Mientras el presidente electo Alberto Fernández se está ocupando activamente de las relaciones continentales, su equipo de negociadores juega a un sospechoso hermetismo.
“O no saben qué hacer o bien están escondiendo un paquete de medidas que huele a dirigismo económico”, comentaba un empresario de la industria alimenticia.
El ejecutivo había participado de un almuerzo con el economista y posible ministro de AF, Matías Kulfas, junto con la mesa directiva de la poderosa Coordinadora de Productores de Alimentos (COPAL).
“Se mostró todo el tiempo muy contenido. Sabía que la situación del sector es muy comprometida. Sólo basta ver los balances de empresas de dos empresas líderes como Molinos o La Serenísima, para darse cuenta como está la industria”.
Más adelante, el empresario comentó que Kulfas había replicado los alcances del pacto social. “O sabe esconder muy bien o de lo contrario no tienen idea que hacer con la economía. Cuando le preguntábamos sobre alguna medida concreta, se mostró huidizo y volvía inmediatamente con la necesidad de alcanzar un pacto social. Si esto es todo lo que tienen, vamos a estar en problemas”, explicó el ejecutivo.
Algo similar ocurrió cuando Kulfas se reunió con la mesa de la Cámara Argentina de Comercio Argentino Norteamericana (AMCHAM).
El potencial ministro volvió a reiterar la necesidad de alcanzar el pacto económico social. Aunque se animó a algo más, sólo señaló la necesidad de recomponer los salarios para poder arrancar la reactivación.
La decepción de los principales ejecutivos de ambas cámaras fue notoria, ante la falta de rumbo de la nueva administración. Esto llevó a que muchos hombres de negocios comenzaran a tejer todo tipo de conjeturas y no descartan que la nueva administración apele a medidas de excepcionalidad.
“Se los ve muy erráticos y dubitativos. Si AF no da señales más concretas, la incertidumbre va a aumentar. No sé si va a haber los famosos 100 días de luna de miel que tienen todos los gobiernos”, explicó otro empresario.
Mientras no hay señales, crece el temor en la comunidad de negocios que el nuevo gobierno apele nuevamente a una ley de Emergencia Pública o bien reflote con mayor discrecionalidad una reforma a la Ley de Abastecimiento. Continuará.