La utilización de la capacidad instalada a nivel industrial, si bien mejoró en mayo respecto del mes anterior, tuvo una profunda caída en relación a igual mes de 2019 y se encuentra por debajo de la mitad de su plenitud.
El indicador viene a confirmar una vez más los daños que ha dejado la “cuareterna” a la que sometió la administración de los Fernández a la población, con resultados cuestionables debido a la falta de testeos masivos.
Pero a riesgo de caer en la polémica sanitaria, en todo caso, deberán ser debates de médicos e investigadores, los daños económicos están mostrando que la salida de la crisis no sólo será dolorosa, si es que se encuentran medidas y remedios adecuados, sino multimillonaria.
La desaparición de cientos de microempresas será irrecuperable a menos que gocen de un jubileo impositivo y previsional durante un par de años, algo que no está en los planes de la actual administración. Un informe elaborado por la Fundación Libertad y Progreso (FLYP) en base a datos de la AFIP da cuenta que “en los últimos dos meses ha disminuido la cantidad de empleadores en 12.619 y 5.927 para abril y mayo respectivamente. A simple vista, los datos parecen señalar que la destrucción en el mercado laboral está en descenso, pero no necesariamente es así, ya que la cantidad de trabajadores afectados continúa en aumento”.
El documento de la FLYP muestra que “en abril la cuarentena destruyó a 12.619 empleadores y a su vez afectó a 91.237 trabajadores. En mayo, si bien la cantidad de empleadores que tuvieron que cerrar sus puertas fue menor (5.927), se perdieron 193.644 empleos según datos de la AFIP. Esta diferencia indicaría que en el primer mes cerraron los emprendedores con menos capital y cantidad de empleados. Luego empezaron a caer los de mayor tamaño y más cantidad de trabajadores”.
Los números son concluyentes y se suman a los aumentos en el endeudamiento de las familias con el sistema financiero y a las deudas que se mantienen con la AFIP donde el organismo fiscal reclama obligaciones por casi 220.000 millones de pesos que piensa ingresar en la moratoria.
Con un PBI per cápita en franca contracción desde 2011 y con una caída de la actividad económica, prevista para 2020 en torno del 15% anual, se puede considerar, a la década del ’10 de este siglo como un período perdido.
El gobierno está inmerso en un desorden intelectual muy profundo. Desde que considera que la confiscación de una empresa es un motivo para festejar hasta la búsqueda de aliados en países que muestran un fracaso rotundo y hasta la ausencia de un programa económico y un simple presupuesto.
El gobierno tuvo esta semana una oportunidad para poder cambiar el rumbo cuando intentó explorar un acercamiento con la oposición para empezar a cimentar una salida. Sin embargo, el cónclave terminó en un nuevo fracaso. Mientras tanto, la administración de los Fernández continúa destinando a las fuerzas de seguridad al humillante trabajo de controlar los permisos de circulación, mientras la población es blanco de la acción de pandillas criminales que aplica una violencia pocas veces vista.