No es la primera vez que se toma conocimiento de cómo, luego de la muerte trágica o natural de un trabajador de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, su familia atravesada por el dolor no sólo debe emprender un duro camino para sobrellevar la pérdida, sino que además es obligada a iniciar una lucha contra el propio Estado Argentino y la institución policial, donde por elección y vocación su ser amado ha dejado los mejores años de su vida.

La omisión de los altos mandos policiales y gubernamentales incluyen una muy amplia gama de irregularidades, como ser la falta de asistencia y acompañamiento médico y jurídico, el retraso en la tramitación de pensiones, indemnizaciones y otras sumas, hasta incluso la cancelación compulsiva de servicios de salud básicos sin importar la situación de vulnerabilidad de los dolientes, que se encuentran quizá bajo estrictos tratamientos.

Emelyne de 4 años y Dominique de 7, son hermanas e hijas del Oficial Ayudante Alberto Jesús María Neato, numerario de la UOESA Norte de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, quien trágicamente se suicidó con un disparo en la sien con su armamento de dotación estatal, desconociéndose hasta la fecha las causas de la determinación del uniformado que se encontraba en funciones sin restricciones al momento de su muerte, y en principio según determinaron las Autoridades Médicas de la PSA, "física y mentalmente apto".

Según pudo comprobar Tribuna de Periodistas, la Institución ocultó toda información al respecto evadiendo responsabilidades, y al día de hoy la sociedad desconoce cuáles son los "verdaderos trasfondos" que ocasionan las muertes trágicas de jóvenes policías, pero no satisfechos con esto los destratos y las prácticas de violencia institucional persisten victimizando en cambio ahora a los hijos, las esposas y esposos, padres, hermanos y familiares en general, de los trabajadores policiales y civiles del organismo.

Las hijas de Alberto Neato, Emelyne y Dominique viven con su mamá, y desde el 06 de diciembre de 2019 no reciben dinero ni ayuda financiera alguna del Estado Argentino para vivir, ya que "continúan a la espera de los señores comisionados de la PSA y las flamantes autoridades gubernamentales", para que se dignen a tramitar la Pensión por la cual su padre ya muerto, trabajó y aportó, confiando quizás que si algo le sucediera sus "jefes, superiores y camaradas" harían todo lo necesario para que sus seres queridos no pasen penurias.

Cómo corolario y según lo manifestado por la madre de las criaturas se debe mencionar, que no solamente se han violado gravemente los Derechos de la Familia del Oficial Neato, que fue privada todo este tiempo del haber mensual que por ley corresponde, sino que además sería inminente la suspensión de la prestación de la no muy afamada Obra Social "Unión Personal".

Una trágica y evitable muerte tuvo lugar en la Policía de Seguridad Aeroportuaria, y desde su mal habida concepción en el año 2005 continúa incrementando el número de víctimas, -situación que no se resuelve simplemente con la prohibición de portación de armamento fuera del horario de servicio-, recayendo indefectiblemente la responsabilidad en las autoridades políticas y policiales que por imprudencia, negligencia u omisión, siguen "manchando sus manos de sangre".

El destrato y abandono vil de las Familias de la Policía de Seguridad Aeroportuaria denotan claramente no sólo la incompetencia de sus mandos jerárquicos, sino la violación sistemática de los derechos humanos de sus trabajadores.

Mientras un nuevo suicidio policial va en camino de quedar en el olvido y sus responsables son protegidos y encubiertos, la familia de Neato, servidor público que amó con todas sus fuerzas a la institución, continúa esperando que el Estado argentino respete sus derechos.