Mientras Mauricio Macri continúa con las movilizaciones del “Si se puede” recorriendo toda la Argentina y Alberto Fernández se prepara con su equipo para el segundo debate presidencial que tendrá lugar este domingo, las encuestas, incluso las que más se han acercado al resultado de las PASO, insisten en mostrar una brecha más amplia entre el actual presidente y el Candidato del Frente de Todos.
Aquellas consultas muestran un resultado promedio de 20 puntos porcentuales de diferencia entre los principales candidatos a gobernar el país el próximo año.
Macri pide no votar al narcotráfico y la corrupción, Fernández hace lo mismo con argumentos como la mentira y la especulación financiera, ambos tienen un discurso duro y apuntado al famoso “no votes al otro”.
Sendos personajes son la antítesis, desde el Frente de Todos se reúnen con el sindicalismo vernáculo, sobre todo con los Moyano, como por ejemplo Alberto Fernández, Axel Kicillof y Matías Lammens, mientras que desde el equipo de Juntos por el Cambio intentan mantener distancia.
Otro claro ejemplo sobre sus disidencias refiere a la postura sobre Venezuela. Mientras el oficialismo reconoce a Juan Guaidó como máxima autoridad de ese país, la principal oposición busca mermar las criticas ante aquel país caribeño manifestando que el Gobierno de Nicolas Maduro no es una dictadura sino, más bien, una conducción autoritaria.
Mientras que uno está confiado por el resultado de las PASO, el otro trabaja para poder revertir el resultado y su gente asegura que hay posibilidades de ganar. La diputada de la Coalición Cívica, Elisa “Lilita” Carrió, lo expresó tajantemente y el candidato a vice de Juntos Por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto, asevera que llegarán a la segunda vuelta, lo que le brindaría una enorme probabilidad de continuar en el sillón de Rivadavia al actual jefe de Estado.
Los candidatos que concentraron más del 80% de los votos en las PASO también tienen que luchar contra puntuales dichos de sus compañeros: Miguel ángel Pichetto diciendo que Alberto Fernández no es el único que puede decir cualquier cosa es un ejemplo elocuente de ello y, por el otro lado, una Cristina Fernández que le marca la cancha constantemente a su aliado de fórmula.
Incluso, tanto Alberto Fernández como Mauricio Macri tienen que pelear contra menciones propias que hicieron en el pasado, en el caso del ganador de las PASO por despotricar durante casi diez años contra CFK, en el caso de aquel que salió en segundo lugar en la “gran encuesta” por sus manifestaciones respecto de pobreza cero, entre otras promesas hechas en plena campaña de 2015 y que a la fecha fueron incumplidas.
Lo cierto es que faltan menos de dos semanas para las elecciones generales, debate presidencial de por medio, y ambos personajes tendrán que pelear para poder conseguir la victoria, el ex jefe de Gabinete K tratará de hacerlo en primera vuelta y el actual mandatario intentará lograrlo en un eventual balotaje.
Macri debe pelear para intentar dar vuelta los resultados de los comicios durante las primarias, pero Alberto Fernández no puede quedarse confiado. Tal como narra el cuento de la tortuga y la liebre, si uno se duerme, pierde la carrera.