Juan José Jorge es Teniente 1º de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y se encuentra destinado en la Comisaría Cuarta de Merlo, y desde el sábado 25 de julio se halla internado en el Sanatorio del Oeste de Merlo luego de la confirmación del resultado positivo que arrojó su hisopado de COVID-19.
“Estoy acá, solo en la habitación 3, boca abajo para respirar mejor”, -cuenta Juan José por mensaje de texto desde terapia intensiva en tanto se escriben estas líneas-.
Griselda Rodríguez es la esposa, y ejerce como Docente en la Escuela Primaria Nº 6 “Víctor Mercante Libertad”, por su condición de diabética y asmática guardó desde el comienzo de la pandemia estricta cuarentena, pero al margen del drama particular que hoy le toca vivir manifiesta preocupación por sus compañeros docentes quienes aunque suspendidas las clases presenciales, continúan concurriendo a los establecimientos para entregar bolsones de alimentos a las familias necesitadas.
El aislamiento y los cuidados para preservarse observados por Griselda no fueron suficientes, pues aunque se encontraba eximida de tareas por su condición, la profesión y exposición de su marido Policía que contrajo Coronavirus afectaría a toda la familia.
¿Cuáles son las medidas de seguridad y los recaudos que debe tomar una familia en la cual uno o mas integrantes son Trabajadores Esenciales expuestos constantemente al virus?; ¿Poseen estos sectores las condiciones socio-económicas para cumplir tan importante rol social y a la vez cuidar de sus seres queridos?; ¿Dónde, cómo y cuándo se alimentan, higienizan, descansan o duermen cuando finalizan sus jornadas laborales si no disponen de otros espacios más que el techo conyugal? ¿En que condiciones se trasladan todos los días estas personas a sus puestos de trabajo?; ¿Qué equipamientos, insumos, servicios y prestaciones les ofrecen el Estado y sus empleadores para minimizar los riesgos de exposición, contagio y propagación del virus?.
Desde el 19 de julio Juan José y Griselda debieron aislarse en su domicilio a la espera del resultado del hisopado del uniformado. Junto a sus tres hijos de 5, 8 y 12 años de edad, afrontaron días encerrados en una habitación con picos de 39º de fiebre sin poder comer, con fuertísimos dolores de cabeza y corporales, falta de aire y vómitos, mientras su hija más grande asumía el cuidado de sus padres y hermanitos.
El 25 de julio con el resultado positivo de Jorge y luego de muchas gestiones, el Servicio de Asistencia Médica de la línea 107 se hizo presente en el hogar para asistir e hisopar a Griselda, pero dado que encontraron a su marido en condiciones críticas con el cuerpo azulado, sus costillas marcadas y sin aire, dispusieron en cambio su traslado urgente al Sanatorio del Oeste.
Recién el 29 de julio a la noche Griselda fue llevada al Sanatorio Guemes de CABA donde finalmente le realizaron el test, mientras tanto radiografías y tomografías computadas ya arrojaban un panorama semejante a una “neumonía”.
El 27 de julio el médico a cargo de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Sanatorio del Oeste solicitó una transfusión de Plasma Convaleciente para Jorge, aclarando que su Obra Social IOMA colocaba todo tipo de trabas y no cubriría la intervención, por lo cual en el caso de afrontarse el gasto de manera particular el costo del tratamiento sería de 22.000 pesos. Griselda, claramente portadora del virus por los síntomas exteriorizados y el contacto estrecho con su marido tampoco logró hisoparse en el Sanatorio del Oeste, ya que este procedimiento tampoco sería cubierto por IOMA y el mismo implicaba un desembolso de 10.000 pesos.
Luego de la aparición pública de Griselda Rodríguez en redes sociales exponiendo la grave situación de su familia mágicamente se movieron “los engranajes del oxidado mecanismo”. Al margen de los tantos llamados tardíos de diferentes autoridades y sectores, Servicios Sociales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires logró gestionar el “Plasma Convaleciente” que fue trasladado desde La Plata hasta Merlo, para transfundir a Juan José JORGE el mismo jueves 30 de julio, fecha en la cual coincidentemente también le informaban a su esposa convaleciente en el Sanatorio Guemes que era COVID-19 positivo.
-¿Cómo se dan cuenta con tu marido sobre la posibilidad de ser portadores de COVID-19?
-Antes del domingo 19 de julio cuando le realizan el hisopado a mi esposo y a todos los efectivos de la Comisaría, estos “ya venían mal”, porque hacia varios días que los integrantes de la dependencia exteriorizaban síntomas compatibles pero estarían sometidos a “presiones de arriba para que continuaran trabajando a pesar de todo”.
Hoy son 16 los efectivos policiales contagiados, e incluso a algunos la Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART) a los 10 días de haber enfermado les dieron de alta sin un nuevo hisopado.
En Merlo hay 165 efectivos para cubrir todo el partido, es muy difícil la situación, y ahora trajeron gente de otros lados para reemplazar la gran cantidad de enfermos.
-¿A quienes llamaste para solicitar ayuda y atención médica?
-Desde el domingo mismo que a mi esposo le realizan el hisopado llame a las líneas 107, 148, 120, 0800-333-1333 de IOMA, e incluso me comunique con el Municipio de Merlo, pero jamás pude gestionar atención médica alguna y menos aún el hisopado. En el 148 por ejemplo, sólo te toman los datos y te dejan librado a tu suerte.
-¿Tanto vos Docente como tu marido Policía, ambos de la Provincia de Buenos Aires, tienen la cobertura médica de IOMA? ¿Respondió alguna vez la Obra Social a tus llamados y requerimientos?
-Los dos tenemos IOMA, ya que no podemos elegir la obra social porque somos Agentes del Estado. El plasma llegó porque el video se viralizó y muchas familias policiales y agentes de la Fuerza se comunicaron conmigo. IOMA nos dejó sin cobertura.
-¿Crees que se realizan los mismos operativos con los demás policías y sus familias, o tu caso se resolvió de manera excepcional porque decidiste hacerlo público?
-No creo que exista el mismo despliegue. Yo iba a hacer todo lo posible para sacar adelante a mi esposo y el video fue el último manotazo de ahogado, un pedido de ayuda.
Lo único que pido es que a través de lo que expuse pueda hacerse visible el malestar que hay en las Fuerzas y en las Instituciones Públicas.
-¿Quiénes te ayudaron luego que se difundió tu denuncia?
-Desde la institución de mi esposo intervino Servicios Sociales, la Departamental, y los efectivos de la Comisaría 1º y 4º de Merlo. Desde mi ámbito se comunicaron desde la Secretaría de Educación, y mis directivos y la inspectora de la jurisdicción me acompañaron en todo momento. Para todos ellos mi agradecimiento.
-¿Quisieras agradecer o mencionar a alguien mas?
-Si, fundamentalmente quiero destacar el valor y agradecer profundamente a mi hijita Martina, que tan solo con 12 años se puso la casa al hombro y atendió con mucho cuidado y amor a sus papas y hermanitos.
Hoy viernes 31 de julio Griselda logró hablar por teléfono con su marido que luego de transfundido respira mejor, y estaría evolucionando favorablemente. Tras la confirmación de COVID-19 en su cuerpo Griselda continúa internada aislada en el Sanatorio Guemes de la Ciudad Autónoma. Sus niños se encuentran al cuidado de una pareja amiga de jubilados del barrio. Se desconoce si debido al contacto estrecho con sus padres las criaturas podrían evidenciar también la presencia del virus.
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