visión de no transferir la venalidad del regimen a esas NUEVAS INSTITUCIONES, sino la revolución habrá sido en vano, pues estaría el riesgo de que con INSTITUCIONES VICIADAS pueda surgir eventualmente un Batista, no tan cruento como entonces sino tan corrupto como lo era su regimen.