La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires es un organismo de control y un ente público autónomo que está a cargo de la fuerza opositora al gobierno del distrito. Se ocupa de defender los derechos de los ciudadanos de los abusos de las empresas de servicios públicos, problemas con alquileres, jubilaciones y violación de DDHH.

En la ciudad, el defensor del pueblo es Alejandro Amor, un nombre no conocido, al menos para el gran público.

Después de ser legislador porteño por el Frente para la Victoria, fue designado en la defensoría en el año 2013. En 2019 fue reelecto en el cargo y el mandato será hasta 2024. Fue denunciado en 2016 por la ONG Ciudadanos Libres por utilizar fondos públicos para su promoción personal.

Este ente público contrata espacios publicitarios en medios, entre otros, de marcada tendencia oficialista como Página 12. Repetidas veces aparece en su lista de contrataciones directas el sitio web El Destape comandado por el periodista Roberto Navarro, portal dedicado a hacer operaciones de prensa constantes y sonantes, y los montos de pagos oscilan entre $100 mil y $200 mil el gobierno de Alberto Fernández.

Otro caso particular es el considerable «multimedio» de Julia Mengolini, entre radio y página de Internet, que según consta en su web sus ingresos son íntegramente gracias a la ayuda de oyentes y lectores. Es Futurock Producciones SRL, empresa que conformó Mengolini y por la cual factura una interesante cantidad de dinero. Futurock fue contratada por la defensoría para espacio publicitario, por un monto de $120 mil.

¿Por qué estaría mal? Si hay manejo discrecional atado a intereses político-partidarios, dejaría en desventaja a otros medios, deformando el concepto de democracia. Pero además, son fondos de los impuestos para financiar medios que operan y tergiversan la verdad.