Por ejemplo, la batahola de los OVNIS, que comenzó en el año 1947 y se
prolongó varios años, produjo una verdadera "andanada" de
literatura aparecida en periódicos, revistas sensacionalistas y libros best
sellers del mismo tenor; tema del que se hizo eco la cinematografía con
buen éxito; todo con pingues ganancias.
Hasta el día de hoy no existe evidencia alguna de que
aquellos avistajes hayan obtenido la evidencia de certificar la existencia de
naves de otros planetas tripuladas por seres alienígenas.
En un informe de diario La Nación del día 14-3-2004,
en la sección "Ciencia", se dice que con respecto al fenómeno
OVNI, el 99 % de los casos tiene exlicación científica, y el 1 % restante
carece de valor científico, según afirman los especialistas.
Es decir, pueden
ser fenómenos naturales, ensayos de modernas naves y lo más común, chatarra
espacial que cae en la superficie terrestre. En resumen, la existencia de vida
extraterrestre, hasta el presente carece de evidencias.
Se ha estimado en unos dos millones de kilos los
restos de satélites y cohetes en desuso que orbitan al Globo Terráqueo con
una velocidad de unos 35.000 kilómetros por hora.
Otros fenómenos que pueden confundirse con supuestas
"naves extraterrestres", son las extrañas formaciones de nubes,
descargas eléctricas en la atmósfera y formaciones de plasma en la alta atmósfera
avistadas por pilotos de aviación.
Pero, no obstante las revelaciones científicas que
desmitificaban la creenicia en naves de alienígenas, aún hoy los
aprovechados de la curiosidad ajena, se encuentran, quizás ya dando sus últimos
coletazos ante la ciencia que los estrangula, e insisten, por ejemplo, en
que existen guaridas de OVNIS en el cerro cordobés Uritorco, y que no son
visibles mientras entran y salen de su hangar para mostrarse como luces una
vez en el exterior. De esto vive mucha gente que explota el turismo, es
cierto, pero ¿dónde está la ética? En este caso se abusa de la credulidad,
y nosotros, los padres y abuelos no queremos que se engañe a nuestros hijos y
nietos en aras del lucro pecuniario de otros.
Lo mismo sucede con las revistas sensacionalistas, el
curanderismo, las predicciones astrológicas y otras falacias, muchas de las
cuales pueden ser alarmantes para las víctimas de desasosiego.
Cuando se dice: "No hagas tal cosa por ser
martes 13", esto puede, incluso perjudicarnos en nuestras vidas si
hacemos caso a esa superstición. Incluso por evitar un gato negro, caer en
un pozo o, perder un viaje de placer por temor a embarcarse en dicho martes 13,
y otras tonterías.
Y... pasando a otro tema: con respecto a la salud, ¡bueno!
aquí sí cabe la afirmación de que ¡se juega con ella!
Existe mucha hojarasca colgada en los kioscos
prometiendo salud excelente, longevidad y dicha; esto sin control alguno por
parte de las autoridades sanitarias que además permiten la difusión de
productos inútiles o perjudiciales para la salud de gente que no conoce
medicina y padece de toda suerte de achaques buscando "milagrosas"
panaceas ¡truchas! en falsas "herboristerías", perdiendo un
tiempo precioso para su salud.
Por su parte, los libros de autoayuda escritos por
profesionales universitarios pueden ser saludables, lástima que algunas
librerías y kiscos se hallan repletos de esa literatura elaborada por
chantas, sólo con propósito de lucro. Y así todo. Hay descontrol, desidia,
permisión, coimeo... y otras yerbas.
Finalmente, ¿vivimos bajo autoridades eficientes o
dentro de una verdadera sorda anarquía? ¡Más bien parece ser lo
último!
Ladislao Vadas