Si alguien recién llegado al país se pregunta cuáles son los sectores más perjudicados por la Emergencia, no cabe duda que son los jubilados, el campo y los sectores con capacidad de ahorro. El proyecto es una sentencia de muerte para el ahorro y para el patrimonio de la población que trabajó, ahorró e invirtió con mucho esfuerzo.
Sin ahorro, no habrá inversión y sin inversión no habrá aumento de la producción y tampoco empleo. Si el objetivo es hacer crecer la economía, esta emergencia va en sentido contrario. El campo también termina pagando los costos de la ineficiencia estatal porque el aumento de las retenciones termina con todo tipo de rentabilidad, en particular, en las zonas de frontera agrícola.
Los rendimientos terminan disminuyendo porque no hay incentivos a sembrar más y a colocar más insumos. En el caso del trigo y el maíz, una vez que vendido, el productor recibe un dólar de unos 45 dólares, deducidas las retenciones, mientras que los insumos en dólares -agroquímicos y combustible-, habrá que pagarlos en dólares plenos esto es a 63 pesos.
Esta diferencia conlleva un quebranto en zonas alejadas de los puertos y en las zonas núcleo. Esta cosecha, más allá de los efectos de la sequía -si no llueve de manera abundante en los próximos 15 días, y los cultivos sufren un estrés térmico importante, se puede perder otro 10% de la próxima cosecha gruesa-, dará resultados aceptables.
Pero en la campaña 2020/2021, con las actuales retenciones, los productores dejarán de invertir y de ampliar la superficie sembrada. Pero el caso más notorio es la pérdida que sufrirán los jubilados que realizaron aportes durante toda su vida activa. Hombres y mujeres que se sacrificaron durante 30, 35, 40 o más años de trabajo, verán reducidos sus ingresos.
¿A quién perjudica el Estado cuando no actualiza los haberes en una economía con 50% de inflación? A los jubilados que realizaron aportes como indica la ley. ¿Es legítimo que un Estado castigue a quien cumple la ley? El pueril pretexto de justificar la emergencia en que el sistema previsional está quebrado, es una excusa banal. El sistema no está quebrado, el Estado lo está vaciando porque le hace pagar gastos que no le corresponden.
¿Por qué la Anses tiene que hacerse cargo, de subsidios y prebendas que no contemplan beneficios para el sector pasivo? Si la Anses pagara sólo los beneficios a los pasivos, las cuentas cerrarían sin problemas.
Los fondos jubilatorios mantienen subsidios al desempleo, la AUH y las millones de jubilaciones otorgadas, demagógicamente, sin aportes, generando injusticias con el resto de los pasivos y un desequilibrio financiero multimillonario al sistema.
Es más, este proyecto de Emergencia tomas de rehén al Fondo de Garantía de Sustentabilidad previsional, para financiar las colocaciones de deuda de un Tesoro que tiene los mercados cerrados y que financia los gastos improductivos y los privilegios de la política.
El gobierno busca hacerse del botín de los jubilados, para financiar otra vez la fiesta de unos pocos.