El caso Marita Verón es una investigación y proceso judicial iniciado el 8 de febrero de 2012, a raíz de la desaparición en 2002 de María de los Ángeles Verón (conocida como Marita), una joven de 23 años, en la provincia de Tucumán que salió de su casa para ir al médico y nunca regresó.
El caso ha sido relacionado con la trata de personas y la prostitución forzada, concentrando la atención pública y una amplia cobertura de los medios de comunicación, en el contexto de una trama que fue refutada por el director de este portal, Christian Sanz, a través de documentos irrefutables. También en uno de sus libros.
En las últimas horas, uno de los acusados, José Fernando “Chenga” Gómez, le envió desde la cárcel una carta a Susana Trimarco —madre de Marita— asegurando ser inocente. Allí se declara culpable del delito de trata de personas, pero no de la evaporación de la joven. La misiva dice textual:
Señora Susana Trimarco, en este Día de la Madre le escribo para pedirle que tome en cuenta mis palabras porque son verdad, lo mismo que le dijo a la justicia cuando declaré ante las preguntas de Baclini (entonces fiscal de la causa judicial), en el año 2003 y luego en la justicia oral y pública en el 2012, luego de 10 meses de debate.
Le digo a usted, con todo mi respeto, yo no conocí a su hija Marita Verón, le digo que nunca se olvide de lo que le digo porque es la verdad, siga investigando: los culpables están libres para mí entender, porque si nosotros los riojanos no tuvimos nada que ver en la desaparición de su hija, ¿quiénes son?
Yo lo único que deseo es que usted sepa qué pasó, la verdad real, eso nos hará libre a mí y a mis hijos y toda mi familia, pero eso no me exime a mí y a mi mamá que ya no está viva, de tener culpa de haber estado en la actividad de la noche en La Rioja.
Yo hoy puedo decirle que fuimos parte de la noche y que fuimos creciendo con esa actividad legal e ilegal, pero lo que tengamos que pagar que sea por nuestros errores que hicimos, como la ley manda, no como la mala justicia y la política lo quieran.
Hoy usted y su nieto no saben la verdad sobre qué pasó con Marita porque a nosotros nos usaron como chivo expiatorio porque dábamos justo con el perfil de personas que cometían delitos como el de la privación y corrupción de otras personas.
Pero en este caso y en ningún otro somos parte, yo hasta el último de vida que tenga voy a luchar por mi verdad y la voy a esperar así la miro a la cara y pueda de decirla mirándola a los ojos que yo jamás conocí a su hija, lo que sé de ella y usted y su nieta y toda su familia es por verme involucrado hace 18 años y casi 7 meses en tremenda injusticia del hombre por sus errores pero justicia de Dios, por haber estado en un camino equivocado.