¡Ay, Patria mía!... fueron las últimas palabras de Manuel Belgrano, antes de pasar a la inmortalidad, cuyo bicentenario se cumplirá próximamente.
El país y nosotros como ciudadanos nos enfrentamos a una realidad que surge a través de pruebas irrefutables, confirmando lo que ya muchos sabíamos desde el año 2006, cuando comenzaron los rumores de corrupción que se afianzaron con denuncias y pruebas ante la justicia, de algunos integrantes de la política argentina.
No era magia, es realidad. “El vamos por todo” fue una metáfora lanzada en 2012, que muy pocos comprendieron y que nos está llevando a lo que hoy nos espanta.
El coronavirus le sirve al cristinismo -porque no quedan dudas de que es ella quien maneja los hilos del poder- para realizar todas las tropelías que no habría podido hacer a la luz del día. Aprovechando que la sociedad está preocupada por su supervivencia, sanitaria y económica, el cristinismo se muestra como es: no republicano, hostil a la libertad económica, prejuicioso con el mundo empresario, colonizador de las estructuras estatales, utilizando los medios estatales de (des) información y comprando voluntades, para imponer su proyecto de socialismo del siglo XXI.
El cristinismo decidió sustraerse del control parlamentario y ha estado gobernando a puro decreto de necesidad y urgencia (DNU). Ahora instalaron pantallas gigantes –nadie sabe su costo final- frente al sitial de la Presidencia de cada Cámara. El Recinto de Diputados tiene 256 Bancas y los Senadores son 72, lugar más que suficiente para conservar el distanciamiento obligatorio y cumplir con todas las formalidades exigidas por el Reglamento del Senado. Decidieron, por otra parte, -en forma unilateral- dar 70.000 pesos al personal que asista durante la cuarentena. ¿Será también una forma de “comprar voluntades”…?
Esto es un afrenta a nuestros médicos, personal de la salud, policía, gendarmería, prefectura, militares que están en la primera línea y a esta altura tienen a sus héroes caídos en cumplimiento de su deber quienes murieron por el contagio del virus. Es una afrenta a nuestros jubilados que apenas pueden cubrir sus necesidades básicas.
Si “la patria es el otro”, en la concepción kirchnerista, siempre se hace patria con el dinero ajeno.
Mientras tanto, se han registrado más de 200 nombramientos en el Gobierno Nacional durante la pandemia con sueldos superiores a 150.000 pesos y el 70% no reúne requisitos de idoneidad para el puesto designado.
El Socialismo del siglo XXI
El Socialismo del siglo XXI, fue lanzado en 2005 por el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en el V Foro Social Mundial. Chávez indicó ser trotskista. Por esto se podría inferir que el Socialismo del siglo XXI posee elementos de ideologías tan diversas como el Marxismo-Leninismo, el trotskismo y el socialismo. El régimen cubano, fue el inspirador del llamado Socialismo del Siglo XXI; de allí la facultad de asirlo con los únicos instrumentos teóricos del marxismo, o del leninismo.
Entre los principios fundamentales de la constitución Cubana podemos extraer:
-Se consagra el poder carismático del líder.
-Se ratifican los principios de la revolución.
-El establecimiento de una sociedad socialista.
-Aceptación e implantación de marxismo-leninismo.
-Rectoría del Partido Comunista en la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.
-Atribución del poder del Estado a los trabajadores.
-Fidelidad e integración al mundo socialista.
-Condena al imperialismo y solidaridad antiimperialista.
-Condena a la guerra de agresión y reconocimiento de las guerras de liberación nacional y la resistencia armada
-Propósitos de paz y de integración regional.
Por su parte, Chávez en su momento había solicitado facultades para legislar en 10 áreas de carácter estratégico, entre las cuales se destacaban: economía, finanzas, actividad social, cultura, seguridad y defensa.
A todo esto, el Foro de Sao Paulo (hoy Grupo de Puebla) fundado en 1990 por Fidel Castro y Lula Da Silva, es un foro de movimientos y organizaciones de la izquierda Latinoamericana cuyo propósito es ganar mayor presencia de la izquierda en toda Latinoamérica con el fin de combatir el neoliberalismo, no dar cabida a la derecha y defender a líderes de los países integrantes.
Los gobiernos populistas propagaron un discurso renovado y acompañado de promesas atractivas logrando asumir el poder en varios países latinoamericanos, pero se dio un giro debido a los actos de corrupción, enriquecimiento ilícito y demás, por parte de la ideología de izquierda, que ahora intenta nuevamente posicionarse, a través del Nuevo Orden Mundial.
Según Francis Fukuyama, “la pandemia ofrece a los líderes la posibilidad de acumular más poder ejecutivo. China lo ha utilizado como excusa para detener a líderes del movimiento democrático en Hong Kong. Me preocupa que se vayan a deteriorar las prácticas democráticas. Los líderes populistas tratan de sacar partido. Creo, por tanto, que la pandemia puede castigar a los líderes populistas por su ineptitud para gestionarla”.
La maligna habilidad de inventar un relato épico absolutamente falso, explotó ciertas taras culturales que afectan a buena parte de la población (discurso "antiimperialista", demagogia, prejuicios, resentimiento clasista) lograron arrastrar –como un canto de sirenas- a toda una legión de adeptos que se comportan como fieles de un culto. La propaganda oficial, no deja de destacar el excelente manejo de la pandemia, obviando todos los disparates que pronuncian, se consagraron al poder y dejan de lado el presente y futuro de un país en banca rota, producto de la fortuna mal habida de sus dirigentes políticos, sindicales y empresariales, donde los representantes de la justicia brillan por su ausencia.
En aquél 20 de junio de 1820 Belgrano murió expresando un último anhelo: “Yo espero que los buenos ciudadanos de estas tierras trabajarán para remediar sus desgracias. ¡Ay, patria mía!”. Él sabía que algunos políticos argentinos comenzaban a mostrar sus genes voraces, porque no hay que olvidar que aún después de su muerte, Belgrano sufrió la estafa que significó la malversación de su donación de 40.000 pesos oro –algo así como 80 kilos del metal precioso- para la construcción de cuatro escuelas.
El tiempo pasa y seguimos avizorando mucho de una corrupción estructural, mucho de una justicia inoperante e injusta, mucho de fundamentalismo político, mucho de miedo a opinar, mucho de mirar para otro lado… ¡Ay, Patria mía!”…
¡Ay, Patria mía!: Acuarela realizada por Ernesto Martinchuk