El asesinato del ex secretario de Néstor Kirchner y Cristina Fernández generó un revuelo inesperado e inusitado. Dicho crimen produjo mayor profundidad en la tan afamada grieta, pero además, logró agrietar los dos espacios políticos más amplios desde adentro.
Es que, en ambos lados, existe un sector más moderado y otro más radicalizado. Ello conlleva a que algunos carguen una bandera más pesada mientras otros esperan en silencio el avance de la Justicia.
Pero, yendo al punto de la grieta, por obvias razones, desde el oficialismo y desde la más fuerte oposición se acusan sistemáticamente. El Frente de Todos insiste en separar el brutal final de Fabián Gutiérrez del aspecto político, en tanto, en Juntos por el Cambio sostienen todo lo contrario.
“Es imposible separarlo de lo político” indicó una fuente parlamentaria de Juntos por el Cambio a Tribuna de Periodistas, al tiempo que señaló que se “está pidiendo que se aparte a la fiscal (Natalia) Mercado por ser sobrina de la vice (Cristina Fernández) e hija de la gobernadora (Alicia Kirchner), quien maneja a la policía que debía proteger a Gutiérrez”.
Es sencillo, se trata de un ex funcionario que supo tener relación directa con la actual vicepresidenta y, para colmo, la fiscal a cargo de la causa no es otra que su propia sobrina. Pero más allá de ello, la hipótesis que más pesa en la causa es que los cuatro involucrados directos en el asesinato de Gutiérrez buscaban la fortuna que éste había amasado como secretario de los Kirchner.
Además de ello, dos de los implicados en el asesinato, los hermanos Zaeta, son nietos del escribano Oscar ídem, quien le escrituró 6 mil metros cuadrados al matrimonio Kirchner en el año 2007, mientras la víctima se encontraba ejerciendo al lado del entonces matrimonio presidencial.
De hecho, el propio juez a cargo, Carlos Narvarte, aseguró que lo más probable es que Gutiérrez haya sido “torturado” por sus atacantes para que revele datos sobre el lugar donde “mantenía guardado el dinero”.
Otra discusión que se mantiene vigente, refiere al hecho de que el exsecretario k debía tener –o no- protección al ser un arrepentido en la causa de los cuadernos de la corrupción.
Si bien Gutiérrez no había ingresado –ni lo había solicitado- al Programa de Protección a Testigos a cargo del Ministerio de Justicia de la Nación, hay quienes insisten en que el Gobierno debía ponerlo a resguardo.
En declaraciones a este medio, el fiscal platense Marcelo Romero, indicó que “en mi opinión, si” debía tener cierta protección, aunque destacó que “son medidas mucho más simples que las del programa”, pormenorizando que podrían haberse realizado “rondines policiales, custodias en los domicilios, algún celular de contacto, etc.”.
Sin embargo, desde el Ministerio de Justicia indicaron a quien escribe estas líneas que “si no está en el Programa de Protección a Testigos no tendría que tener seguridad o custodia” agregando que “si hubiera sentido que estaba en peligro hubiese pedido seguridad” o en su defecto “lo tenía que haber pedido una autoridad judicial”.
Lo dicho desde la mencionada cartera se contrapone con lo mencionado por un ex funcionario jerárquico del Ministerio de Justicia mientras se encontraba siendo dirigido por el ex ministro Germán Garavano.
“Lo ideal es que el cuidado de los testigos protegidos no quede a cargo de Gobiernos que puedan tener algún interés en las causas en las que esos testigos se encuentran aportando información” supo manifestar la fuente en cuestión en diálogo con TDP.
La razón es obvia, ¿Quién querría quedar bajo la protección del Gobierno al que denunció como imputado colaborador? Dicho sea de paso, el ex contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, recibió amenazas en el celular que se encuentra vinculado a la pulsera electrónica que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Fue en marzo último, y según declaró, tras dejar el Programa de Protección a Testigos, el número de ese celular no lo conoce ni él, ni sus abogados, ni sus familiares.
Según un reputado psicólogo forense consultado para esta columna, Gutiérrez se negó a pertenecer al Programa mencionado porque, según lo que él ve “tenía miedo” y desconfiaba de “la gente que ejecuta el programa”. Por tanto, ello “hizo que rechazara todo tipo de protección porque él sabía que algo no iba a funcionar” ya que “el sistema es corrupto”.
Lo mencionado por el especialista deja entrever una razón más por la cual el asesinato del exsecretario es meramente político, ¿Por qué el espacio que debe funcionar como garantía de seguridad de los imputados colaboradores depende de los oficialismos de turno?
Pero hay muchas más razones para vincular el brutal homicidio con el ámbito político. Según le comentó a este periódico una fuente parlamentaria “la seguridad de un arrepentido no puede ser tomada a la ligera. Ahí es cuando la fuerza de seguridad local que depende de la gobernadora (Alicia Kirchner) no lo protegió como debía”.
Fuego interno
Más allá de lo aquí descripto, tal cual se menciona al principio del corriente, este hecho en particular disparó fuertes cruces dentro de los dos frentes más amplios de la política vernácula.
Por caso, al ser consultado por Tribuna de Periodistas, un integrante de Juntos por el Cambio aseguró que “hay un cruce entre el ala más moderada y la más fuerte. El enfrentamiento es real y por eso se llevó a cabo esa suerte de mesa amplia para revisar algunas cuestiones orgánicas y temas coyunturales”.
Ello lo mencionó en el marco de la carta que había trascendido días atrás en la cual se hacía referencia a que la muerte de Fabián Gutiérrez se trataba de un “crimen de extrema gravedad institucional”.
De hecho, la misma fuente aseguró que la mesa amplia “es un poco un freno a (la ex ministra de seguridad y representante del PRO) Patricia (Bullrich) y (el ex candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio Miguel Ángel) Pichetto y la recuperación de cierto espacio en la mesa para (la ex gobernadora bonaerense) María Eugenia Vidal”.
En el caso del oficialismo, el silencio es absoluto. El hermetismo con el que se maneja el Frente de Todos es inusitado. A duras penas, quienes se animan a realizar alguna declaración simplemente se limitan a desligar el homicidio de la cuestión política.
Se trata de aquellos que si bien pertenecen al oficialismo no responden a Cristina Fernández. Por parte del camporismo-kirchnerismo simplemente tienden a manejarse con un mutismo que espanta.
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No tenía Status de Testigo Protegido.
Porqué habrían de mantener como fiscal a una persona absolutamente cuestionable si no fuera porque hay un interés especial manejar esta causa ? Sería muy fácil cambiarla por alguien menos sospechoso alegando asegurar imparcialidad .
El muerto, la ex Jefa del muerto, el Juez, la fiscal, los acusados, los familiares del muerto, los familiares de los acusados, la provincia donde se produjo el asesinato, los abogados de unos y de otros, la TORMENTA PERFECTA.
Buscaban la fortuna que surge de las mentiras de Lanata. Ya vimos el papel de imbécil que hizo el fiscal Marijuan agujereando la patagonia, hay que ser muy pelotudo para no entender que ya los fondos buitres peinaron todo el planeta buscando dinero de los Kirchner, cuando el mismo está en la caja de seguridad de un Banco y declarado. Lo demás es fruto de la mente afiebrada de Lanata y que muchos siguen repitiendo. Mentime que me gusta,
El mutismo de la Ladrona de Tolosa, lo conocemos, ni se mosqueó por la Matnza de Once, que se va a preocupar por un ex_peón. esto implica a todo el Gobierno Nacional. NO DIGANMOS NADA DE LO QUE NO NOS CONVIENE, asi la sociedad se olvida, tal como se olvidaron los papis de su "nene". Sigamos esperando... tal lo venimos haciendo desde hace décadas!!! ( porque creemos que otros nos resolveran nuestros problemas).