La turbulenta muerte del ex-secretario privado de los Kirchner, testigo clave en uno de los procesos penales que tiene la vicepresidenta de la Nación, abren un escenario escabroso para la administración de los Fernández y colocan una nebulosa a las posibilidades de una salida rápida de la crisis en la Argentina.
En momentos en que la desgastada gestión de los Fernández necesita oxígeno urgente, la aparición del cadáver de Fabián Gutiérrez coloca al país bajo un clima de inseguridad permanente, lo menos que se necesita para recrear un ambiente de inversiones.
Pero en la Casa Rosada, ya estaría muy avanzada la idea de cambios en el gabinete para tratar de retomar la iniciativa. El momento, en principio, estaba planeado para cuando se cierre el proceso de canje de deuda.
Sin embargo, una serie de errores que comenzaron con la modificación de la actualización de las jubilaciones y el intento de expropiación de Vicentin, la extensión innecesaria de la cuarentena, hasta la emisión monetaria desenfrenada, cuyo costo por ahora es indeterminado, demoraron la decisión que ya venía madurando en la intimidad de la Quinta de Olivos.
La decisión divide a los Fernández y la puja por ocupar los reemplazos desató una pugna en la alianza gobernante. Los gobernadores vienen empujando por cambios en la política económica porque ven que la actividad económica se está paralizando y notan que el descontento en el interior del país va en aumento.
Los ataques a los silobolsas en toda la Pampa Húmeda colmó la paciencia de los intendentes y descontroló el frágil equilibrio de poder que maneja la mayoría de los mandatarios provinciales. Este ambiente de inquietud y malestar se trasladó al Congreso Nacional que puso un freno de mano a todas las iniciativas que debían tratarse.
La aparición de la nueva propuesta de la deuda trajo algo de tranquilidad aunque no colma las expectativas. Palabras más, palabras menos, los gobernadores están hartos de la falta de terreno que muestra el ministro de Economía.
Los gobernadores acusan a Guzmán de estar dedicado casi exclusivamente al tema de la deuda y desatender la situación en el interior del país. El avance del PJ tradicional también quiere la cabeza de Guzmán. Peor aún es el encono hacia el Banco Central y la falta de flexibilidad para con los deudores del sistema.
Los gobernadores del PJ le hicieron llegar al Presidente Fernández su fastidio por la falta de participación y diálogo y le apuntan al jefe de Gabinete por no “abrir juego” y acusan al propio Fernández de ser el “Presidente del AMBA” y no de todos los argentinos.
Otra de las facturas que le pasan a la Casa Rosada es que no ha llegado la suficiente ayuda de insumos médicos para atender la pandemia. “No pudimos hacer testeos porque no recibimos los equipos y muchos tuvimos que comprarlos con recursos propios”, deslizó un gobernador.
La mayor preocupación de gobernadores es el efecto que tiene la prolongada cuarentena en el AMBA, sobre la actividad en el interior del país y que afecta a los niveles de empleo.
En la intimidad de Olivos, Fernández tomó nota de la inquietud de los gobernadores y prometió mover fichas en su gabinete. Ampliaremos.