La construcción de unas 2.000 viviendas en la Cisjordania ocupada, decidida por un organismo estatal israelí, abre un signo de interrogación sobre por cuánto tiempo Israel mantendrá su promesa de aplazar un plan para anexarse el 30% de la ribera occidental, tras ser recientemente reconocido el Estado hebreo por Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin.
La medida, adoptada el miércoles por el Consejo Supremo de Planificación de la Administración Civil, provocó la airada reacción de los palestinos que buscan construir un Estado en los territorios de Gaza y Cisjordania, con capital en Jerusalén Este.
Además, fue condenada por cinco países europeos (Reino Unido, Francia, Italia, España y Alemania), que la consideraron "contraproducente", tras la normalización de relaciones diplomáticas con EAU y Bahréin, a mediados de agosto y septiembre, respectivamente.
Estos países dijeron que la política de asentamientos en los territorios ocupados "viola las leyes internacionales y pone en peligro aún más la solución de los dos Estados" para resolver el conflicto.
El primero de octubre, el primer ministro Benjamín Netanyahu dio instrucciones para aprobar la construcción de 5.400 viviendas, considerada la cifra más alta de unidades desde 2012, informó el diario Haaretz.
Con las 2.100 viviendas que se construirán en Cisjordania, el número de asentamientos erigidos este año se eleva a 12.150.
"Mi opinión es que la construcción va en contra de los pactos con Emiratos y Bahréin. Evidentemente forma parte de esta política de ´freno y golpeo´ de Netanyahu, para tantear cómo reaccionará la comunidad internacional", dijo a la agencia de noticias Télam Adrian Zarrilli, doctor en Historia de la Universidad de Quilmes.
El analista recordó que "la Autoridad Nacional Palestina había rechazado los acuerdos firmados con Bahréin y EAU, porque no cambia nada en la realidad, lo cual, a mi modo de ver, tiene cierta lógica".
Peace Now (paz ahora), un organismo de control de asentamientos israelíes que realiza esta tarea desde 2012, dijo que la medida puede poner en peligro los acuerdos firmados recientemente por Israel con los EAU y Bahréin.
Según esta entidad, con las 2.100 viviendas que se construirán en Cisjordania, el número de asentamientos erigidos este año se eleva a 12.150, la mayor cantidad de aprobaciones desde que el presidente estadounidense Donald Trump asumió en 2017.
Trump, a diferencia de otros exmandatarios estadounidenses, no calificó nunca de "ilegales" a los asentamientos israelíes.
"La continuación de la construcción de viviendas en Cisjordania no necesariamente vulnera los acuerdos bilaterales entre Israel y los EAU y Bahréin", dijo a Télam Arie Kacowicz, profesor en Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Para este analista, que es autor de "Zonas de paz en el Tercer mundo", entre otras obras, "en términos prácticos, es la continuación del status quo y la anexión de facto, no de jure. De ahí la critica palestina a los acuerdos, que hablan de una resolución pacífica del conflicto Israel-Palestina, pero que no necesariamente se traduce en hechos".
Kacowicz explicó que esta actitud de Israel "no es demasiado diferente de la asumida durante los procesos previos y acuerdos de paz firmados con Egipto (1979) y Jordania, (1994)".
"Como declaró recientemente con mucha sabiduría Robert Malley (exasesor especial de los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton), los acuerdos ni ayudan ni perjudican necesariamente a la causa palestina", señaló el analista.
Abu Rudeineh, vocero del presidente palestino Mahmud Abbas, convocó a la comunidad internacional a "intervenir inmediatamente para detener esta locura de los asentamientos, los cuales destruyen cualquier oportunidad genuina de un proceso de paz".
El Consejo Supremo de la Administración Civil, el organismo de defensa que otorga las aprobaciones, se reunió por primera vez esta semana luego de ocho meses.
Según el diario Yediot Ahanarot, la construcción de las viviendas podría ayudar a calmar las críticas de los líderes colonos contra el primer ministro Netanyahu, después que amenazaran con emprender una campaña pública en su contra.
Netanyahu, quien enfrenta tres causas por supuesto fraude, soborno y abuso de confianza durante sus gobiernos, es criticado por la oposición israelí por su gestión para controlar la pandemia del coronavirus que hasta la fecha mató a más de 2.100 personas y contagió a más de 301.000, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cuando se firmó un acuerdo con EAU, para que este emirato del Golfo Pérsico reconociera a Israel, Netanyahu declaró que simplemente había aplazado su intención de anexar el 30% de Cisjordania y el valle del río Jordán, como estipula el plan de paz presentado en enero por el presidente Trump.
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