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AMAS DE CASA DESESPERADAS

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LA LUCHA REELECCIONARIA EN ARGENTINA
LA LUCHA REELECCIONARIA EN ARGENTINA

LA LUCHA REELECCIONARIA EN ARGENTINA

    A medida que nos acercamos al fin de este año, y por lo tanto a un próximo año electoral en el que la población deberá, una vez más, sumergirse en el “puzzle” que la obliga a optar por un presidente, gobernadores e intendentes, arrecian los gestos desesperados del gobierno y su entorno de funcionarios y alcahuetes por posicionarse, reposicionarse, luchar por nuevas posiciones o lograr más espacios de poder. Es así como el presidente, bien cebado por la inacción de una oposición que sólo figura en las planillas o por ocupar algunas bancas parlamentarias, sigue acometiendo a su gusto contra quien le venga en gana, prosigue azuzando a jueces complacientes con su política anti-militar y anti-policial para contentar a los ex “jóvenes idealistas” ahora enquistados en áreas del gobierno y, peor aún, pretendiendo amordazar a la poca prensa libre que queda e inyectando estímulos de toda índole a los medios que le son fieles, convertidos hace tiempo en meros boletines oficiales.
   
Toda la luz arrojada desde el Ejecutivo alumbra específicamente sobre los logros obtenidos en materia económica. Concretamente, en lo que hace a la macroeconomía. En las sombras son mantenidas muchas otras cuestiones de las que, obviamente, no se habla al menos públicamente, y de las que procurará distraerse cada vez más al electorado cuanto más avancen los meses hacia y en el 2007.
   
Una de esas cuestiones es el desempleo, que no desciende en lo real, sólo en lo virtual gracias a los “dibujos” diagramados en los informes oficiales y a que el gobierno, descaradamente, agrega como “empleados” a los miles de desocupados a los que otorga la limosna de 250 pesos definida como “Plan Trabajar”.
   
Otra es la tremenda inseguridad existente. No hay ya lugar físico, ni horario, ni circunstancia alguna en que no peligren comercios, bancos y personas, todos objeto además de una inusitada violencia que desemboca por lo común en el asesinato “porque sí”, ya que los asaltantes se ensañan tanto si la víctima tiene dinero encima como si lleva poco o nada. Algunos intelectuales de historieta elaboran de vez en cuando sesudas opiniones acerca de la sociología de la violencia, la presunta psicopatología de los delincuentes o las causas de tantos delitos, cayendo por lo general en la facilista deducción de que todo ello obedece a la pobreza, la marginalidad y las drogas. No  aportan, sin embargo, que estas tres gorgonas son precisamente el fruto ofrecido por el poder a una población desamparada con el objeto de dominar más amplia y fácilmente a los que considera simples peones de un juego de ajedrez destinado, precisamente, a acumular más y más poder, prácticamente sin oposición ciudadana. Mientras tanto, la sociedad que deberá en el 2007 entregar una vez más su voto continúa inerme, totalmente desprotegida por quienes deben ser los primeros en velar por ella y por una policía que, cuando no está corrompida, se encuentra atada de pies y manos para actuar como tiene que hacerlo, gracias al exagerado “garantismo” promovido por quienes se ocupan de sólo una parte de los derechos humanos, sumado a la falta de equipamiento y al ahogo de un salario magro para las funciones que debe cumplir.
   
Y para continuar con los gestos desesperados del gobierno, tenemos el relanzamiento de los ataques a la oposición, sobre todo a las figuras que en las próximas elecciones osarán enfrentarse al autoritario gobernante que va ávidamente por otro período al comando del país. Estos ataques adoptaron en los últimos días –y cabe preguntarse qué grado alcanzarán en los meses venideros- la forma de publicar, en algún medio adicto, datos secretos obtenidos de secretas carpetas y archivos existentes en la Secretaría de Inteligencia, organismo con dependencia exclusiva de la Presidencia de la Nación, hoy convertido, desdeñando totalmente su función de atender a la seguridad nacional para la que fue creado, en un simple comité de seguimiento, escucha telefónica, interceptación de teléfonos celulares, correos electrónicos, etc., de políticos, periodistas y toda persona a la que el poder desee controlarle los pasos diarios y, de ser posible, extraerle puntos débiles de los que aprovecharse.
   
Otro gesto del gobierno, en medio de sus fantasías de que la economía y el dólar, ambos sostenidos con alfileres, resistirán al menos hasta la reelección presidencial, si ello es posible –mientras los bolsillos del electorado siguen sufriendo de escasez y estancamiento-, es el lanzamiento de un plan para que quienes no cuentan con vivienda propia puedan hacerlo gracias al acceso fácil a créditos bancarios que supuestamente lo permitirán. Un plan que ya resulta una utopía por cuanto los ilusos que creen que sólo pagarán a largo plazo una cuota similar, o poco más, a un alquiler, no tienen en cuenta los gastos extras y las subas de intereses puestas en práctica por los bancos, además de que deberían contar, para lograr hacer frente a todo ello, con sueldos al menos tres veces superiores a los que perciben.
   
Y para concluir con los manotazos desesperados de esta gestión –hay muchos más- tenemos las llamativamente repetidas declaraciones en el sentido de que “no hay ningún peligro de escasez de energía eléctrica para los meses del verano”, cuando lo cierto es que en cualquier momento el sistema eléctrico, que adolece de varias fallas generadas por la falta de mantenimiento e inversiones, está a punto de colapsar. A punto tal que el tema mereció hasta un informe del Departamento de Estado norteamericano, que sigue muy de cerca esa cuestión argentina. Y no es lo único, claro, que ellos siguen de cerca por estas tierras.


Las aventuras de Alicate Kid


   
Resultan tragicómicos ciertos personajes de los que se rodea la administración kirchnerista para delegarles misiones que no puede cumplir ella misma en la superficie, o directamente utilizarlos como fuerza de choque. Es así como cuenta con sectores “piqueteros” fieles a punto tal que sus dirigentes ocupan cargos en la función pública, generalmente en el ministerio de Desarrollo Social, la “gran caja” comandada por la hermana presidencial luego de haberlo hecho en el primer tramo del gobierno para después dejar el cargo al asumir como senadora y, convenientemente, vuelta a colocar allí por “necesidad y urgencia”.

   
Uno de estos personajes, muy mediático en los últimos meses, es el secretario de Tierra y Viviendas, cargo especialmente creado para él luego de que no pudiera transformarse en diputado nacional. Se trata de Luis D’Elía, alguien que fue haciéndose notar progresivamente a partir de sus ataques –prometiendo exhibir “carpetas comprometedoras”- contra el ex presidente de transición Eduardo Duhalde, quien lanzara a su vez a la presidencia, con todo el “aparatchik” a su disposición, al actual ocupante de la Casa Rosada para luego ser despreciado y considerado un enemigo.
   
Posteriormente D’Elía –con la excusa de intentar dilucidar el extraño asesinato de un compañero- protagonizó la toma, al frente de un grupo y armas en mano incluidas, de una comisaría, saqueando sus archivos y ocasionando destrozos, grave hecho del que, a casi tres años de ocurrido, no le generó el más mínimo inconveniente judicial.
   
Las últimas intervenciones del ya emblemático gordito van alcanzando niveles que podrían desembocar, en cuanto los afectados se enojen, en un incidente internacional. Primero D’Elía –previa convocatoria a los medios- se hizo fotografiar alicate en mano cortando los alambres de una entrada a los campos adquiridos en la provincia de Corrientes por el millonario estadounidense Douglas Tompkins, quien reside en la Argentina desde hace tres años. Ahora ha anunciado que, siempre blandiendo su gran alicate, hará lo mismo en los extensos campos que el titular de la empresa italiana Benetton adquirió en la Patagonia, promoviendo además la expropiación de ambas extensiones de tierras.
   
Como puede apreciarse, el gobierno kirchnerista alterna los actos paranoicos de su titular y otros muy poco serios, que no dejan muy bien parada precisamente a la Argentina ante el concierto internacional, con los intentos de pretender ocultarle a su población el bosque con un árbol, mientras va apelando a maniobras nada limpias, en medio de otros gestos desesperados, de cara a sostenerse en el poder por cuatro años más. Y esto, seguramente, irá en aumento en los meses que desandarán el camino hacia las elecciones que se llevarán a cabo dentro de un año.

 

Carlos Machado

 

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