Tanto el ministro de Salud de Mauricio Macri, Adolfo Rubinstein, como el actual de Alberto Fernández, Ginés González García, han coincidido en legalizar el aborto seguro y gratuito como una política de Salud Pública.
Hoy advertimos que, no solamente nos mentían sino que detrás de ellos se escondían los hacedores de los negociados sobre la muerte: George Soros y la fundación Planned Parenthood.
Nada es gratis en la vida, es la metáfora que queda latente.
Y mientras los militante vociferaban su consigna “muerte a los nonatos”, se sostenían en “ me asiste el derecho a decidir sobre mi cuerpo” y obtenían el apoyo de los políticos de turno, ante la primera “pandemia no endémica” el gobierno determinó que nadie puede decidir sobre su cuerpo cuando pone en riesgo a otro y nos ordenaron quedarnos en cuarentena en un semi Estado de Sitio.
Extraño razonamiento, donde en una opción se protege la vida del otro (caso coronavirus) y en la otra se abandona al inocente condenándolo a muerte (caso aborto).
La hipocresía hace que hoy cientos de miles que se horrorizan porque en Italia deciden quien vive y quien muere, ayer nomás aplaudían directamente que muera un inocente argumentando que era una “bolsa de células” para limpiar su sucia consciencia.
Durante añares la clase política populista, muchos profesionales de diferentes especialidades y gran parte de la población – sin olvidar a los “periodistas progres pautados”- se jactaban orgullosos de tener una salud pública gratuita para atender a todo el mundo (vecinos latinoamericanos y otros) sin excepciones y hasta utilizar nuestros recursos, que nos quitaban compulsivamente, para realizar hasta cirugías estéticas de todo tipo y sin ningún costo, sean nacionales o extranjeros.
Los resultados están a la vista: un sector sanitario absolutamente diezmado, sin recursos y sin posibilidades de atender cualquier evento que involucre a tan solo 1.000 ciudadanos.
Ello sin tener en cuenta los hospitales y centros de salud inaugurados hasta 5 veces (y cobrados 5 veces) que aún hoy no están en funcionamiento.
Debemos tomar conciencia que el personal que trabaja en el sector sanitario, al que todo aplaudimos con fervor porque se lo merecen con creces, hoy están expuestos a altas posibilidades de contagio por falta de protecciones básicas.
No hay para todos los integrantes del sector sanitario barbijos N 95 que son fundamentales para evitar contraer la enfermedad cuando se tiene contacto con un paciente con alta carga viral y/o durante varias horas en un centro asistencial cuando ningún experto puede garantizar los medios de contagio que posee este virus. Todo es teoría. Y contra la teoría, mejor prevenir que curar.
La creatividad argentina apela a los términos ambiguos y vagos para hacer frente a una realidad altamente contagiosa.
Entonces echan mano a los llamados “protocolos” que son falacias armadas a la medida para decidir quién tiene acceso al barbijo y quién no.
Una manera elegante y cruel de omitir la única verdad: no hay barbijos N 95 para todos los que pasan horas y horas en centros de salud luchando contra la pandemia: es vergonzoso y los medios y especialistas que pululan por los medios no advierten sobre esto. ¿Qué van a hacer durante el pico de la enfermedad?
En España, por utilizar un “protocolo restrictivo” similar, el resultado es clarísimo: el 12% de los casos confirmados de Covid-19, es decir 3.475, son médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud, según informó este domingo Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. El sistema de salud español está funcionando al límite.
La sociedad debe saber esta verdad. Y a su vez darse cuenta que sin médicos, nadie nos va a asistir.
Y si los pacientes son una especie de bomba, terminarán todos explotando en mil pedazos.
No lloremos, después, con lágrimas de cocodrilo algo que estamos a tiempo de evitar: no importan los protocolos, ningún personal sanitario debe prestar tareas sin la protección mínima de un barbijo N 95. Y si no hay, que vuelva a su casa hasta que se provean los insumos básicos esenciales.
Es muy sencillo, que la clase política entera entregue el 50% de sus salarios o dietas y con eso que se adquiera lo necesario para el personal de la salud.
Sean solidarios señores políticos, no vaya a ser que caigan enfermos en un nosocomio y los abandonen a su suerte por el egoísmo que han mostrado hasta hoy.
No es un sacrificio, ni un gasto, es un gesto que se relaciona con su obligación de que “si así no lo hicieren, la Patria se los demandará” y no les puedo garantizar que sea de manera amable.
También es importante que los ciudadanos se eduquen sobre algunas cuestiones.
El cemento, las cloacas y/o el acceso al agua potable “no se comen”, pero un país que se precie de tal necesita condiciones de urbanidad e higiene suficientes porque las enfermedades se multiplican en poblaciones obligadas a vivir en condiciones infrahumanas de salubridad.
Este es otro claro ejemplo que durante décadas los impuestos no volvieron “al pueblo”, sino que alimentaron las enormes plantillas de empleados, funcionarios públicos y aquellos pertenecientes a la casta política, sectores que se han multiplicado desde 1983 a la fecha. Y no hay peor pandemia que ésta.
Como lo he dicho muchas veces y hoy lo reafirmo: el país está quebrado hace muchísimo tiempo.
Se esconden las miserias debajo de la alfombra hasta que en algún momento nos chocamos de frente contra la realidad.
La economía, basada fundamentalmente en las matemáticas, es infalible.
Salvo cuando el error humano la hace volar por los aires.
Distribuir la riqueza que generan los que trabajan, producen y pagan impuestos entre quienes nada productivo hacen, como medida populista clientelar, deja a las claras que toda alquimia no dura más que el vuelo de una gallina.
El gobierno se encuentra ante una encrucijada muy compleja: mantener la cuarentena para evitar contagios y que se le derrumbe la actividad económica y la recaudación con lo que ni siquiera alcanzará para garantizar “la de ellos” (clase política); o salir de la crisis económica que nos deja al desnudo como lo que somos, un país pobre con un sector sanitario en emergencia que carece de recursos para cuestiones menores y que no puede resolver muy posiblemente porque durante años regalamos recursos para extranjeros o los aplicamos para situaciones que no eran de Salud pública (protocolo sobre abortos para todas).
Y la responsabilidad también le alcanza a nuestra Corte Suprema de Justicia, que irresponsablemente apoyó esta atrocidad (ver caso Fal) excediéndose en el tema que se encontraba en debate y avanzando en consideraciones ideológicas sin tener en cuenta razones elementales sobre el derecho a la vida y fundamentalmente ignorando las prioridades del sector sanitario.
No olvidemos a los profesionales imputados por negarse a asesinar inocentes. Hoy deberíamos ofrendarles un doble aplauso y nuestro reconocimiento eterno.
En otro orden de cosas, y como bien lo adelantara en una nota el periodista emblema de este sitio, Christian Sanz, el gobierno teme que haya saqueos.
De eso también trató la charla que tuvieron Fernández y Macri.
Lo que debería advertir el gobierno es que son sus propios punteros políticos los que incitan la violencia y que tiene un claro objetivo: reemplazar al Presidente por la Vicepresidente.
Y hasta esta movida podría tener una “bendición” muy especial, a cambio de que se duerma para siempre el proyecto del aborto. El compromiso parece estar vigente.
Conozco, por haberla tratado personalmente, las cualidades profesionales y políticas de la Sra. Vilma Ibarra. Y ella conoce de sobra el paño en el que desarrolla sus funciones y todo lo que se mueve entre bambalinas.
En el ajedrez, leer y adelantarse a la movida del oponente es fundamental.
Hoy bastaría con decir públicamente que considerando la crisis que enfrenta el mundo, siendo que el tema del aborto no constituye un tema de Salud Pública y viendo que los escasos recursos deben orientarse hacia lo realmente importante, el aborto legal y gratuito no estará entre las prioridades de este gobierno en razón de haber cambiado sustancialmente las condiciones mundiales desde el 1 de marzo a la actualidad.
Ese paso frenará las ambiciones políticas de quienes buscan que se decrete un Estado de Sitio para clandestinamente tomar el poder y luego violentar todas las instituciones republicanas sobre la que históricamente se sostuvo nuestra Nación.
Caso contrario, jaque mate en 3 jugadas.