En los últimos días, el gobierno presentó el Plan Nacional de Lecturas, presuntamente destinado a llegar a 10 millones de niños y adolescentes de los niveles primario y secundario.
Se hizo a través de un acto en el Museo Casa Rosada (ex Museo del Bicentenario), donde despuntó el ministro de Educación, Nicolás Trotta.
La idea no es mala, aunque, más que un plan de lecturas al estilo que impulsan otros países se trata de la mera compra estatal y multimillonaria de libros a editoriales afines. Muy probablemente un negocio en ciernes.
A su vez, la coordinadora del Programa, Natalia Porta López, es la esposa de Mempo Giardinelli, a quien no puede tildarse de objetivo ni ecuánime a la hora de calificarlo. Es el “intelectual” ultra K que llegó a decir que debe borrarse de un plumazo el Poder Judicial, solo por meterse con la “jefa” de la banda, Cristina Kirchner.
Así lo dijo: “Nosotros en nuestra propuesta de nueva Constitución Nacional, de origen popular que surja de un referéndum donde el pueblo argentino se constituya en poder constituyente y elabore un nuevo pacto social. El punto central es la eliminación del Poder Judicial”.
Por si fuera poco, en el plan de lecturas habrá un “consejo asesor” encargado de definir los libros a editar. ¿Quiénes lo integrarán? ¿Cuál será el criterio? Aún nadie lo ha dicho. Y mete “miedito”. Porque recuerda al adoctrinamiento que llevó adelante en su momento el kirchnerismo a través de Paka Paka y otros medios similares.
Ni hablar de lo que hizo el peronismo en su momento, con la literatura que impulsaba a “amar” a Perón y Evita. Todo vuelve.