A lo largo de la historia de la humanidad se ha visto cómo algunas personas en busca de consejo visitan a otros que dicen ser capaces de predecir el futuro. Lo que no es tan bien conocido son las artes y métodos que utilizan para engañar a quienes acuden a ellos en busca de algún tipo de consejo o de consuelo. Este engaño hace creer al que consulta, a veces de forma impactante, que el vidente tiene un conocimiento profundo y sobrenatural acerca de su vida. Tales técnicas suelen acompañarse de diversas ambientaciones escénicas: cartas de tarot, cartas astrales en hojas de papel o en pantallas de computadoras, ripios de café en una taza, huevos crudos en un vaso de agua, lectura de las líneas de las manos, etc.
La insípida verdad que se esconde tras los testimonios que se promulgan sobre estos videntes, por parte de crédulos pacientes, es en realidad una técnica muy simple llamada lectura en frío. Esta consiste en decirle a la persona que consulta, frases que son obvias o tan generales que se podrían aplicar a cualquiera, o información que se le extrae al visitante por medio de un análisis cuidadoso de sus respuestas verbales, además de su lenguaje corporal. Todo lo anterior se adoba con un excelente juego de palabras para confundir al que ha recurrido a ellos con la esperanza vana de conocer qué les depara el futuro.
La lectura en frío se basa en el análisis de reacciones y respuestas que manifieste la persona a la hora de dejarse leer su suerte. Con miras en un estudio detallado, esta técnica se puede desglosar en varias fases. 1. Análisis visual de la persona.
La primera fase consiste en hacer un análisis de la persona en el momento en el cual ingresa a la sesión psíquica. Este análisis puede incluir los siguientes elementos:
1.1. Forma de caminar del individuo
Cuando el paciente que va a consultar exhibe unos movimientos lentos y rígidos o posturas corporales encorvadas, pueden interpretarse como dolencias, siendo las más comunes las de la columna vertebral. Movimientos muy torpes o tambaleantes pueden sugerir una personalidad, hasta cierto punto, acorde con su forma de mover.
1.2. Interacción visual
La mirada de una persona puede decir mucho sobre su estado interior. Su estado de ánimo, sus sensaciones, su estado de preocupación, etc, son discernibles en la expresión facial, principalmente en la mirada. Además la dirección de la vista puede indicar el carácter del paciente. Miradas bajas o evasivas indican casi siempre a una persona tímida, lo cual puede tener correlación en su seguridad al tomar sus decisiones y en el trato con los demás. Por el contrario, una mirada del paciente fija en los ojos del adivino indica generalmente una persona más firme y segura de sí misma.
1.3. Forma de hablar
La forma de hablar de alguien, incluyendo la corrección gramatical, semántica, entonación, volumen y acento, entre otros, puede dar muchísimas indicaciones valiosas sobre su vida. Se puede conocer su estrato sociocultural, su nivel de educación, sus posibles intereses, etc. Extrapolando de estos datos se pueden conjeturar problemas del paciente, con base en las problemáticas típicas de su sector social. Así por ejemplo, si se detecta que alguien es de estrato social bajo, se le podría conjeturar problemas y preocupaciones de índole económica. Si alguien es de estrato muy alto, se le podría sugerir que tiene problema de sentido de vida, o que nada le llena interiormente. Habría una buena posibilidad de acertar.
1.4. Forma de vestir
La presentación personal puede indicar, hasta cierto grado, cuánta autoestima tiene el paciente, su nivel de frivolidad, un exceso o una carencia de pulcritud, etc.
1.5. Aspecto físico
Infortunadamente, en el medio en que nos movemos, la apariencia estética de una persona puede abrirle o cerrarle muchas puertas. Una persona no muy atractiva puede tener serios problemas con el sexo opuesto; esto es una mina de oro de la cual un psíquico desvergonzado puede extraer información para sus sesiones. De otro lado, una mujer muy bella con frecuencia puede sentir que la valoran sólo por su aspecto físico, lo que a algunas le puede resultar molesto.
2. Lectura del carácter del paciente
En esta etapa se hará una descripción psíquica de la personalidad del paciente. Se deben usar con astucia los datos obtenidos en la primera fase, al igual que una buena dosis de ambigüedad y de ideas halagadoras para el paciente. Se podrían dar cientos de ejemplos:
"Usted es una persona muy inteligente": mucha gente se considera, o desea ser considerada inteligente.
"Algunas veces es tímida pero en otras ocasiones se comporta de forma muy atrevida": esta afirmación, que parece muy acertada, es absolutamente ambigua porque todos variamos nuestro comportamiento en distintas circunstancias.
"Usted tiene capacidades ocultas que no ha aprovechado, pero que le ayudarán mucho en el futuro": cualquier persona desearía que esto fuera cierto. Ese deseo de creer es un motivo que logra que el paciente lo acepte como cierto, o por lo menos posible.
En cada frase que se emita, el psíquico debe estar atento a reacciones de asombro del paciente, lo que indicaría aciertos y líneas que se pueden seguir para ganar más credulidad del consultante. En cambio, en casos negativos, se debe matizar la frase fallida, relativizándola o diluyéndola.
3. Tendido de "redes" y dramatización
La tercera fase de la lectura en frío consiste en tender las redes, lo que consiste en emitir afirmaciones vagas para sacarle información al paciente. Basándose en la información obtenida en la primera y segunda fase, se pueden aventar al paciente descripciones más o menos ambiguas para obtener más datos. Como siempre, esto se debe hacer de forma muy vaga, pero al mismo tiempo se debe estar muy atento a la reacción corporal del paciente. En el instante en que se detecte una respuesta positiva, ya sea por una expresión de asombro o por un asentimiento con la cabeza, el vidente debe reforzarle su acierto al paciente de forma verbal. En caso contrario, debe desviar la atención del fracaso, ya sea menguando su importancia, alegando que "aunque no ha sucedido, pronto ocurrirá", o disimulando el error, desviándolo hacia datos nuevos que aporte el paciente. Una clave para una buena impresión sobre el paciente consiste en ser lo más inexacto posible, haciendo uso de pausas para aumentar la imprecisión de la lectura, sin que el paciente se dé cuenta de ello. Así por ejemplo:
"Usted... (pausa) ... o alguien muy cercano a usted... (pausa) ... está en grave riesgo de... (pausa) ... o tal vez ya ha sido víctima de un accidente...".
El objetivo de las pausas consiste en dar una apariencia de precisión, cuando en realidad lo que se hace es lo opuesto: abrir el abanico de posibilidades para que la lectura sea acertada. Así, en la lectura anterior se tendió la red en dos direcciones distintas: o se tiene riesgo de un accidente, o ya se tuvo; y la víctima puede ser el que consulta, o cualquier otra persona que él conozca. Esta multiplicación de posibilidades se encargará de que el paciente recuerde a alguien que concuerde con la descripción. La probabilidad de que alguien o o algún conocido de esta persona haya tenido durante el pasado algún accidente es muy alta; más aún, riesgos de accidentes hay por todos lados. Es prácticamente seguro que alguna de las opciones deberá ser aceptada por quien consulta. Si la persona reconoce a alguien que haya sido víctima de un accidente, probablemente responda dando la identidad del accidentado: "¡Si!, el esposo de mi hermana sufrió un accidente el año pasado". El vidente ya llevaría un punto muy fuerte a su favor.
Con la forma como responda el paciente a la frase anterior se puede deducir, entre otros datos, la gravedad del suceso: si la persona cambia de semblante y se pone triste, es muy posible que el accidentado haya quedado gravemente incapacitado o muerto, mientras que si la persona responde con entusiasmo por lo acertado del médium, es casi seguro que la víctima se recuperó. Apenas se capte un mal ánimo en quien recibe la lectura, aún antes de que el paciente responda, se puede agregar algo como: "... y esta persona parece haber sufrido un daño muy grave... (pausa) ... es posible que haya muerto". Esto pondría el último clavo ante la incredulidad del paciente. La impresión ejercida sobre él sería muy profunda.
Es claro que sobre un tema como este se podría hacer una infinidad de afirmaciones vagas de las cuales obtener un sinnúmero de datos sobre la vida del paciente. Por ejemplo: "alguien recibió todo el dolor de ese accidente", "ese accidente los hizo sufrir mucho", "ese accidente les significó un desnivel económico", o cientos de cosas por el estilo. Ha dicho solamente una idea sobre cosas hechos cotidianos, una perogrullada, y el vidente ya tiene a un crédulo boquiabierto por la alta precisión de sus lecturas.
4. Predicción del futuro
Ya se ha mostrado cómo se puede obtener información sobre el pasado y presente de una persona; también se cuenta ya con la credulidad y asombro del paciente, lo que lo mantendrá en una actitud receptiva sobre cualquier cosa que se diga. Es el momento apropiado para "predecir" sucesos, ya que en este caso las equivocaciones no se pueden detectar inmediatamente. Es la etapa más relajada de la sesión psíquica. Lo único que hay que hacer ahora es jugar con probabilidades. Por ejemplo:
"El próximo año usted padecerá una enfermedad": cualquier persona sufre por lo menos una enfermedad al año, ya sea leve o grave.
"El próximo mes usted emprenderá un proyecto": la ambigüedad de la frase está en que cualquier empresa humana, por sencilla que sea, se puede ver como un proyecto.
"Dentro de poco recibirá algo que usted ha estado esperando": se juega con las expectativas que tiene cualquier persona, a la vez que se deja tan ambiguo que se puede prestar a cientos de interpretaciones.
"Usted se va a casar": es una afirmación muy probable, y con el nivel de confianza que en este momento ya se habría ganado el psíquico, haría que se creyera sin ninguna dificultad.
5. Justificación evasiva de los fallos
Para hacer una buena lectura se deberá tener muy presente el jamás aceptar un error depredicción sino esconderlo hasta donde más se pueda. Para esto, se debe hacer sentir al consultante como que él hubiera cometido el error. Por ejemplo:
Adivino: Usted ha recibido una ofensa el mes pasado.
Consultante: Que yo sepa no he recibido ninguna ofensa.
Adivino: Muy bien lo ha dicho: que usted sepa
Esta ofensa la hicieron sus espaldas y fueron personas muy querida por usted de las cuales Ud. nunca sospecharía.
En este caso, el adivino lleva todas las de ganar pues confunde al consultante con sus enunciados: lleva su error a un campo en el cual el paciente no puede verificar la veracidad o falsedad de la afirmación -- cara gano yo; sello pierdes tú.
Consideraciones finales
Ya que están explicadas las fases de la lectura en frío, es útil mostrar un ejemplo de lectura que incluye todos los aspectos considerados. Como podemos ver, los adivinos juegan con las probabilidades, utilizan la dramatización para obtener información sobre la marcha, y se basan en un discurso formado por frases evidentes, ambigüas e inverificables. Para dominar esto y generar una buena impresión, el adivino debe tener un excelente sentido de observación y un buen juego de palabras, que obligue al paciente a cooperar en la lectura.
El siguiente ejemplo de lectura, representado con la dramatización adecuada, podría dejar boquiabierta a cualquier persona:
"Algunas veces eres extrovertido, afable, sociable mientras otras veces eres introvertido, cauto y reservado. Has descubierto que es poco inteligente revelarte a los demás con demasiada honestidad. Prefieres un poco de cambio y variedad, y te produce insatisfacción verte rodeado de restricciones y limitaciones. Disciplinado y controlado por fuera, tiendes a ser aprensivo e inseguro por dentro. Aunque tu personalidad tiene puntos flacos, sueles ser capaz de compensarlos.
Tienes muchas capacidades sin aprovechar, que no has convertido aún en ventajas para ti. Tienes tendencia a ser crítico contigo mismo. Tienes una gran necesidad de gustar a los demás y sentirte admirado."
De seguro el lector ha debido quedar algo impresionado por haber encontrado una concordancia más bien alta entre este párrafo y su propia personalidad. La realidad es que el ejemplo no dice prácticamente nada. En él se ilustran varios de los principios que hemos tratado: frases ambiguas como "Aunque tu personalidad tiene puntos flacos, sueles ser capaz de compensarlos"; lecturas en las que siempre se cumple una de dos opciones como "Algunas veces eres extrovertido, afable, sociable mientras otras veces eres introvertido, cauto y reservado"; uso de deseos secretos del paciente como "tienes muchas capacidades sin aprovechar, que no has convertido en ventajas para ti"; verdades universales para cualquier ser humano como "te produce insatisfacción verte rodeado de restricciones y limitaciones"; etc.
Las situaciones exactas que supuestamente se adivinan durante una sesión, son sólo información sacada sobre la marcha por personas que tienen mucha experiencia en estas técnicas. Es tal la versatilidad de la lectura en frío, que se puede usar por medio de un teléfono, lo que en parte ha sido causa de la proliferación de este tipo de servicios, como las líneas psíquicas y astrales de videntes y estafadores.
Es indignante el uso que hacen personas sin escrúpulos para engañar a otros con el fin de llenarse los bolsillos. También da tristeza ver cómo personas que no son conscientes de las artes usadas por psíquicos, astrólogos, tarotistas, videntes y demás farsantes, terminan promulgando testimonios entusiastas acerca de cuán acertados fueron estos adivinos en su lectura. Una víctima de una buena lectura en frío terminará siendo un defensor a capa y espada de los poderes de su vidente.
Así, una persona crédula nunca se hará ninguna de las siguientes preguntas: Si adivinan el futuro, ¿por qué no advierten a la ciencia de próximas patologías para que la ciencia se adelante al descubrimiento de una cura? ¿por qué no adivinan el próximo número de la lotería que va a caer y así llenarse de dinero y no tener que seguir dedicándose a leer pobremente la suerte en un garaje? ¿por qué no advierten a los gobiernos de las diferentes naciones sobre un futuro difícil para su país y así evitarlo?
Se le podría hacer estas preguntas a los psíquicos, a las cuales responderían con argumentaciones vacías, sin sentido, y justificaciones ad hoc... De la misma forma como justifican sus predicciones fallidas.