El fallo de la justicia griega que declaró esta semana "criminal" al partido neonazi Amanecer Dorado, responsable del asesinato de un rapero y de ataques contra migrantes, constituye un triunfo para la democracia y los movimientos antifascistas de Europa.
El hecho podría servir de ejemplo para otros países que enfrentan la violencia de la ultraderecha, como el caso de Alemania, donde un antisemita mató hace un año a dos personas en la sinagoga de Halle, en el centro este del país.
El agresor transmitió en directo el ataque por Internet y dijo que "nunca existió" el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial.
En Alemania, precisamente, alrededor de 200 personas murieron por ataques de extremistas desde 1990, según la prensa de ese país, si bien la cifra oficial no llega al centenar, de acuerdo a informes de la cadena de televisión Deutsche Welle.
Hay otros incidentes como el doble atentado cometido en Noruega por el extremista Anders Behring Breivik en 2011, quien mató con bombas y a tiros en Oslo y en una isla próxima a la capital del país a 77 personas, por lo que fue condenado luego a 21 años de prisión.
En el Reino Unido, el 16 de junio de 2016, el ultraderechista británico Thomas Mair, quien según la prensa estaba conectado con grupos supremacistas nazis, asesinó a la diputada laborista Jo Cox.
El miércoles, en una decisión histórica, el Tribunal de Apelaciones de Atenas declaró a la dirigencia de Amanecer Dorado, encabezada por su líder Nikolaos Michaloliakos, de 63 años, culpable de dirigir una organización "criminal", tras cinco años de juicio.
Amanecer Dorado obtuvo 18 bancas en el Parlamento griego en 2012, logrando el 7% de los votos, en medio de la crisis financiera que sufría Grecia, lo que la convirtió en la tercera fuerza del país.
Sin embargo, en las elecciones de 2019 no logró ninguna banca, ya que ganó menos del 3% de los votos.
"El fallo es realmente ejemplar. Amanecer Dorado creció a la sombra de la enorme crisis financiera y de migrantes" en Grecia, dijo a la agencia de noticias Télam Andrea Oelsner, directora de las licenciaturas de Relaciones Internacionales y Ciencia Política y Gobierno de la Universidad de San Andrés.
La analista explicó que este grupo neonazi se vio favorecido por "la ola de protestas y el enojo de la gente por las medidas de austeridad que mandaba la Unión Europea (UE)", después de que Atenas cayera en bancarrota en julio de 2015, debido a su deuda externa de unos 358.000 millones de dólares.
El Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, dijo en aquellos días que las condiciones de pago impuestas a Grecia por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) eran "indignantes".
Oelsner opinó que "en un contexto en el que se avecina una nueva gran crisis económica global (a raíz de la pandemia del coronavirus), el mensaje del tribunal griego de que el neonazismo no es una opción aceptable y será castigado por la justicia, es importante" para mirar el futuro.
"Otra señal valiosa que deja este caso es que unió a la clase política griega, normalmente polarizada, e incluso a la clase política europea, consciente del crecimiento de los partidos políticos de extrema derecha nacionalista", afirmó.
El tribunal griego que juzgó al matemático Michaloliakos y otros acusados por la muerte del rapero y militante antifascista Pavlos Fyssas, el 18 de septiembre de 2013, podría condenarlos a penas de entre 5 y 15 años de prisión.
Su asesino Yorgos Rupakias, miembro de Amanecer Dorado, lo apuñaló luego de mantener una discusión por fútbol, por lo que podría recibir una condena perpetua.
Michaloliakos ya había sido arrestado en septiembre de 2013 pero luego, tras cumplir 18 meses de prisión, se mantuvo bajo arresto domiciliario.
El juicio contra los líderes de Amanecer Dorado, que durante 30 años promovieron la violencia, fue comparado por su extensión con los tribunales de Nüremberg que llevaron a cabo los aliados contra los exjerarcas nazis del Tercer Reich, tras finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945.
Según algunos analistas, la historia de este partido se remonta al periodo comprendido entre 1967 y 1974 cuando Grecia sufrió una dictadura militar de extrema derecha bajo la llamada "dictadura de los coroneles".
Sin embargo, el problema de la violencia de la ultraderecha no es exclusivo de Europa, ya que también asola a Estados Unidos, donde se ha fortalecido el supremacismo blanco.
Otro ejemplo es Nueva Zelanda, donde Brenton Tarrant, un supremacista australiano, de 29 años, mató a balazos a por lo menos 51 personas, tras atacar dos mezquitas el 15 de marzo de 2019.