El desorden macroeconómico excedió todas las previsiones y desbordó la imaginación del binomio presidencial. Con el dólar orillando los 200 pesos, ni el más pesimista de los legionarios oficialistas imaginó que en menos de un año de gestión, el proyecto nac & pop, podría transitar por semejante infierno.
Pero lo cierto es que la realidad superó a la pesadilla. La vicepresidenta, en un inusual baño de realidad, salió con una crítica feroz al Presidente, al gabinete y llamó a edificar un consenso con todos los sectores sociales, políticos, empresarios y mediáticos, frente al aluvión devaluatorio.
“Hay funcionarios que no funcionan”, dijo resignada CFK y lanzó dardos hacia todo el entorno que rodea al Jefe del Estado, incluido el mismo Martín Guzmán. Los cambios de gabinete parecen ser un hecho, pero a esta altura es un tema menor.
Para colmo, la gestión de los muchachos de La Cámpora no ayuda. Ni Aerolíneas, ni la Anses, ni el PAMI ni otros organismos donde los jóvenes adultos de la agrupación kirchnerista manejan la gestión aportan datos positivos. El ejemplo del Correo Argentino devenido en un Mercado Libre Nacional & Popular no es otra cosa que un pingüe negocio para amigos del poder.
La convocatoria de CFK es el fracaso mismo de CFK puesto que ella ha sido la artífice del armado de la coalición gobernante. El huracán verde no cesa y los 200 pesos obligan a los Fernández a pedir ayuda y convocar a una nueva paz social, para intentar a evitar una tragedia peor.
La reminiscencia al Rodrigazo es inevitable, las variables económicas totalmente fuera de calibre, precios y tarifas en una olla a presión, y una tensión social, al borde del caos. Celestino Rodrigo destapó la olla que dejó preparada Alfredo Gómez Morales. ¿Quién destapará la olla que dejará Guzmán?